El “héroe del SARS” reveló que las autoridades de Wuhan no quisieron decirle “la verdad sobre el coronavirus”

El epidemiólogo Zhong Nanshan supo cuando llegó al epicentro de la pandemia de COVID-19 que la situación era mucho más grave de lo que le habían informado en Beijing. Pero ya era demasiado tarde para frenarla

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Zhong Nanshan, jefe del equipo de la Comisión Nacional de Salud que investiga el nuevo brote de coronavirus, asiste a una entrevista con Reuters en Guangzhou, provincia de Guangdong, China, el 11 de febrero de 2020. REUTERS/Thomas Suen
Zhong Nanshan, jefe del equipo de la Comisión Nacional de Salud que investiga el nuevo brote de coronavirus, asiste a una entrevista con Reuters en Guangzhou, provincia de Guangdong, China, el 11 de febrero de 2020. REUTERS/Thomas Suen

A Zhong Nanshan se lo conoce como “el héroe del SARS”. Es una de las máximas autoridades del mundo en materia de epidemiología, neumología y enfermedades infecciosas. Pero es también conocido por decir lo que piensa, sin detenerse a pensar si ofende con sus palabras o hiere susceptibilidades. Llegó a Wuhan -el epicentro del brote del coronavirus- el 18 de enero, cuando fue convocado por la jerarquía de Beijing y cuando ya la epidemia era un hecho y miles de personas ya habían sido contagiadas y la enfermedad de COVID-19 ya había comenzado a expandirse al resto del planeta.

Al llegar la ciudad del la provincia de Hubei, sus colegas, antiguos discípulos y alumnos le advirtieron que la situación era mucho peor de lo que creía y lo que los responsables oficiales informaban. “Las autoridades de Wuhan no tenían ganas de decir la verdad en ese momento. Ese 18 de enero les pregunté a los dignatarios locales los números reales, pero se mostraron reacios”, dijo el científico en una entrevista concedida a la cadena de noticias CNN.

Es que el veterano médico de 84 años sospechó cuando le comunicaron que sólo eran 41 los casos que habían contraído el nuevo coronavirus. Por su experiencia, Zhong sabía que ya era demasiado tarde y que tampoco estaba “bajo control” ni que era “prevenible” como habían querido convencerlo. Sus fuentes -mucho más confiables que las gubernamentales- le informaban lo contrario. Y él les creía, desde luego.

En menos de 48 horas el experto epidemiólogo retornó a Beijing y puso en alerta a la alta dirigencia del régimen. Su consejo inmediato fue instaurar una cuarentena urgente en Wuhan: el confinamiento duró 76 días y sirvió para detener las muertes, aunque el número de víctimas totales no esté claro aún. Zhong advirtió, además, que el pueblo chino no ha superado aún la pandemia y que todavía podrían ser contagiados. “La mayoría de la población china todavía está en riesgo de contagio de Covid-19, por falta de inmunidad, no Creo que estamos en una mejor posición que otros países del mundo en este momento”. dijo.

Zhong Nanshan, un experto en respiración y jefe del equipo de la comisión de salud que investiga el brote del nuevo coronavirus, visita el hospital Jinyintan, donde se trata a los pacientes con neumonía causada por la nueva cepa de coronavirus, en Wuhan, el pasado 19 de enero (Reuters)
Zhong Nanshan, un experto en respiración y jefe del equipo de la comisión de salud que investiga el brote del nuevo coronavirus, visita el hospital Jinyintan, donde se trata a los pacientes con neumonía causada por la nueva cepa de coronavirus, en Wuhan, el pasado 19 de enero (Reuters)

El experimentado científico recordó que cuando fue la epidemia del SARS en 2003 también se “escondieron algunas noticias, durante dos o tres meses”. En aquel entonces, una de sus frases retumbó en Beijing. “¿De qué sirve competir por la primacía en el PBI mundial, si comer, beber y respirar repersentan un peligro para los chinos?". Sin embargo, su gran capacidad y autoridad en la materia luego de vencer al SARS, le fueron suficientes para desafiar las rígidas estructuras del Partido Comunista Chino (PCC) si temer represalias.

Respecto a las sospechas de que el virus pudiera haber escapado de un laboratorio de Wuhan que dedicaba gran parte de sus recursos a estudiar murciélagos, Zhong lo descartó luego de conversar con el doctor Shi Zhengli: “Me aseguró que es absolutamente ridículo, que no tuvieron la oportunidad científica de hacer tal experimento”.

La promesa de una vacuna china

El jefe del régimen chino, Xi Jinping, anunció este lunes que las vacunas desarrolladas en China contra el coronavirus estarán disponibles para el resto del mundo como un “bien público” en caso de tener éxito contra la pandemia. El presidente, uno de los primeros oradores de la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró que Beijing ha colaborado plenamente con la entidad, en respuesta a las críticas por su manejo del brote y los intentos de acallar las primeras denuncias sobre el virus. Según sostuvo, China fue “siempre” transparente sobre la evolución de la crisis sanitaria.

Xi pidió a los líderes del mundo a aumentar el apoyo político y financiero a la OMS y un mayor compromiso, en alusión a los anuncios del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre el retiro de fondos que Washington aporta. “Tarde o temprano la humanidad vencerá al coronavirus”, alentó Xi, pero advirtió que es probable que no sea la última emergencia de salud, por lo que remarcó la importancia de reforzar la gobernanza global en el ámbito de la salud pública. “La solidaridad y cooperación son las armas más poderosas para vencer al virus”, insistió.

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