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Tiene 8 años, ya terminó el secundario y ahora se prepara ingresar a la universidad. Es Laurent Simons, un niño prodigio que nació en Brujas, Bélgica, y que tiene un cociente intelectual de 145.
A los seis años terminó la primaria. Para aquella época al pequeño genio le aburría el colegio. Su inteligencia, sus capacidades académicas, eran notorias en comparación con sus compañeros de aula, a pesar de que era mucho menor que ellos.
"A veces mis compañeros tardaban demasiado en responder, así que yo contestaba en su lugar", explicó en entrevista a la televisión belga.
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Un año y medio después de graduarse de la primaria, terminó el secundario junto con adolescentes de 18 años.
Sin embargo, a pesar de lo sorprendente de su vida, sus padres confiesan que su a hijo tiene dificultades para relacionarse con sus compañeros. Y los juguetes lo aburren; si otros niños están jugando él solo se limita a mirar.
Lo que sí le encantan y disfruta mucho es la lectura. Uno de sus pasatiempos favoritos es la literatura. A los seis años leyó toda la saga de Harry Potter.
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Por otra parte, es políglota: habla francés, alemán y holandés. Pero lo suyo, en realidad, no son los idiomas sino los números: ama las matemáticas.
"Me encantan porque son muy amplias. Hay estadística, álgebra, geometría…", dice.
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Laurent, ahora, con todo una vida por delante, analizará durante las vacaciones de verano qué estudiará en la universidad. Entre sus preferencias están ser un médico cirujano o un astronauta, o las dos cosas juntas.
"Si decidiera ser carpintero no nos supondría ningún problema. Lo importante es que sea feliz", dice su padre, Alexander Simons.
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