
Desde Jalisco exigen Justicia para Hanna, una niña que fue violada a sus tres años de edad presuntamente por su padre durante una visita familiar. Aunque su madre, al enterarse de lo ocurrido interpuso una denuncia y hubo un proceso penal, el juez que llevó el caso decidió suspender el proceso y dejar en libertad al acusado.
De acuerdo con la denuncia, los hechos ocurrieron en el 2020. Actualmente Hanna tiene cinco años, pero su madre y colectivas que la apoyan exigen que se haga justicia, pues temen que el agresor la busque para atacarla nuevamente o agreda a más niñas.
Fue el juez José Jasso, quien este junio del 2022, a pesar de tener en sus manos los peritajes de la menor que comprobaban que estaba diciendo la verdad, desestimó la acusación, acordando un pago de 38 mil pesos para la rescisión del daño.
En una entrevista que dio Andrea Cervantes a Milenio, abogada de la familia, dijo que además de que el sujeto salió libre no existe ninguna restricción y la niña, a su corta edad, vive con temor por su integridad.

“Hoy, una niña que actualmente tiene 5 años, teme por su vida y su integridad, pues su agresor está libre y de la suspensión condicional del proceso no hay ninguna restricción hacia ella, solamente tiene el tema del pago de la reparación integral”, explicó.
Cabe apuntar que la defensa nunca aceptó la suspensión del proceso y acusan que la medida ni siquiera es aplicable para un delito como abuso sexual infantil. Ese tipo de resoluciones solo aplican para delitos menores y el código penal del Estado de Jalisco no tipifica la violación a niños y adolescentes como una falta menor.
Apuntó que en casos de abuso sexual se espera que las perjudicadas digan explícitamente por lo que pasaron, sin considerar que esto podría revictimizarlas, dejando de lado las demás pruebas condenatorias.
“En el asunto de Hanna y en muchos otros asuntos, se espera que una niña hable y diga textualmente que fue abusada sexualmente, pero no, las autoridades debemos adaptarnos a la condiciones que las víctimas señalen, y no al revés que una niña se adapte a las condiciones de las autoridades”.

El día del ataque
Un día de septiembre del 2020, Hanna había llegado a su casa con su madre tras visitar a su padre. Una vez que la mujer la llevó a acostar a su cama ella le confesó lo que le había pasado.
Hanna tenía tres años, no podía dormir y no paraba de llorar. Inmediatamente la madre acudió a Ciudad Niñez en Jalisco para levantar la denuncia en contra de su expareja por abuso sexual.
El Ministerio Público inició la carpeta de investigación por el delito de abuso sexual infantil, no obstante, según Cervantes, la funcionaria que les atendió obvió los peritajes que demostraban que la niña había sido agredida con tocamientos varias veces y en una ocasión con cópula.
“De estas entrevistas y peritajes que se realizan a Hanna, se desprenden ciertas narraciones que son apoyadas por muñecos sexuados donde ella refiere de muchas maneras que había sido abusada sexualmente por su papá en varias ocasiones y que, además, existió la cópula”, señaló Cervantes en otra entrevista para Zona Docs.
Señala que pasaron dos años para que se llevara una tercera audiencia en contra del agresor, y que además de los aplazamientos, la resolución del juez fue desestimar las pruebas y dejarlo en libertad.
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