El misil de las hélices letales que mató a Zawahiri y quién podría ser su sucesor al mando de Al Qaeda

El ataque del dron estadounidense en el “barrio de los ladrones” de Kabul. Cómo el presidente Joe Biden autorizó la operación. El primero en la línea de sucesión es un veterano cercano a Bin Laden protegido por Irán. Pero tendrá que enfrentarse a otros terroristas que quieren el puesto

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El médico egipcio Ayman al-Zawahiri (izq.), creador de la Yihad Islámica en su país, en un video que grabó en 2003 junto al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en su refugio de las montañas de la cordillera del Hindu Kush, en Afganistán.
El médico egipcio Ayman al-Zawahiri (izq.), creador de la Yihad Islámica en su país, en un video que grabó en 2003 junto al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en su refugio de las montañas de la cordillera del Hindu Kush, en Afganistán.

Los afganos denominan a esta zona como Choorpur, el barrio de los ladrones. Está en el centro geográfico de Kabul, donde antes estaban las embajadas y las residencias oficiales. En los últimos años, los diplomáticos se desplazaron unas cuadras más al oeste y el norte y las enormes casonas pasaron a manos de traficantes de opio y funcionarios talibanes. Allí, apenas se pasa el supermercado de lujo, Spinney’s y el banco Ghazanfar, aparece la residencia de tres pisos, guardada por unos muros casi tan altos como la casa, donde un dron estadounidense terminó con la vida del líder histórico de la red terrorista Al Qaeda, el médico egipcio Ayman al-Zawahiri.

Poco después de que los talibanes volvieran al poder en Afganistán, en junio de 2021, y en medio del caos de la retirada de las tropas estadounidenses, Zawahiri aprovechó la situación para regresar a Kabul, la ciudad donde había creado la red terrorista junto al gran líder Osama bin Laden y desde donde habían planeado los ataques contra las torres gemelas de Nueva York del 11 de septiembre de 2001. La inteligencia estadounidense detectó el movimiento y comenzó a vigilar la casa. Un mes más tarde le informaron al presidente Joe Biden lo que estaba sucediendo y le pidieron permiso para atacar. La nueva administración venía muy golpeada por la retirada poco honrosa tras 20 años de intervención y un atentado del ISIS que había dejado 200 muertos en el aeropuerto mientras los marines intentaban sacar a su gente tras la caída del gobierno.

Hasta que apareció un dato clave: Zawahiri salía casi todos los días por al balcón de la residencia y se quedaba unos minutos contemplando la colina de Bibi Mahro. Esta era la oportunidad que tenían los agentes de atacar sin “daños colaterales” como había pedido el presidente Biden. Este domingo 28 de julio a las 6:18 de la mañana de Kabul, apenas el médico egipcio asomó la nariz en el balcón, el dron que esperaba en el aire se posicionó y disparó el misil Hellfire R9X con una novedad, en vez de llevar una cabeza explosiva desplegó una hélice de seis puntas filosas que cortan todo a su paso y producen una implosión en el lugar del impacto. La cámara del dron mostró un éxito absoluto de la misión y Biden, convaleciente de Covid, lo pudo ver en vivo y en directo.

Infografías: Marcelo Regalado
Infografías: Marcelo Regalado

Los agentes de inteligencia también vieron como unos pocos minutos después llegaba al lugar un comando de los talibanes de la red Haqqani que rescataron a la mujer y la hija de Zawahiri, así como sus restos, y limpiaron el lugar. Desde entonces, hay un silencio absoluto alrededor de la residencia. Se sabe que “los árabes” llegaron al lugar el año pasado y que sólo se veían los cambios de guardia en la puerta. Pero los servicios de inteligencia occidentales sabían que con el regreso de los talibanes habían vuelto a Kabul sus antiguos protegidos.

“Los Estados miembros observan que la aparente mayor comodidad y capacidad de comunicación de Al Zawahiri ha coincidido con la toma de posesión de Afganistán por parte de los talibanes y la consolidación del poder de aliados clave de Al Qaeda dentro de su administración de facto”, había consignado el Equipo de Apoyo Analítico y Vigilancia de las Sanciones de las Naciones Unidas en su último informe sobre la situación de Al Qaeda y su rival, el Estado Islámico. Además, los “líderes de Al Qaeda supuestamente desempeñan un papel de asesoramiento con los talibanes, y los grupos siguen siendo cercanos”.

