Quemaron predio restituido a víctimas que le ganaron pleito al exmagistrado Jorge Pretelt

Los afectados están a la espera de recibir ayuda por parte de la Unidad Nacional de Protección

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En marzo de 2020 en una sentencia de 130 páginas, el Tribunal Superior de Antioquia ordenó proteger el derecho a la restitución de tierras de Reynaldo Pascual Villalba Alarcón y de Argenida María Hernández Díaz, que de acuerdo con el caso son reconocidas como víctimas de desplazamiento forzado. Esta última, como representante de la sucesión del campesino Manuel Gregorio Hernández Soto, quien falleció el 31 de enero del 2014, pero que según la sentencia era el “titular del derecho real de dominio”.

Los predios comprometidos en esta disputa fueron: ‘Alto Bonito’ y ‘No hay como Dios’, dos de los cuatro que conforman la hacienda La Corona, en zona rural de Turbo y que estaban administrados por Jorge Pretelt Chaljub, exmagistrado de la Corte Constitucional y el primer magistrado de una alta corte en ser condenado por corrupción en el país.

Sin embargo, lo que parecía el fin de una travesía para la familia Villalba, se convirtió en el inició de una nueva dificultad familiar, pues su predio ‘No hay como Dios’ fue quemado el fin de semana. Lo que más lamentan los propietarios es que su predio fue afectado a tan solo meses de haber regresado a sus tierras, pues por temas de seguridad, debido a la fuerte presencia del Clan del Golfo en esta zona que ha sido históricamente usada por grupos armados como frente de las organizaciones, el Estado tardo más de un año en entregarles el predio.

Los beneficiarios informaron que, al parecer la casa de la finca ‘No hay como Dios’, había sido incinerada entre las 12:00 de la noche del sábado 20 de noviembre y la 1:30 a.m. del domingo 21. Ni la familia del señor Reynaldo Villalba (Predio No Hay Como Dios), ni Argenida Hernández (Predio Alto Bonito), se encontraban en el predio. Al conocer la noticia se comunicaron con la Unidad y los hemos venido atendiendo y acompañando”, señaló la Unidad de Restitución de Tierras al Espectador, la cual representa judicialmente a ambas familias campesinas.

Por ahora, las dos familias que han solicitado a las autoridades ayuda para su seguridad por parte de la Unidad Nacional de Protección (UNP) y esto, se encuentra en trámites en las oficinas territoriales de Apartadó.

Estas tierras han tenido grandes problemas debido a que en el pasado, cerca de ambos predios existía un enorme centro de operaciones y entrenamiento paramilitar llamado La 35, extendido por 500 hectáreas. Y luego, muy cerca estaba dominando la zona Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, cabeza del Clan del Golfo y capturado a finales el mes de octubre. En este sentido es importante resalta que pese a que el máximo líder de la organización de narcotráfico esta en manos de las autoridades, la violencia no ha cesado en la zona y los lugareños han manifestado su preocupación.

Las investigaciones muestran que Otoniel lograba traficar mensualmente al menos unas 20 toneladas de cocaína hacia el exterior. Buena parte de este material terminaba llegando a Panamá, donde las autoridades colombianas lograron llegar a incautar un acumulado de 11,2 toneladas equivalentes al 45 % de todo lo que salía desde Colombia.

Algunos de los principales socios en esta labor del narcotráfico eran los carteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, la mafia Calabresa italiana, redes en Los Balcanes y la mafia Siciliana. De trámites asociados a esas organizaciones, las autoridades internacionales lograron la incautación de 89,3 toneladas de cocaína.

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