Silvia Pérez Cruz, la voz de La noche de 12 años: "La canción debe ir desde la soledad máxima a la libertad"

La artista catalana, conocida por su versión de "Los sonidos del silencio" en la película que cuenta el cautiverio de tres ex miembros de Tupamaros, llegó a Argentina para brindar un recital en la Feria del Libro como parte de la delegación de Barcelona, ciudad invitada del evento

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(Julieta Ferrario)
(Julieta Ferrario)

Una película conmocionó al público uruguayo y al de otros países, entre ellos la Argentina, el año pasado: La noche de 12 años. Es que el film de Álvaro Brechner retrataba el cautiverio en las mazmorras subterráneas de la dictadura del país oriental en el que fueron tomados como rehenes dirigentes tupamaros que luego cobrarían relevancia y que aún hoy tienen actualidad política. El ex presidente José "Pepe" Mujica, el ex ministro de Defensa uruguayo, fallecido ya, Eleuterio Fernández Huidobro y el escritor Mauricio Rosencof, quienes sufrieron la detención militar que les imponía el silencio, la imposibilidad de hablar entre ellos, con otros presos o con sus guardias, en el intento de que cayeran en la locura. El objetivo dictatorial no fue logrado y la historia reciente sirve para probarlo. El film fue celebrado en varios festivales internacionales. La composición cinematográfica de la película no excluía a la música de entre sus virtudes y la catalana Silvia Pérez Cruz, que también actúa en la cinta, se ocupó con gran potencia del asunto. Su versión de Los sonidos del silencio, el clásico de Simon & Garfunkel, conmovió por su particular entonación y la emoción que su voz expresaba.

Pérez Cruz llegó a la Argentina para participar como número central de La noche de la Feria, en el stand principal de la Rural, con un recital y sus canciones. De intensiva formación artística debido a una familia que la impulsó desde muy pequeña a dedicarse diversas disciplinas, la cantante conversó con Infobae Cultura sobre su experiencia en la película, sobre la música y sobre el lugar actual de la mujer.

–Usted proviene de una familia de artistas.
–Totalmente. Mi padre cantaba, tocaba la guitarra, era investigador de la habanera y viajaba a Cuba para buscar canciones antiguas, a la vez que componía. Y mi madre también canta y construyó una escuela de arte. Ella estudió Historia del arte y al dar clases a chicos de 18 años se dio cuenta de que los alumnos no tenían opinión, entonces decidió acercarse a los niños, de tres, cuatro y cinco años a los que enseñaba música y pintura a la vez. Luego creó un espacio donde había teatro, música, pintura, mimo y más, y yo pasé muchos años allí. Además yo iba a una escuela de música desde los tres años y estudié música hasta los veintitrés, entonces aprendí piano, saxo, coral, orquesta.

Sílvia Pérez Cruz
Sílvia Pérez Cruz

–¿Tal vez por eso su repertorio es tan amplio?
–Es que me gusta la música. Me encanta el arte y la música es donde me siento más libre expresándome. No tengo tiempo para ser especialista en un estilo, entonces la vida me ha llevado a cruzarme con gente y con estilos que me ayudaron a crear mi propio lenguaje, tanto compositivo como interpretativo. No me gusta que me definan con frases como: "Une el jazz con tal otro género". Yo canto canciones, emociones. Me gusta ver qué comparte un estilo con otro. En cada estilo se busca. Es verdad que la música popular me ha servido mucho y creo que es porque son canciones que perduran en el tiempo, bien hechas. Son estructuras pequeñas pero a las que el tiempo no mata. Y esa estructura permite que puedas poner mucho de ti. Son generosas esas estructuras, que permiten un arreglo súper personal. Pero en cuanto al estilo, soy yo mutando con lo que me encuentro.

