La conmovedora historia de unos gemelos inseparables que murieron con horas de diferencia por COVID-19

Los hermanos de 56 años fallecieron en habitaciones separadas en Texas, pero hasta el último momento que les fue posible estuvieron comunicados a través de sus teléfonos móviles

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(Captura de pantalla)
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Nacieron juntos y, a causa del COVID-19, juntos partieron. Rosendo y Rogelio Mendoza fueron unos gemelos idénticos originarios de Texas. Sus familiares cuentan que siempre fueron inseparables. Trabajaban juntos. Ya de adultos, dormían juntos compartiendo la cama. Y hacia las últimas horas de sus vidas, si bien estaban en cuartos de hospital distintos, se mantuvieron en contacto a través de sus teléfonos móviles.

Estos hermanos, de 56 años, se contagiaron del virus por ahí de las fechas en que este año se celebró el día de Acción de Gracias (27 de noviembre). Sus familiares dijeron no saber exactamente cómo fue que ambos se enfermaron, pero sí reconocieron que ambos eran muy tercos y no se tomaban muy en serio las medidas de protección, como el uso del cubrebocas.

“Deberíamos habernos tomado esto más en serio”, dijo Jessica Cuevas, hija de Rosendo, a la cadena ABC.

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Entonces los primeros síntomas que ambos presentaron eran tos y falta de aire. Días después su estado de salud se empeoró por lo que tuvieron que acudir al hospital donde fueron intubados. “Ambos tenían sus teléfonos celulares y se llamaban para ver cómo estaba el otro”, contó al The New York Times su hermana Sandy.

Lamentablemente, el 9 de diciembre Rogelio, quien padecía una comorbilidad que afectó su respiración, murió a las 4:11 pm. Mientras que Rosendo parecía que tenía esperanza de ser desconectado y sobrevivir pero su corazón no soportó más, y falleció a las 8:30 pm de ese mismo día. Ambos se encontraban en diferentes pisos del Centro Médico Universitario en Lubbock, en Texas.

La hija de Rosendo contó que antes de que su padre falleciera le dijeron, “si quieres ir con tu hermano Ro y tu papá, lo entendemos completamente, pero abre los ojos si quieres quedarte”, pero él “no abrió los ojos, y yo sabía que incluso si se quedaba, no duraría mucho sin su hermano”.

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Rogelio y Rosendo llevaban unos 10 años trabajando, juntos, como soldadores construyendo anclas pata para plataformas petrolíferas, en Andrews, Texas. Sus familiares recalcaron que trabajaban juntos al explicar que ni para eso se separaban. “Si uno encontraba un trabajo, el otro decía: ‘¿Puedes contratar a mi hermano?”, señaló la hermana de los gemelos, Sandy.

Y ese acompañamiento lo tenían desde chicos. Sus allegados relataron a dichos medios que cuando eran chicos y estaban en la escuela, en las ocasiones que eran separados por circunstancias, por ejemplo, por un maestro o por la necesidad de ir al baño, uno salía a escondidas del aula para estar con su hermano.

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A finales de la década de los 90′s a Rosendo se le diagnosticó cáncer testicular, por lo que estuvo en tratamiento casi por un año en el Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, en la ciudad Houston. Rogelio, cuenta su familia, estuvo en todo momento a su lado.

Los gemelos Mendoza nacieron el 4 de septiembre de 1964 en Lorenzo, Texas. Sus padres son Manuel Mendoza, un granjero y camionero, y Dominga Mendoza, ama de casa. Rosendo nació primero y una hora después nació su hermano Rogelio.

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Los hermanos, que se llamaban cariñosamente el uno al otro “Moe”, en honor a uno de los miembros de los Tres Chiflados, dejaron la escuela secundaria en noveno grado para ayudar a su padre con el trabajo agrícola.

Solo parecían separarse en ciertas ocasiones sin mucho impacto. Ambos amaban la vida en la granja por el trabajo que hicieron con su padre. Pero mientras Rogelio amaba estar con los caballos, Rosendo se inclinaba más por criar a los gallos.

“Mi corazón está roto en un millón de pedazos”, dijo a ABC Virginia Mendoza, esposa de Rosendo. “Pero sé que tengo que ser fuerte por mis nietos y mis hijos”.

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