EZLN a 26 años del levantamiento: en expansión y contrario a López Obrador

Desde 1994 a la fecha, el grupo rebelde ya controla 43 municipios rebeldes en Chiapas

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Foto arte: Jovani Pérez Silva/ Infobae México
Foto arte: Jovani Pérez Silva/ Infobae México

El primer día de enero de 1994, México despertó con una noticia inusitada: hombres armados habían tomado las cabeceras municipales de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Altamirano, Las Margaritas, Oxchuc, Huixtán y Chanal; en el estado de Chiapas.

El gobierno mexicano encabezado por Carlos Salinas de Gortari, envió a las fuerzas armadas a hacer frente a los rebeldes, quienes se auto denominaron miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Los combates entre los indígenas y soldados duraron 11 días, dejando decenas de muertos.

Las imágenes de los cuerpos de indígenas tzotziles, tzetzales, choles, tojolabales y mam, tendidos en el suelo al lado de fusiles de madera y reales, le dieron la vuelta al mundo. Las demandas de los indígenas rebeldes eran claras: “trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”. Todas ellas quedaron impresas en la Declaración de la Selva Lacandona.

El EZLN exigía la reivindicación de propiedad sobre las tierras arrebatadas a las comunidades indígenas, un mejor reparto de la riqueza y la participación de todas las etnias tanto en la organización del estado como del país.

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Pero la figura que desde ese momento en adelante llamaría la atención del mundo entero se concentró en una persona: el autollamado “Subcomandante Marcos”, un hombre encapuchado que sobresalía de los indígenas, no sólo por su aspecto, sino por su forma de expresarse.

A tierras chiapanecas llegaron decenas de medios nacionales e internacionales, buscando entrevistar al subcomandante.

El gobierno mexicano, que en ese momento buscaba la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá, estaba en la mira de todo el mundo, por lo que a partir del 12 del mismo mes, las autoridades federales y el EZLN iniciaron acercamientos con el fin de buscar solucionar el conflicto por la vía del diálogo.

El 16 de febrero de 1994 comenzaron las primeras conversaciones entre el EZLN y el gobierno federal, que terminaron con la firma en 1996 de los acuerdos de San Andrés sobre el “Derecho y Cultura Indígena” en donde el Estado se comprometía a reconocer a los pueblos indígenas constitucionalmente y a que gozaran de autonomía.

Los diálogos también dieron pie a la fundación del Congreso Nacional Indígena (CNI) en octubre de 1996.

El Subcomandante Galeano, antes conocido como Marcos, durante una entrevista en Chiapas (Instantánea de “1994” vía Netflix)
El Subcomandante Galeano, antes conocido como Marcos, durante una entrevista en Chiapas (Instantánea de “1994” vía Netflix)

Su principal base social se encuentra en los municipios indígenas de la región de las Cañadas, de los Altos y la zona norte de Chiapas. Un número considerable de sus mandos son indígenas y, al menos desde 1994, el aparato militar está subordinado a un consejo de delegados de las comunidades zapatistas denominado Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI).

Aunque hizo su aparición pública el 1 de enero de 1994, en realidad nació en 1983, cuando se creó el primer campamento guerrillero en la Selva Lacandona, en Chiapas.

En marzo del 2001, el Ejército Zapatista encabezó una histórica movilización denominada “Marcha del Color de la Tierra”, en la cual, durante 37 días, cientos de indígenas y mestizos caminaron a lo largo de 13 estados hasta llegar a la Ciudad de México. Era la primera vez que el subcomandante Marcos y los zapatistas salían de la zona de conflicto.

Una vez en la capital del país, se llevó a cabo el Tercer Congreso Nacional Indígena y de la participación de comandancia del Ejército Zapatista en el Congreso de la Unión y en Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue el último intento del zapatismo para establecer una forma de acuerdo constitucional con el gobierno para asegurar sus derechos y soberanías.

El subcomandante Marcos en el Zócalo de la Ciudad de México durante la Marcha del Color de la Tierra (Foto: Especial)
El subcomandante Marcos en el Zócalo de la Ciudad de México durante la Marcha del Color de la Tierra (Foto: Especial)

En respuesta, el 25 de abril de ese mismo año, todos los partidos políticos (incluido el PRD) aprobaron por unanimidad una reforma constitucional que desconoció los Acuerdos de San Andrés. A partir de ese momento, los zapatistas nunca más volvieron a intentar una interlocución con el Estado.

Fue entonces que el EZLN decidió crear las comunidades autónomas, Los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno, que reforzaron el principio del “mandar obedeciendo”.

En estas comunidades, se formaron maestros y médicos zapatistas, al tiempo que se edificaron escuelas y clínicas. Además, eligen en asamblea a sus gobiernos locales, que a su vez eligen a los gobiernos de los caracoles, sin reconocer la autoridad del Estado.

Apenas en agosto de este 2019, el Ejército Zapatista anunció que asumió el control de 11 territorios pertenecientes a ocho municipios de Chiapas, los cuales se sumaron a las 32 zonas zapatistas ya existentes.

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De acuerdo con el EZLN, cuatro de estos nuevos territorios se organizarán como municipios autónomos autogestionados por sus habitantes, mientras que los otros siete se constituirán como “Caracoles”, es decir, albergarán órganos regionales de gobierno indígena.

Mediante un comunicado, el subcomandante Moisés informó que se ha estado trabajando en esta expansión desde octubre de 2016, cuando el movimiento zapatista acordó “pasar a la ofensiva en la defensa del territorio y de la madre tierra”.

El presidente emanado de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, dio la “bienvenida” a la creación de los nuevos municipios autónomos zapatistas porque, según dijo, trabajan “en beneficio de las comunidades y pueblos” indígenas.

