Rafael Nadal, envuelto en una polémica con el alcalde de su ciudad natal

En Mallorca tiene su academia de alto rendimiento, pero los vecinos y el funcionario municipal lo acusan de ser un privilegiado por excepciones logradas para su centro deportivo y su catamarán.

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Nadal colaborando durante las inundaciones en Mallorca durante 2018, lo que trajo las críticas de sus vecinos que lo acusaban de "postureo". (@alvaritooo2)
Nadal colaborando durante las inundaciones en Mallorca durante 2018, lo que trajo las críticas de sus vecinos que lo acusaban de "postureo". (@alvaritooo2)

Por Enrique Cano (desde Mallorca)

Rafael Nadal sintió la presión de su comunidad, en Manacor, en la voz del alcalde que lo acusa de “vivir al margen del municipio” y salió a defenderse del comentario de sus vecinos con una carta abierta. “Tener que leer y escuchar esto me resulta muy ofensivo y doloroso”, dice Rafa en su extensa carta. Como todo genio o figura, Rafael Nadal parece no poder escapar a las contradicciones o al refrán de que nadie es profeta en su tierra.

La creación de la Academia de Alto Rendimiento lejos está de darle prestigio y beneficios económicos, en los últimos tiempos, le ha traído más que algunos dolores de cabeza al N°1 del mundo. Es que de los murmullos “a pie de calle”, como lo comentan los vecinos en la isla, el alto mandatario manacorí Miguel Oliver salió a acusar a Nadal de ser “un privilegiado, de haber tenido trato de favor y de vivir al margen del municipio”, apoyado en su imagen como deportista. Esta frase fue la que disparó la carta con la que el número uno empezó a lanzar su defensa.

Este cruce llega como consecuencia de una serie de excepciones solicitadas y conseguidas en favor de la Academia y de su nuevo barco (o catamarán, como le dicen), gestionadas por su padre Sebastián y Pere Serra, ex diputado balear del PSOE y arquitecto del emprendimiento.

El catamarán de Nadal, que obtuvo permisos especiales gestionados por su padre y un ex diputado, es parte de la polémica vecinal. (@rafaelnadal)
El catamarán de Nadal, que obtuvo permisos especiales gestionados por su padre y un ex diputado, es parte de la polémica vecinal. (@rafaelnadal)

Porque el problema en una isla como Mallorca no es sólo habitacional, sino también de amarre para los barcos y, en este caso, la demanda es de más de mil embarcaciones en lista de espera que, mientras tanto, descansan fuera del agua.

El caso es que Rafa tenía su espacio flotante en el Club Náutico de Porto Cristo, pero su nuevo catamarán precisaba tres amarres más. Los consiguió y eso despertó el descontento en las calles. “Nadie desconoce la clase de deportista que es Nadal ni lo que significa, pero no puede estar por sobre los demás”, comentan vecinos sentados en la vereda. Ahora, tres embarcaciones más (que seguro les debe haber convenido) se sumaron a la lista de los “sin agua” para flotar. Aunque Nadal dice que se ha “comportado como un socio más de los 300 que formamos el Club Náutico, cumpliendo con todos los procesos legales habituales”.

La Rafael Nadal Academy es imponente por donde se la mire. Sobre una superficie de 47.444 metros cuadrados, se extiende la prolijidad de 26 canchas de tenis, básquet, fútbol, gimnasios para los 140 deportistas alojados, hoy, en la residencia deportiva, la escuela que va desde Jardín de infantes hasta Secundario, pileta de natación, recreativa y de rehabilitación, centro de reuniones, un museo que es la envidia de cualquier federación o deportista, más gimnasios abiertos para los más de 2 mil socios actuales, spa, restorán y cafetería y, el eje del problema o como le llaman, la residencia deportiva. La oferta es que una persona pueda acceder a ella, para alojarse en alguna de las 254 plazas, “escogiendo primero un plan deportivo o de spa“. En la Academia se esmeran porque no se les llamen habitaciones de hotel o “el hotel”, ya que son, como ellos las denominan, “residencias deportivas”.

Pero las concesiones hechas vía legislativa mostraron la incomodidad tanto de los privilegios como de los negocios. Mientras se disputaba Roland Garros 2018, el martes 29 de mayo la Cámara del Parlament Balear votaba la modificación a la Ley de Vivienda, la que sería conocida por los políticos y los medios como la “enmienda Nadal”.

