El terror de la IPS que funcionaba como una casa de tortura en Bogotá

El centro de salud, supuestamente, funcionaba como espacio de rehabilitación para personas con problemas derivados de consumo de droga. El director y cuatro funcionarios más, tendrán que responder por los cargos de tortura, secuestro, amenazas y concierto para delinquir

Compartir
Compartir articulo
El pasado jueves 24 de febrero, la Fiscalía General de la Nación, llegó a la Carrera 71d # 51-52 de Bogotá, donde está ubicada la casa. En el operativo fueron capturadas cinco personas. Entre ellas, Jairo Masmela García, representante legal y director de la IPS, quien tendrá que responder por los cargos de tortura agravada, secuestro, amenazas y concierto para delinquir.
El pasado jueves 24 de febrero, la Fiscalía General de la Nación, llegó a la Carrera 71d # 51-52 de Bogotá, donde está ubicada la casa. En el operativo fueron capturadas cinco personas. Entre ellas, Jairo Masmela García, representante legal y director de la IPS, quien tendrá que responder por los cargos de tortura agravada, secuestro, amenazas y concierto para delinquir.

En el barrio Normandía de Bogotá, ubicado en el occidente de la ciudad, funcionaba la IPS Resurgir a la Vida. Un centro de salud que vendía programas específicos para integrar a la sociedad a hombres y mujeres con problemas de drogodependencia y comportamientos asociados como ludopatía, problemas alimentarios, ideación suicida, entre otros. Las personas que se atendían ahí tenían que pagar desde $1.500.000 mensuales.

El pasado jueves 24 de febrero, la Fiscalía General de la Nación, llegó a la Carrera 71d # 51-52 de Bogotá, donde está ubicada la casa. En el operativo fueron capturadas cinco personas. Entre ellas, Jairo Masmela García, representante legal y director de la IPS, quien tendrá que responder por los cargos de tortura agravada, secuestro, amenazas y concierto para delinquir.

Las otros capturados son; Tiberio y Álvaro Azcárate, Leonardo Casas y Paula Catalina Betancur. Quienes al igual que su jefe, tienen medida de aseguramiento privativa de la libertad y tendrán que enfrentar el proceso judicial por los malos tratos a sus supuestos pacientes.

Una de las víctimas que pasó por este centro de salud, le dijo a El Tiempo que nunca les hicieron terapia para ayudarlos con sus adicciones. “A los recién llegados nos decían parásitos porque, según ellos, no servíamos para nada. Era tenaz porque se encontraban cartas de personas pidiendo ayuda para que las sacaran de allí. Un día nos castigaron. Cogieron agua y nos mojaron. Duramos como tres horas aguantando frío. El agua cochina entraba por nuestras bocas”.

Carta encontrada por la Fiscalía General de la Nación, durante el proceso de allanamiento, de la IPS Resurgir a la Vida.
Carta encontrada por la Fiscalía General de la Nación, durante el proceso de allanamiento, de la IPS Resurgir a la Vida.

A la Fiscalía General de la Nación, llegaron más de 40 denuncias contra Resurgir para la Vida, en una de ellas se afirma que las personas eran engañadas para ingresar al lugar. En muchas oportunidades habrían ingresado al inmueble dopadas o amarradas para que no se resistieran, señaló la Fiscalía. Los pacientes eran aislados totalmente de los parientes más cercanos. Cuando les permitían algún tipo de comunicación, se las monitoreaban para evitar que revelaran la situación. Adicionalmente, pedían a los acudientes ropa y elementos personales; sin embargo, los artículos nunca eran entregados.

Por su parte, Semana también reveló otra declaración de una víctima de la IPS, que en su misión de empresa, se vende como un centro de referencia para la integración y reaparición de personas con de adicción, manteniendo una filosofía humanista. “En el instituto me quitaron la ropa, me dejaron obligado, no me dejaban hablar con mi familia. Los facilitadores nos amarraban a la cama con cordones, a las sillas y nos tiraban baldes de agua fría y castigos como estar de plantón toda la noche. Lo peor es cuando me dicen que no iba a volver a ver a la familia. Todo lo supervisaban, cartas llamadas y visitas.”

Una menor de 16 años entró a la IPS por tener problemas derivados del consumo de droga. Ella le contó a El Tiempo, los malos ratos y tratos que pasó allí, “había una muchacha que era bipolar. Ella tomaba muchos medicamentos y se quedaba dormida. Le echaban agua con atomizador. A ella la doctora una vez la golpeó en la cara con un zapato y se la volvió nada”.

Una de las vecinas de la casa de la IPS, le señaló a SEMANA, que se escuchaban muchos gritos en las noches. “En alguna ocasión oímos como si personas de la casa maltrataran a un joven que fue por ser homosexual. Había escándalos, ruido y desespero.”

Una de la amenazas que les decían a sus supuestos pacientes, era que una casa vecina, trabajaba una empresa de seguridad y que no dudarían en pegarles un tiro. “Una vez le dijeron a la directora que yo me quería suicidar y ellos me llevaron al baño, me desnudaron, me dieron la vuelta y me ponían las cerdas de la escoba en mis partes íntimas. Fue muy humillante”, contó una víctima quien salió de la IPS 14 meses después de entrar. “Estaba tan achicopalado, tan triste, tan depresivo que ni siquiera lo disfruté”.

SEGUIR LEYENDO