Indígenas en Antioquia denuncian que siguen confinados para no ser víctimas de minas antipersonales

En el último año, los explosivos han dejado diez muertos y diez heridos, de los cuales cuatro fallecidos y cuatro sobrevivientes son menores de edad.

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Foto: Organización Indígena de Antioquia (OIA)
Foto: Organización Indígena de Antioquia (OIA)

El sonido de las explosiones es la alarma de los pueblos indígenas de Antioquia, que cada día viven con el miedo de morir o quedar heridos por una mina antipersonal. Este 15 de julio se conoció que desde 2020 hasta la fecha, estos detonantes han dejado diez muertos y diez heridos, de los cuales cuatro fallecidos y cuatro sobrevivientes son menores de edad. La denuncia la hizo la la Organización Indígena de Antioquia (OIA), que tilda esta práctica como “miserable”.

“Llega a diez el número de personas lesionadas por este tipo de material detonante en comunidades indígenas de Antioquía, donde desde el 2020 también se han registrado otras diez personas muertas por esta miserable práctica de guerra, entre ellos, cuatro menores de edad”, dijo la OIA a través de un comunicado de prensa.

Ellos señalaron a los grupos armados al margen de la ley como los responsables de este hecho. Es sabido, y confirmado por las autoridades que en el departamento operan las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), la Nueva Marquetalia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc), el Ejército Popular de Liberación (Epl), también conocidos como ‘Los Pelusos’, y el grupo narcoparamilitar ‘Los Rastrojos’.

Todos estos grupos armados ilegales hacen presencia especial en Antioquia, ya que este es un punto estratégico para controlar rutas de narcotráfico. Los distintos grupos delincuenciales se disputan el territorio y atacan a los civiles, especialmente a campesinos e indígenas.

De hecho, el último ataque a los indígenas se reportó esta misma semana, y según la OIA, los responsables serían miembros del ELN. Todo sucedió en la comunidad embera eyabidá, del Resguardo del río Chageradó (Murindó, Antioquia), el 13 de julio a las 8:00 a. m., y la víctima fue Diego Ballarín, de 26 años.

“Diego Ballarín Carulla cayó en un campo minado en la comunidad Embera Eyabidá, del Resguardo del río Chageradó, en Murindó, Antioquia. Un hecho que desde cualquier punto de vista pone en evidencia, una vez más, tal como lo hemos denunciado desde 2019,la grave crisis humanitaria por la que atraviesan los pueblos indígenas de Antioquia”, informó la IOA.

Según el Sistema de Alertas Tempranas de la OIA, el hecho ocurrió puntualmente en el corredor biológico del Chocó biogeográfico. Ballarín es padre de familia y, como la gran mayoría de los embera, vive de la tierra y se alimenta de los cultivos de pancoger. De hecho, la mina personal explotó justamente donde se encontraba realizando labores propias de preparación de la tierra para sembrar sus cultivos de plátano y sobrevivir con su familia.

Actualmente Ballarín ya está en Medellín, la capital de Antioquia, y es atendido por personal médico capacitado, pero su vida sigue en riesgo. Lo que más preocupa es que el hombre no pudo recibir la ayuda pertinente a tiempo, pues los guardas indígenas no se atrevieron a trasladarlo enseguida porque corrían el riesgo de pisar más minas en el camino, además, de estar amenazados por los grupos armados.

Ante el hecho, la OIA expresó su rechazo e hizo un llamado al Gobierno del presidente Iván Duque y a grupos de derechos humanos para que vigilen la situación.

“Una vez más expresamos nuestro rechazo total por la presencia de actores armados de nuestros recuerdos indígenas y hacemos un llamado urgente para que el Gobierno nacional busque una salida negociada a este conflicto armado que no es nuestro, pero que deja graves consecuencias en nuestras comunidades. ¡Queremos morir de viejos! ¡Cuenten con nosotros para la paz, nunca para la guerra!”, aseguró la OIA.

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