Preocupación en Colombia: las disidencias de las FARC duplicaron sus miembros armados en el último año

De acuerdo con informes de inteligencia, en el país ya habría unos 4.600 activos en los grupos disidentes o rearmados de las extintas FARC y por lo menos 2.600 de ellos están alzados en armas

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Miembros de uno de los grupos armados surgidos tras la desmovilización de las FARC, autodenominados Guerrillas Unidas del Pacífico.
Miembros de uno de los grupos armados surgidos tras la desmovilización de las FARC, autodenominados Guerrillas Unidas del Pacífico.

En el último año los grupos armados residuales de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) denominados por el Gobierno como “disidencias” han duplicado su número de activos armados y redes de apoyo.

Así lo señala un reciente informe de inteligencia militar que fue presentando por el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, ante el Senado de la República, en el que se afirma que estos grupos disidentes sumados alcanzan los 4.600 miembros, de los cuales 2.600 serían hombres y mujeres en armas y el resto miembros de redes de apoyo y milicias, tanto rurales como urbanas.

De acuerdo con esta información de inteligencia, en el país hay identificados 32 de estos grupos “disidentes” que hacen presencia en 20 departamentos, en más de 120 municipios y en casi 2.500 veredas.

La situación es crítica en por lo menos 100 municipios, donde hay una presencia fuerte de grupos con estructuras de mando más o menos organizadas, los cuales se concentran en Cauca, sur del Meta, Guaviare, Nariño, la región del Catatumbo, Chocó, en Norte de Santander, Arauca y nordeste de Antioquia. En los otros lugares hacen presencia mínima, pero en todos se buscan fortalecer con el control de las economías ilegales, principalmente las rutas de la coca y la minería ilegal, y prácticas como la extorción.

Afirma además el Gobierno que existe un plan de despliegue de estos grupos residuales para tratar de retomar los territorios de las antiguas FARC.

De acuerdo con información recolectada por el Instituto de Estudios Para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) en diferentes informes, desde 2018 se viene presentando un crecimiento exponencial de los grupos residuales de las FARC, pasando de tener presencia en 79 municipios ese año a 93 en 2019, hasta los 120 que señala inteligencia militar para 2020.

Además, al contrastar las estimaciones de Indepaz para 2018 que colocaban en 2.500 los miembros de los grupos residuales de las FARC, en 3.400 para 2019 y las actuales cifras de inteligencia de 4.600 miembros para 2020, se observa un crecimiento en los reclutamientos de por lo menos 1.000 miembros anualmente.

¿Disidencias, rearmados o emergentes?

El proceso de paz con las FARC cambió las dinámicas de la guerra en Colombia. Desde antes de la firma del Acuerdo Final de Paz en 2016 ya existían estructuras disidentes que se separaron del proceso y se mantuvieron en armas. Algo que resulta regular en la mayoría de los procesos de paz del mundo, cuyo promedio de reincidencia en los combatientes oscila entre un 15% y un 20%.

Así lo señala el experto en conflicto Luis Fernando Trejos, quien resalta la necesidad de clasificar correctamente a los grupos armados residuales de las antiguas FARC pues sus características son distintas y no todos se les puede poner el nombre de “disidencias”.

Las disidencias son en concreto los mandos de las FARC y sus estructuras armadas que no entraron en la negociación de Paz con el Gobierno. El primer caso fue del histórico Frente 1 o “Armando Ríos”, que antes de firmar el acuerdo de paz, en julio de 2016, se separó del proceso y dijo que no se desmovilizaría.

Gentil Duarte líder del Bloque Oriental, el grupo disidente de FARC más grande y peligroso de Colombia.
Gentil Duarte líder del Bloque Oriental, el grupo disidente de FARC más grande y peligroso de Colombia.

El Frente 1 hace parte del Bloque Oriental, la estructura armada más poderosa de las antiguas FARC. Gran parte de los frentes de dicho bloque aún se encuentran alzados en armas y están bajo el mando de Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, hoy el principal comandante disidente de Colombia.

Duarte ha logrado reunir a gran parte de las subestructuras del Bloque Oriental y ha empezado a reclutar nuevos miembros, apoyado en la ascendencia histórica que tienen las FARC en los departamentos de Guaviare, Vaupés y Guainía. De acuerdo con información de inteligencia militar actualmente Gentil Duarte tendría a su mando 2.776 combatientes, entre hombres y mujeres en armas (aproximadamente 1.700), milicias y redes de apoyo, que hacen presencia en por lo menos 14 departamentos.

Iván Mordisco fue el primer comandante de las FARC en entrar en disidencia.
Iván Mordisco fue el primer comandante de las FARC en entrar en disidencia.

Figuras como Iván Mordisco o John 40 -así como el difunto Rodrigo Cadete, dado de baja por el Ejército- son otros de los mandos medios de las FARC que no se desmovilizaron y controlan estructuras disidentes.

