¿Qué tiene un apartamento cuyo arriendo vale 50 millones de pesos?

En portales dedicados al negocio de la finca raíz se ofrecen propiedades en arriendo, cuyo canon mensual suma más de cuatro años de trabajo de un empleado que gana el salario mínimo

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Panorámica de la ciudad de Bogotá. (Colprensa - Mariano Vimos)
Panorámica de la ciudad de Bogotá. (Colprensa - Mariano Vimos)

El salario mínimo de Colombia está establecido en un millón de pesos. Según información del Ministerio de Trabajo, el 58,1% de la población colombiana gana esa cantidad o menos durante un mes. Este grupo de colombianos debe administrar su millón para costear vivienda, servicios públicos, alimentos, útiles escolares y electrodomésticos, entre otras cosas.

Por otro lado, según datos del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, unas 11 mil personas en Colombia tienen ingresos superiores a los 50 millones de pesos mensuales. Si por algún motivo estas personas tuvieran el capricho de arrendar un apartamento por esa cifra, equivalente a cuatro años y dos meses de trabajo de alguien que ganara un salario mínimo, podría hacerlo.

No solo estarían en capacidad de pagar el generoso canon —que por un año costaría 600 millones de pesos—, sino que encontrarían una amplia oferta de apartamentos con ese valor mensual. Sin embargo, ¿qué tienen esos apartamentos que no tengan otros con cánones más accesibles?

Infobae Colombia buscó algunos apartamentos disponibles en portales web para arrendar en Bogotá por 50 millones de pesos, para analizar su valor agregado. Estas son las conclusiones principales.

Iluminación

Las habitaciones y el resto de zonas privadas de estos apartamentos cuentan con ventanas de piso a techo. Esto tiene varias ventajas. En primer lugar, quienes habiten estos lugares sacarán el máximo provecho de la luz natural.

Además, la luz solar también proporciona calor, una comodidad adicional en una ciudad que alcanza temperaturas de 8 y 10 grados centígrados en las madrugadas.

Espacio

Un apartamento nuevo en Fontibón, vendido por la Constructora Bolívar como una vivienda de interés social, tiene 31 metros cuadrados transitables. Cuenta con dos habitaciones; si en él vive una familia, los hijos dormirán y estudiarán en el mismo espacio.

Los apartamentos ofertados por un canon de 50 millones de pesos, por otro lado, cuentan con un área privada muy amplia: un promedio de 450 metros cuadrados. Tienen entre tres y cuatro habitaciones con walk-in clóset —un armario que también es una habitación pequeña con espejo—, baños independientes, balcones o terrazas privadas de 200 metros, bibliotecas, chimeneas, entre otras comodidades.

Ubicación

Los apartamentos de 50 millones de pesos están ubicados en sectores como Chicó Norte y Los Rosales, sectores exclusivos en el norte de Bogotá. Además, una de las promesas que hacen los propietarios de estos inmuebles es que cuentan con seguridad privada y varios garajes, de modo que no tendrán problema en recibir visitas a cualquier hora.

Algunas empresas prestigiosas de la ciudad tienen sus oficinas en barrios como El Nogal, que quedan apenas a algunas cuadras de estos barrios. Llegar a sus sitios de trabajo les tomará apenas algunos minutos.

Esto es una ventaja en calidad de vida si se tiene en cuenta que, según datos de Numbeo, Bogotá es la ciudad latinoamericana en la que más tiempo se pierde en trancones: 51 minutos cada día.

La burbuja inmobiliaria

Como las personas siempre necesitarán un techo para vivir, los inmuebles se convierten en un bien de primera necesidad. Por desgracia, no siempre se cuenta con los recursos para hacerse de un lugar propio y digno, pero las empresas inmobiliarias sí cuentan con el poder adquisitivo para construir y rentar.

Cuando hay mucha demanda, la oferta se reduce y sube de precio, incluso si ofrece poco retorno por la inversión. Cuando se trata de la finca raíz, los lugares mejor ubicados y con comodidades adicionales subirán aún más, porque son más valiosos.

Esto crea el fenómeno de burbuja inmobiliaria: especulación de precios que beneficia a quienes pueden hacer transacciones ahora, pero no tanto a quienes deben planear su inversión. Según Rubén Darío Ocampo, analista en La República, no solo afecta porque no pueden adquirir ese bien: también reduce el nivel de riqueza de ese hogar y su capacidad de consumo.

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