A punto de cumplirse un año del inicio de los confinamientos masivos en México a causa de la pandemia de COVID-19, México se alista para celebrar por segundo año consecutivo la Semana Santa de forma especial. Pero, además de las vacaciones y las visitas a las playas, la Iglesia Católica se enfrenta también a otra celebración restringida por una posible tercera ola de contagios.
Ante esta situación, el Carlos Aguiar Retes, el arzobispo primado de México, máximo líder católico en el país, emitió este sábado los “Criterios pastorales para la celebración de la Semana Santa 2021 en la Arquidiócesis Primada de México”.
El documento, de cinco páginas, detalla cómo deberán llevarse a cabo las celebraciones religiosas pertinentes a la Semana Santa, de acuerdo a lo emitido por la Conferencia del Episcopado Mexicano en relación con orientaciones acerca de la pandemia por COVID-19, así como a las medidas adoptadas por los Obispos que presiden las Diócesis de la Provincia de México.
Esto incluye que las celebraciones litúrgicas de estos días estarán sujetas a la situación sanitaria de cada parroquia. “En la mayoría de ellas se podrá realizar con presencia reducida de fieles y en otras tendrá que ser celebrada a puerta cerrada. En ningún caso se permitirá las celebraciones públicas multitudinarias de piedad popular”, abre el texto.
Asumiendo las limitaciones, la Arquidiócesis Primada de México detalló siete recomendaciones para los festejos. En el primero, pidieron que la presencia de los fieles se privilegie en estas celebraciones centrales del Misterio Pascual, siempre guardando las normas sanitarias necesarias que se han aplicado hasta ahora.
En segundo lugar, donde las instalaciones lo permitan, se recomienda hacer las celebraciones en los espacios abiertos que ofrecen los atrios parroquiales. “En caso de realizarse dentro del templo, se respetará el aforo permitido por las autoridades. Tanto en los atrios, como en los templos, se han de seguir las normas de higiene ya conocidas por todos”, indicaron.
El tercer punto anima a los párrocos y rectores a que “aprovechen el uso de los medios de comunicación social para acercarse a todas las familias y enfermos que no puedan estar presentes”, ya que la mayoría no podrá estar en estos festejos de forma física.
“En cuanto a las expresiones de piedad popular y procesiones propias de estos días, pedimos que se hagan en el templo o, de ser posible, en el atrio, con la asistencia permitida de fieles y con el uso de los medios digitales de comunicación para su difusión”, aseveraron en cuarto lugar.
Vale recordar que el viacrucis en Iztapalapa se realizará a puerta cerrada en el Santuario del Señor de la Cuevita y sin procesión hacia el Cerro de la Estrella. En ese contexto, la sexta recomendación propone que la Misa Crismal se celebre el viernes de dolores en la Basílica de Guadalupe, es decir el 26 de marzo, a las 11:00 horas, siguiendo los protocolos sanitarios que la autoridad competente determine.
La tarde del jueves santo se transmitirá una Hora Santa desde capillas de hospitales. “El Viernes santo se celebrará el Vía Crucis desde algún lugar significativo en el que reconozcamos a Cristo crucificado”, añadieron.
En séptimo y último lugar, la iglesia católica mexicana recordó que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha establecido una serie de indicaciones para cada uno de los días Santos que han de cumplirse.
Este punto incluye los detalles de cómo se llevarán a cabo, en donde sea posible, las misas y liturgias por Semana Santa, incluida la adición de un fragmento en la Oración universal con la mención especial “por quienes sufren en tiempo de epidemia”.
“Oremos también por todos los que sufren las consecuencias de la epidemia actual: para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto”, indica el documento que deben rezar los titulares de las misas.
“El observar los criterios señalados en nuestras comunidades nos permitirá cuidar la salud de los fieles y sacerdotes; deseo que las ferias de Semana Santa y el Triduo Pascual sean un momento de profunda renovación personal”, concluyó el arzobispo Aguiar Retes.
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