Qué cosméticos usaban las mujeres en los tiempos de Porfirio Díaz y por qué evitaban el maquillaje

El Porfiriato fue la época de los ajustados corsés y cuidadas pieles blancas. Las mujeres compraban ropa y accesorios traídos del continente europeo, pero no utilizaban maquillaje

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La moda y los ideales de belleza en el Porfiriato estuvieron marcados por una fuerte influencia francesa. Foto: MEDIATECA INAH
La moda y los ideales de belleza en el Porfiriato estuvieron marcados por una fuerte influencia francesa. Foto: MEDIATECA INAH

La moda y los ideales de belleza en el Porfiriato estuvieron marcados por una fuerte influencia francesa. Para cumplir con los estándares y ser consideras bellas, las mujeres de la época debían tener la cintura estrecha, similar a un reloj de arena y tez clara.

En la alta sociedad la vestimenta femenina consistía en una blusa ajustada al corsé, con mangas largas, cuello alto y estrecho adornado con encaje en conjunto con una falda en forma de campana que llegaba hasta el suelo. Las damas de la alta sociedad complementaban su ajuar con accesorios tales como grandes sombreros con plumas, abanicos, sombrillas y bolso pero nunca utilizaban maquillaje.

Los únicos cosméticos utilizados en el Porfiriato eran cremas, jabones y polvos para el cuidado del rostro. Foto: MEDIATECA INAH
Los únicos cosméticos utilizados en el Porfiriato eran cremas, jabones y polvos para el cuidado del rostro. Foto: MEDIATECA INAH

El gusto europeo popularizó los rostros sin tinte evidente, por cual los únicos cosméticos eran cremas, jabones y polvos para el cuidado del rostro. A las tendencias predominantes en Europa se sumaban las advertencias hacia los productos falsificados y la ambigüedad en los beneficios que otorgaban, las cuales predominaron el discurso publicitario hasta finales del mandato de Porfirio Díaz.

Las prostitutas del siglo XX han sido retratadas con maquillaje exagerado en películas como Nazarín (1958). Foto:Archivo web
Las prostitutas del siglo XX han sido retratadas con maquillaje exagerado en películas como Nazarín (1958). Foto:Archivo web

La escasa popularidad de los productos cosméticos también se debió en parte a que, durante mucho tiempo, el uso del maquillaje estuvo asociado a la prostitución. Las prostitutas del siglo XX han sido retratadas en el cine con rostros maquillados de forma exagerada, un ejemplo de ello es la película Nazarín (1958), en la que Luis Buñuel cuenta la historia de un humilde sacerdote que decide ayudar a Beatriz, una prostituta.

Cabe mencionar que históricamente, la cosmética ha sido censurada. Los grupos religiosos fueron de los más críticos y los escritores cristianos lograron instaurar la idea de que el maquillaje era sinónimo de engaño. Uno de los personajes célebres que criticó el uso de cosméticos fue San Cirpriano, quien afirmaba solía decir que las mejillas pintadas “borraban toda la verdad”.

Durante la última década del porfirismo hubo un auge en uso de productos de tocador para cuidar la piel. Foto: MEDIATECA INAH
Durante la última década del porfirismo hubo un auge en uso de productos de tocador para cuidar la piel. Foto: MEDIATECA INAH

Así, debido a los valores estéticos y sociales, las mujeres mexicanas que vivieron durante el régimen de Díaz no se maquillaban. Sin embargo, durante la última década del Porfiriato hubo un auge en uso de productos de tocador para cuidar la piel, cuando en los periódicos se comenzó a anunciar productos de belleza que ofrecían beneficios como protección contra el sol, eliminación de manchas, arrugas y acné. Uno de los medios más importantes, El Mundo Ilustrado, exhibía anuncios publicitarios con frases como: El gran remedio de la naturaleza para la piel, Eterna lozanía y belleza perfecta, La hermosura puede cultivarse, Salvación de la mujer marchita o La falta de belleza en la mujer es imperdonable.

El alza en el consumo de productos cosméticos se debió también a la aparición de la cosmética comercial, con lo cual se sumaron cualidades y valores asociados a la marca. Al país llegaron marcas de origen alemán, estadounidense y francés como Rieger y Kaloderma, Barclay & Co, Lanman & Kemp, Gerhard Mennen Company y Amour and Company, las cuales tenían una gran oferta que incluía jabones cristalinos y blancos de alquitrán, polvos de magnolia, aguas de colonia y perfumes de diversos tipos.

Para combatir el miedo a adquirir productos falsos, las compañías recurrieron a incluir sellos de calidad en los empaques. Algunas empresas incluso publicaron anuncios para aumentar su reputación, uno de ellos presenta una imagen en la que aparece un hombre empequeñecido frente a la palabra Reuters, el nombre de la marca y un texto que dice: “No es legítimo sin el nombre JABÓN REUTER Y SIN LA MARCA DE FABRICA BARCLAY & CO”.

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