–Hablando sobre mutaciones, en La noche de 12 años, que narra una historia de la represión de la dictadura uruguaya en los setenta, usted canta The Sound of Silence, una canción en inglés que no parecería de lo más habitual para el género. ¿Cómo se decidieron a incluirla?
–El director Álvaro Brechner primero quería que yo hiciera toda la banda sonora, pero finalmente me ocupé de cuatro canciones, muy distintas todas entre sí. La primera es Siga el baile y quise hacer algo muy parecido a la original, tenían problemas con los derechos pero me parecía que iba muy bien con las imágenes. Luego hay dos canciones originales, una basada en un texto de Mauricio Rosencof que me salió del alma. Lo leí en el primer guión y dije: "Yo te hago una canción" y la hice, y otra canción que es el resumen luego de leer el primer guión. En cambio, sobre The Sound of Silence el director me dijo que quería que hiciera una versión de ella: "He leído la letra otra vez y he descubierto el silencio de otra manera. Quiero que hagas una versión muy tuya, que la desmenuces y la hagas tuya". Estuve un tiempo con esa canción. Es un trabajo porque es una canción con versiones que se han cantado tanto que preferí no escucharlas. Me costó mucho. Sabía que tenía que ser una versión cruda, pero no sabía por dónde. Un día en que estaba muy triste me puse a improvisar la letra como si fuera un blues, estaba a oscuras y empecé a cantar: "Hello, darkness" y, de repente, dije: "¡Por aquí!". No es un pensamiento racional, tiene un punto de partida en el corazón, en el estómago, el pensamiento es la construcción posterior. Me dije: "¡Lo encontré!". Le mandé a Álvaro una improvisación que grabamos aquí en Buenos Aires con cuerdas, contrabajo, una guitarra, violín y mi voz. La canción tiene que tener una curva desde la soledad máxima a la libertad o el ansia de libertad.

(Julieta Ferrario)
(Julieta Ferrario)

–También trabajó con los propios silencios de la película.
–Esto fue cuando tenía que hacer la banda sonora. Al leer el guión lo primero que hice fue juntar todos los silencios de la película que había. Aún no me habían dicho sobre The Sound of Silence. Yo le decía a Álvaro: "La banda sonora es el silencio, y hay que saber enmarcarlo". El silencio es muy potente.

–Absorbió esos silencios que tienen que ver con el cautiverio, la soledad de los presos.
–No escuchaban música tampoco. Se perdieron toda la música de su época. Parece una tontería pero no es así. Ellos se imaginaban la música. Cuando Álvaro los entrevistó, me dijo que si quería preguntarles algo y le dije: "Pregúntales si cantaban". Y sí, en su mente cantaban, con su voz, para sobrevivir lo hacían.

(Julieta Ferrario)
(Julieta Ferrario)

–Usted además actúa en la película.
–Sí, además actué en Cerca de tu casa, en la que hice toda la banda sonora y también cantaba, y antes hice Blancanieves,en la que cantaba. Se trataba de una película muda sobre Blancanieves y la única voz es la mía. Nunca había querido actuar, pero con La noche… primero vino el guión, el guión se convirtió en canción y los actores actuaban. Era un gran laboratorio. "¿Por qué voy a salir yo?", me dije cuando Álvaro me propuso interpretar un papel. "Pero siempre digo no, voy a leer el guión y veo". Y leí el guión y sentí cómo algo tan bestial se presentaba como poesía y el personaje tenía que salir en un sueño y en un abrazo, y las dos escenas me parecían preciosas. Y dije sí.

–¿Cómo se lleva con Uruguay luego de esta película?
–Tuve mucha más consciencia de esos hechos históricos y sociales de Uruguay. Pero el acercamiento más concreto fue con las personas con las que trabajé. Siento cercano a ese país, está en mi mapa emocional ya. Pero cuando leí el guión no pensé en uruguayos, catalanes o argentinos, sino en seres humanos en situaciones límite. A esos presos políticos les quitaban la identidad. Les querían volver locos. Me interesaba, más allá del momento histórico concreto, qué le pasa al ser humano para querer hacer eso. Porque eso sigue pasando en muchos sitios.

(Julieta Ferrario)
(Julieta Ferrario)

–Estuvo en un grupo musical de mujeres, ¿no?
–Estuve siete años en un grupo, hacíamos flamenco y canción. Durante muchos años no pensaba en que fuera un grupo de mujeres, a mí me daba igual, me había criado con hombres y mujeres artistas. Pero más tarde me he dado cuenta y eso me ha dolido. Era muy ingenua. Se supone que el hombre es la creación y la mujer la expresión, y a mí me encanta meterme en todas las capas, me gusta la creación. Pero era como si tuviera que justificarme. Incluso se pensaba que lo que yo había hecho lo había hecho otro. Al darme cuenta, me ha dado mucha pena. Entiendo que estamos criados así con esos prejuicios pero hay que reivindicar la creación femenina.

–También canta en catalán, gallego, inglés, español, muchas lenguas.
–Cuando una canción es bonita es buena excusa para aprenderse esa canción. Y cuando compongo, depende de la música para explorar las lenguas y descubrir para ella cuál es.

 

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