Sin embargo, el EZLN ha reiterado en numerosas ocasiones su desconfianza en el actual gobierno.

La ruptura entre “Marcos” y López Obrador

López Obrador, junto al entonces subcomandante Marcos en 1994, año del levantamiento del EZLN (Foto: instagram @lopezobrador)
López Obrador, junto al entonces subcomandante Marcos en 1994, año del levantamiento del EZLN (Foto: instagram @lopezobrador)

El rompimiento de la relación entre ambos líderes que encabezan la izquierda mexicana se remonta a 2005, cuando López Obrador se perfilaba por primera vez, como candidato del PRD a la presidencia de la República.

En esa ocasión, “Marcos” publicó un texto titulado “La (imposible) geometría del Poder en México” en donde le dedicó unas líneas a López Obrador. Le recordó que su proyecto no era de izquierda sino de centro y que “el centro no es más que una derecha moderada”. Incluso, aseguró que “la imagen de Carlos Salinas construida por AMLO es, en realidad un espejo”.

Desde ese momento, comenzaron los encontronazos entre ambos.

En el 2006, ya en plena campaña electoral, el EZLN arrancó "La Otra Campaña" con la que recorrió varios estados del país con la finalidad de escuchar a la gente y realizar alianzas con movimientos de izquierda no electorales. Mientras algunos criticaban el llamado de Marcos a no votar, hubo quien apoyó al zapatista.

Al final, todos conocemos el resultado de esa elección: Felipe Calderón ganó la Presidencia de la República por tan solo 0.56% más de votos que López Obrador. Días después, el subcomandante Marcos reconoció que Andrés Manuel había perdido la elección debido a que se realizó un fraude electoral, tal como decía el tabasqueño.

(Foto: Especial/ Cuartoscuro)
(Foto: Especial/ Cuartoscuro)

Sin embargo, el líder zapatista calificó como una “estupidez” las aseveraciones de que el EZLN y La Otra Campaña tuvieron que ver con la derrota del exjefe de gobierno capitalino.

En noviembre de 2011, previo al arranque de las nuevas campañas para buscar la presidencia del país, López Obrador lanzó un mensaje al Ejército Zapatista en el cual, los invitaba a “rectificar” su posicionamiento, no sin antes recordar que en 2006 lo llamaron “fascista” y que eso influyó en los resultados de la elección de ese año.

"Les pido que lo reflexionen libremente, que no se vuelva a cometer el error de 2006, de descalificar. Porque sin que se lo propusieran, el que nos descalificaran y decir que éramos lo mismo, ayudó a la derecha", declaró López Obrador.

Sin mencionarlo por su nombre, el subcomandante Marcos (ahora Galeano) aseguró que el tabasqueño no acababa de “madurar y reconocer sus errores y tropiezos” además de que predicaba sus ambiciones en el amor, pero “a la derecha”. Incluso aseguró que el discurso de Andrés Manuel era más cercano al de Gaby Vargas y Cuauhtémoc Sánchez que al de Alfonso Reyes.

 El Subcomandante Marcos (Foto: Especial)
El Subcomandante Marcos (Foto: Especial)

En 2016 el EZLN ya contemplaba la idea de lanzar una candidatura indígena a la Presidencia, lo cual no fue muy bien recibido por el tabasqueño y criticó que en las dos elecciones pasadas el zapatismo hizo un llamado a no votar, aunque después matizó reconociendo que estaban en su derecho de contender.

Ya en el 2018, durante la campaña en la que Andrés Manuel López Obrador buscó la presidencia del país por tercera ocasión, pero abanderado por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), vino un nuevo enfrentamiento verbal entre ambos.

Luego de que María de Jesús Patricio “Marichuy”, la aspirante independiente indígena no alcanzara las firmas necesarias para lograr su candidatura, el Consejo Nacional Indígena (CNI), organización ligada al EZLN, decidió que no apoyarían al tabasqueño en la elección de 1 de julio.

Tras darse a conocer el triunfo de Andrés Manuel López Obrador como presidente, el EZLN publicó un desplegado firmado por los subcomandantes Galeano y Moisés en el que aseguraban que el nuevo gobierno decepcionaría.

Sin mencionarlo por su nombre, aseguraron que, aunque se cambió al capataz (presidente), “el finquero sigue siendo el mismo”.

Integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). (Foto: Especial)
Integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). (Foto: Especial)

La más reciente disputa entre ambos líderes ha sido a raíz de la construcción del Tren Maya, una de las obras insignias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

A mediados de diciembre, el Ejército Zapatista denunció que la consulta ciudadana para la aprobación del Tren Maya, que conectará varias localidades del sureste, fue una “simulación”.

En un comunicado el EZLN, el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Consejo Indígena de Gobierno (CIG) aseguraron que el gobierno “entrega los territorios indígenas al gran capital industrial y turístico” encargado de reconfigurar el país para dejarlo a merced del capital multinacional. Calificaron las políticas sociales del mandatario como la “Cuarta Aniquilación” y advirtieron que seguirán resistiendo la nueva era que se avecina.

Durante el Foro en Defensa del Territorio y la Madre Tierra, celebrado el 21 y 22 de diciembre en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, los indígenas zapatistas advirtieron

“La ‘Cuarta Aniquilación’ va a destruir con todo, va a haber mucha tristeza, pero a nosotros nos da coraje y rabia ver cómo siguen engañando a nuestros hermanos; la situación que viene con el nuevo gobierno que es de despojo. Por eso, ante esto, sólo nos queda resistir y enfrentar la guerra de la Cuarta Aniquilación”, dijo uno de los asistentes.

Los zapatistas aseguraron que el enemigo los va a perseguir, acosar y hasta a matar, por lo que urge una “organización verdadera” donde se luche por la vida de los pueblos indígenas.

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