La academia de Nadal tiene una superficie de 47.444 metros cuadrados y cuenta 26 canchas de tenis, además de espacios para otras displicinas. (@rafanadalacademy)
La academia de Nadal tiene una superficie de 47.444 metros cuadrados y cuenta 26 canchas de tenis, además de espacios para otras displicinas. (@rafanadalacademy)

Esta reforma al Código de Planeamiento fue gestionada por su papá Sebastián y Serra en la Consejería de Turismo, sin resultados positivos, y luego ante la Consejería de Territorio, pero al Parlament la llevó otro de los tíos de Rafa, que tiene su mismo nombre, pero que es desconocido para el público. Delgado, alto y simpático al hablar, “el diputado autonómico Rafael Nadal Homar fue el encargado de presentarlo y negociar los cambios”, comenta uno de los empleados de aquel momento en los despachos del Partido Popular, al que pertenece el tío de Rafa. El gobierno que preside Francina Armengol (Partido Socialista), desde 2015, accedió a la modificación, “pero pidió que fuese el mismo PP el que lo presentara. En una de las reuniones finales, se le comunicó al tío de Rafa que no sería conveniente ni que lo presente ni que participe de la votación, que ese día debía ausentarse”, continuó. Así sucedió ese martes en que los hoteleros se sintieron estafados al considerar que con la enmienda “los Nadal evitaban el pago del 3% sobre la inversión (unos u$s600.000), el estudio de impacto ambiental y eludían un trámite que tiene una duración promedio de 8 años”, comentaba un empresario del sector.

En lo político, esta modificación casi lleva a romper la coalición que sostenía al gobierno, ya que desde el sector que se opuso a Armengol, acusaron a la presidenta de hacer “urbanismo a la carta” y de demostrar que el bipartidismo PP-PSOE “impone lo que quiere”. Los medios reflejaban el disconformismo opositor: “Rafa es motivo de orgullo para Mallorca, pero con esto ha decepcionado a muchos”.

El beneficio que había conseguido “la familia”, como la suelen mencionar a la hora de hablar de negocios, era el uso “deportivo turístico”, porque argumentaban que sin esa posibilidad “se dificultaba la comercialización internacional”. Además, se permitía extender la superficie a 75 mil metros cuadrados y la construcción de nuevas canchas, algunas de ellas cubiertas, para sortear “las dificultades metereológicas”.

El alcalde local acusa al campeón de "urbanismo a la carta" para su centro de alto rendimiento radicado en Manacor. (@rafanadalacademy)
El alcalde local acusa al campeón de "urbanismo a la carta" para su centro de alto rendimiento radicado en Manacor. (@rafanadalacademy)

Por su parte, Miguel Oliver daba cuenta de que esta búsqueda por conseguir que se le reconozca como hotel había comenzado unos años antes y le contó a “El Confidencial” que, ya en 2015 (un año antes de ser inaugurada la Academia), “Sebastián Nadal y Serra llegaron al despacho y me pidieron que, por favor, intercediera por ellos ante la Consejería de Turismo, que eran también de mi partido, para aprobar el uso turístico de las instalaciones”.

Rafael Nadal es uno de los pocos deportistas españoles de éxito que no ha mudado su residencia a paraísos fiscales para tributar menos al Ministerio de Hacienda, como tampoco se alejó del pueblo en donde nació y creció. Sin embargo, desde su concepción, la Academia le trajo, cuanto menos, alguna polémica, ya que para posibilitar su construcción y apertura, en los terrenos linderos al Polideportivo en donde entrenaba anteriormente, hubo que aprobar una nueva Ley, la 5/2012, durante el gobierno del Partido Popular (2011-2015), considerando el “interés económico” y la “reactivación económica que le daría a la zona”, según encabezaba la argumentación aprobada. Luego de abrir sus puertas en octubre de 2016, con las modificaciones de uso, el que sería el “centro de referencia internacional de tenis pasó a ser un espacio público para todo aquel que pague por alojarse en una de las habitaciones”, llegaba desde los puntos críticos de la comunidad. Para Rafa, ese privilegio se lo otorgó “la mayoría parlamentaria que consideró de manera democrática que este proyecto estratégico para Mallorca tendría mucha más fuerza si se realizaba mientras yo estaba en activo”.

Sin embargo, desde el mismo comienzo de la Academia se promocionó en sitios como Booking, aún sin tener la licencia hotelera. Lo que llevó a un inspector a multar al centro por las irregularidades y a quitar las promociones de esos sitios, pero no de su web oficial.

La Academia de Rafael Nadal cuenta con 300 empleados y, de acuerdo a sus números, ha conseguido cuadruplicar el dinero invertido en beneficios para la comunidad, más allá de los donativos que el mismo Rafa ha reconocido en su carta o que han sido de dominio público. Pero son esos “gestos tan suyos” los que chocan con los “negocios familiares” y que terminan por incomodar a sus vecinos.

Por estos tiempos, los Nadal exploran nuevas oportunidades de desarrollar centros deportivos en hoteles de lujo, mediante sus vínculos con la familia Matutes, con quienes comenzaron a compartir acciones como en Cancún.

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