Condenaron en Miami a un capo colombiano considerado "peor que Pablo Escobar"

Pese a que cumplió una condena por narcotráfico en EEUU, el ex jefe del cartel Norte del Valle continuó con sus actividades delictivas y volvió a ser extraditado. Se declaró culpable de lavado de activos

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Un importante capo colombiano fue condenado este miércoles por segunda vez en Estados Unidos, tras declararse culpable de lavar activos luego de haber cumplido su primera sentencia por narcotráfico.

José Orlando Sánchez Cristancho tuvo un perfil bajo durante décadas. Hombre de confianza de los hermanos Rodríguez Orejuela, llegó a ser uno de los jefes del cartel Norte del Valle, cuando solo se conocía su apodo: "El Hombre del Overol".

El seudónimo se reveló en una intercepción telefónica en la que los capos no escatimaron en describir su peligrosidad. Miguel Rodríguez advirtió a Pacho Herrera que este sujeto había resultado "peor que Pablo Escobar".

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Cuando Sánchez Cristancho volvió a ser detenido en las afueras de Bogotá (luego de pasar cuatro años en prisión en el 2001), se defendió: "Ustedes están confundidos. A mí hace muchos años me siguieron un proceso, hoy día estoy limpio".

Sin embargo, tras su liberación, la DEA le había seguido los pasos de cerca.

Los investigadores determinaron que había lavado más de USD 1 millón proveniente del narcotráfico, adquiriendo propiedades en el sur de la Florida, en la zona de Aventura. Uno de ellos, lo vendió en una maniobra sospechosa por el doble de su valor de compra.

Para manejar el dinero, creó además varias entidades y usó una cuenta bancaria de un colombiano residente en Florida. La investigación, según El Nuevo Herald, apuntó también contra dos colaboradores: Sergio Hernán Perdomo Liévano (condenado anteriormente por narcotráfico) y Andrea Marroquín.

Sánchez fue extraditado por segunda vez en febrero
Sánchez fue extraditado por segunda vez en febrero

Se prevé que su cumplimiento de condena en EEUU sea muy distinto al tiempo que pasó detenido en Bogotá antes de la segunda extradición. En la cárcel La Picota, un escándalo se armó cuando se conoció que, junto a otros tres presos, armó una fiesta con whisky y celulares de alta gama.

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