Ya en 2020, el mismo grupo de analistas había informado que los talibanes “consultaban regularmente con Al Qaeda durante las negociaciones con Estados Unidos y ofrecían garantías de que respetarían sus vínculos históricos”. También se sabía que mantenían su vínculo a nivel militar. “Milicianos de `Al Qaeda en el subcontinente indio´, la rama de Al Qaeda en el sur de Asia, están combatiendo entre las unidades de los talibanes”.

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La presencia de Al Qaeda en el norte de Afganistán es bien conocida. La red opera a través de grupos yihadistas aliados de Asia Central, como el Partido Islámico del Turquestán y Ansarullah. En mayo, Abdul Haq al Turkistani, el jefe de ese “partido” celebró la fiesta del Eid al Fitr (el fin del Ramadán) en Afganistán. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ya había identificado a Turkistani como miembro de la Shura central o comité ejecutivo de Al Qaeda. Y ahora se perfila como uno de los que puede disputar el liderazgo. Aunque el primero en la línea de sucesión es Saif al Adel, veterano de la red, cercano a Bin Laden cuando todavía combatían en Afganistán contra las fuerzas del ejército ruso que había invadido el país y que estuvo muchos años protegido en Irán. También está Abdal-Rahman al-Maghrebi, el yerno de Zawahiri, y quien estuvo hasta ahora más cerca del líder en el último tiempo. Luego aparecen Yazid Mebrak, el emir de Al Qaeda en el Magreb Islámico, y Ahmed Diriye, el líder de Shabaab, que es la rama de la red en África Oriental.

Maghrebi, es de origen marroquí y desempeñó diversos cargos de responsabilidad en Al Qaeda. En Washington lo describen como el “director durante mucho tiempo” de As Sahab, el brazo mediático central de Al Qaeda y el “jefe de la Oficina de Comunicaciones Externas” del grupo, donde “coordina las actividades con las milicias afiliadas” de Al Qaeda. Maghrebi también ha sido el “director general de Al Qaeda en Afganistán y Pakistán desde 2012″, un papel clave ya que los principales líderes se refugian en la región.

“La inclusión de Mebrak y Diriye en la cadena de sucesión no debería sorprender”, dice el informe reservado de los analistas occidentales. “Al Qaeda comenzó a diversificar su liderazgo y a otorgar funciones clave a los líderes de sus ramas cuando Estados Unidos intensificó los asesinatos selectivos en Afganistán y Pakistán a partir de mediados de la década de 2000″, informan. Por ejemplo, el emir de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), Nasir al Wuhayshi, ejercía de director general de la red a nivel global antes de morir en un ataque con drones en Yemen en 2015. Nasser bin Ali al Ansi, otro líder clave de AQAP, se desempeñó como director general adjunto de Al Qaeda antes de morir en un ataque estadounidense con drones en ese mismo país y año. Y el predecesor de Mebrak, Abdelmalek Droukdel, era el tercer jefe de Al Qaeda antes de morir en una incursión francesa en Malí en 2020.

Saif al Adel, el veterano líder de Al Qaeda muy cercano a Osama bin Laden, es el sucesor natural de Zawahiri. (Foto West Point)
Saif al Adel, el veterano líder de Al Qaeda muy cercano a Osama bin Laden, es el sucesor natural de Zawahiri. (Foto West Point)

Ahora, el sucesor de Zawahiri, seguramente ya está en Afganistán con la protección de los talibanes y es probable que ya tengan cuarteles de entrenamiento en ese territorio como los que habían levantado entre 1995 y 2001, en la anterior etapa de los talibanes en el poder en Kabul. Pude visitar uno de esos centros que funcionó en un antiguo cuartel de los rusos a unos 200 kilómetros al oeste de Kabul, entre las montañas de la cordillera del Hindu Kursh. Tenía capacidad para unos 1.000 milicianos y allí además del entrenamiento militar y el adoctrinamiento religioso tenían clases regulares de espionaje y elaboración de sofisticados explosivos. Entre los enormes cráteres creados por las bombas que habían destruido el lugar, se podían encontrar restos de manuales para la fabricación de bombas y de instrucciones para pilotear aviones. Allí se habían entrenado los secuestradores de las naves que se estrellaron contra las torres de Manhattan.

Ese cuartel había estado al mando de Saif al-Adl, el hombre que ahora está en la primera línea de sucesión de Al Qaeda y es probable que ya haya cruzado de Irán a Afganistán, donde en los próximos días se definirá el liderazgo de la red terrorista que aún mantiene su poder letal en buena parte del mundo.

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