El estado mexicano negó violaciones de derechos en el caso de Ernestina Ascencio, que acusaba a militares de abuso

A más de 13 años del crimen, un representante del Estado mexicano apoyó la versión dada por el gobierno de Felipe Calderón

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Ante la reunión virtual de la CDIH Hernán Cortés Hernández, defendió la investigación en el caso de Ernestina Ascencio Rosario (Foto: Archivo)
Ante la reunión virtual de la CDIH Hernán Cortés Hernández, defendió la investigación en el caso de Ernestina Ascencio Rosario (Foto: Archivo)

A nombre del Estado Mexicano, Hernán Cortés Hernández, el fiscal coordinador especializado de Veracruz defendió la investigación hecha por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en el caso de Ernestina Ascencio Rosario. En esta se dictaminó que la muerte de la mujer nahua falleció como resultado de anemia aguda y úlceras y no de una violación.

En su comparecencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el fiscal apoyó la versión que fue dada desde el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. En este se señaló que los familiares de la mujer de 73 años denunciaron una violación por parte de los militares que se encontraban en la zona, lo cual inició varias investigaciones.

El Estado mexicano ha dado atención al presente asunto y que si bien es cierto que en un primer momento hubo algunas irregularidades dentro de la investigación, las mismas fueron subsanadas para así esclarecer los hechos del presente caso, sin que existieran afectaciones en los derechos humanos de la señora Ernestina Rosario y de sus familiares, por lo tanto el Estado considera que no se cometieron violaciones a derechos humanos en el marco de la investigación por la muerte de la señora Ernestina”, expresó Cortés Hernández.

Un lamentable resultado

Carmen Herrera García, abogada asociada de la organización Abogadas y Abogados para la Justicia y los Derechos Humanos (AJDH), lamentó que el Estado mantenga la postura que han tenido desde hace 13 años.

Los familiares de Ernestina Ascencio han buscado justicia por más de 13 años (Foto: Cuartoscuro)
Los familiares de Ernestina Ascencio han buscado justicia por más de 13 años (Foto: Cuartoscuro)

“Solamente reafirma esa verdad histórica que se acostumbra construir en México, para la impunidad, y la opacidad. No escuchamos ninguna explicación convincente, vemos un profundo desdén en este caso, hacia las peticionarias y las víctimasnos parece realmente lamentable”, expresó la abogada.

Por otro lado, Cristopher Ballinas Valdés, titular de la Dirección General de Derechos Humanos y Democracia de la Secretaría de Relaciones Exteriores, insistió que el Estado mexicano llevó a cabo todas las investigaciones necesarias para esclarecer la muerte de Ernestina Ascencio. Además de que con el apoyo de las recomendaciones de la CNDH, se corrigieron los errores que se llevaron a cabo en los procedimientos periciales en torno a su muerte.

No obstante, agregó que enviarán toda la información necesaria a la CIDH “para que ustedes tengan todos los elementos suficientes sobre todo para poder pronunciarse sobre este caso”.

Ballinas Valdés añadió que el Estado continuará impulsando el diálogo de manera constructiva.

Ernestina Ascencio Rosario falleció el 26 de febrero de 2007 (Foto: Twitter@AlienGreen01)
Ernestina Ascencio Rosario falleció el 26 de febrero de 2007 (Foto: Twitter@AlienGreen01)

“Estamos en la mayor disposición de seguir dialogando, ya sea a través de las instancias que pone la omisión. O directamente a través de las instancias que puede poner la Secretaría de Gobernación para tal caso, y como siempre, llegar al mejor de los puertos”, agregó.

Una violación evidente

“Pinome Xoxome” (los vestidos de verde) fueron las últimas dos palabras en náhuatl, que Ascencio Rosario pronunció antes de perder el conocimiento. Los hechos se desarrollaron la noche del 25 de febrero de 2007, cuando su familia la halló gravemente lesionada a 300 metros de un campamento que colocaron los “Pinome Xoxome” una noche anterior para supuestamente realizar operativos de vigilancia.

La noche del 24 de febrero de ese año los militares instalaron un campamento en la comunidad de Tetlatzinga del municipio de Soledad Atzompa. Aún no iniciaba el programa “México Seguro”, pero los militares ya patrullaban las zonas indígenas de esa entidad. Eran acusados de cometer abusos contra mujeres y niñas en la Huasteca.

La mujer de 73 años fue trasladada de urgencia en medio de la sierra de Zongolica y por “múltiples desgarros”. Pasaron al menos seis horas para poder llegar al Hospital Regional de Río Blanco, y pese al esfuerzo falleció en la madrugada del 26 de febrero.

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