El cantante colombiano, Camilo, deleitó a sus fanáticos con la presentación que brindó este domingo en el centro de Madrid. Fue un concierto masivo que reunió a miles de personas en el corazón de la capital de España.
Como antesala a la celebración del Día de la Hispanidad el próximo 12 de octubre, el artista logró cautivar a un público que destaca por su fidelidad pero también por el rango de edades tan amplió que convocó. Uno que no paró de bailar a ritmo de reggaeton, bachata, cumbia y hasta corrido mexicano. Fue un show donde demostró que encarna a la perfección la figura del artista pop ideal. Uno que es capaz de reunir, en un mismo lugar, a un grupo de amigas de mediana edad, familias enteras con niños que se saben al derecho y al revés las canciones de Camilo, padres desconcertados, adolescentes incondicionales, y fanáticos solitarios.
Ni siquiera las camareras de los múltiples restaurantes y cafeterías ubicados en las proximidades de la Puerta de Alcalá, uno de los lugares emblemáticos de Madrid y donde se celebró el concierto, quisieron perderse una actuación de una hora y media que repasó sus éxitos más comerciales, como “Si me dices que sí”, “Tutu”, “Aeropuerto” o “Ropa cara”, pero también temas de su más reciente producción, ‘De Adentro Pa Afuera’, que da nombre a la gira que lo tiene dando presentaciones por todo el mundo.
La alegría generalizada del público madrileño se convirtió en catarsis cuando Camilo presentó en el escenario a su pareja, la cantante venezolana Evaluna, con la que interpretó a dúo su canción conjunta “Por primera vez” ante los gritos del público presente, regocijados ante la complicidad mostrada entre ambos, al punto que se besaron delante de todos los asistentes.
La jornada se encendió todavía más cuando Camilo presentó a su otro invitado: el español Pablo Alborán. Ambos sacudieron la Puerta de Alcalá durante su interpretación de “El mismo aire”.
Camilo también aprovechó para reivindicar la diversidad, señalando su rechazo frente a la superficialidad que prevalece en las redes sociales:
“Estamos en un mundo en el que nos dicen que tenemos que parecernos a alguien para ser valiosos; se nos pasa la vida tratando de ser una persona que no somos y que probablemente nunca vamos a ser, en lugar de disfrutar de quienes somos”
El júbilo del público presente marcaba un importante contraste con la decepción y el enfado de miles de personas que se quedaron a las puertas de una plaza de Cibeles abarrotada, incapaces de acceder a las proximidades del concierto. De acuerdo con datos del Ayuntamiento de Madrid, se esperaban unas 26.000 personas para el concierto. Al final habrían llegado unas 40.000.
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