Una característica importante de estas “disidencias” es que, a diferencia del mando centralizado y jerárquico de las antiguas FARC, que tenían en El Estado Mayor y su Secretariado los órganos de autoridad y mando más importantes, los grupos que no se acogieron al proceso de paz funcionan más como una federación en la que los distintos comandantes coordinan acciones según sus intereses económicos.

Señala Trejos que es “literalmente imposible que reeditemos las FARC de los 90, esa máquina de guerra que existió en Colombia no volverá”.

Explica que, en 1993 durante la Octava Conferencia de las FARC, la guerrilla se reorganizó como un ejército regular y se plantó el propósito de tomarse el país, “eso no persiste en las disidencias actuales, sus intereses, como mucho, son regionales, y no detrás de fines políticos, sino de control de rentas del narcotráfico y otras economías ilegales”.

Otro aspecto importante que resalta Trejos es que los miembros de estos grupos disidentes no son desmovilizados, pues la inmensa mayoría de estos se han mantenido fieles al acuerdo de paz, sino nuevos reclutas o guerrilleros nunca se desmovilizaron.

La Segunda Marquetalia de Márquez y Santrich

Por otro lado, están los “rearmados”, que son los que se vincularon al proceso de paz, recibieron beneficios económicos o jurídicos y por alguna razón volvieron a las armas.

El grupo rearmado más importante es la “Segunda Marquetalia”, que está encabezado por Iván Márquez, Jesús Santrich, el Paisa y Romaña, cuatro altos mandos de las FARC que volvieron a la clandestinidad y declararon en un manifiesto, junto con otros importantes mandos medios de la exguerrilla, el resurgimiento de la lucha armada y la reivindicación de las causas militares, sociales y políticas de las FARC.

Esta “Segunda Marquetalia” -nombre puesto en honor al pueblo donde se fundó la guerrilla- si bien es mediática por el alto perfil de sus líderes en las antiguas FARC, tiene poca capacidad de acción en el terreno, así como de convocatoria y de reclutamiento.

Reuters
Reuters

Este grupo se diferencia de las disidencias de Gentil Duarte porque pretende estructurar una línea de mando similar a las FARC, con un nuevo Secretariado y Estado Mayor, bloques y frentes, aplicando la estrategia consignada en el “Plan Renacer Revolucionario de las Masas” ideado por el difunto comandante de las FARC, Guillermo León Sáenz, alias ‘Alfonso Cano’.

Pero expertos e investigadores del conflicto como Trejos, la fundación Indepaz o el observatorio del conflicto de Insight Crime, señalan la gran dificultad e incapacidad que actualmente tiene este grupo de conseguir tales fines.

Ejemplo de esto es que el mando de Márquez, Santrich y compañía, no es reconocido por Gentil Duarte y los demás comandantes disidentes del Bloque Oriental. Incluso, el pasado 27 de mayo, alias John Milicias, cabecilla actual del disidente Frente 33 apareció en un video desconociendo la autoridad de la “Segunda Marquetalia”.

“Decidimos darle continuidad al proyecto de las Farc-EP con los ideales de nuestros mártires marquetalianos bajo la dirección de los camaradas Gentil Duarte, Iván Mordisco y Eduardo Posada, entre otros”, afirma.

En su declaración agrega: “no nos identificamos con esa propuesta (Segunda Marquetalia). Le respetamos su forma de pensar y valoramos la idea de volver a las armas por los argumentos que todo el pueblo conoce, pero eso no quiere decir que tengamos que cambiar nuestra forma de pensar”.

Inteligencia coloca a los mandos de la Segunda Marquetalia, como Márquez y Santrich en territorio venezolano, protegidos por un colectivo chavista conocido como “La Piedrita”.

Un hombre que al parecer es Jesús Santrich en Caracas.
Un hombre que al parecer es Jesús Santrich en Caracas.

Para Trejos esto no es descabellado pues “Márquez y Santrich los últimos 10 años de su vida guerrillera estuvieron en Venezuela, en el estado de Zulia. Allí estuvieron toda la fase final de la guerra, eso indica que tienen unos vínculos muy cercanos con actores estatales y no estatales venezolanos, con los que tienen afinidades ideológicas”.

Según una información de inteligencia revelada por El Tiempo desde su regreso a las armas la Segunda Marquetalia ha reclutado 797 personas de los cuales 202 están en armas.

Existe un tercer grupo, los emergentes, que son individuos de bajo rango que hacían parte de las FARC o de las bandas delincuenciales que subcontrataban en algunos territorios y que después de la desmovilización quedaron a la deriva.

Ellos mantuvieron las armas y se dedicaron a buscar apoderarse de la cadena del narcotráfico y otras economías ilegales. El Observatorio del Crimen Organizado de Insight Crime los denomina “FARCRIM”, pues no tienen ninguna ascendencia ideología ni deseo expansivo con un fin político, sino que operan como cualquier mafia o banda criminal.

Uno de estos grupos a destacar es el denominado Frente Oliver Sinisterra, un grupo emergente que era comandado por “Guacho” -infame secuestrador de los periodistas ecuatorianos en 2018- y ahora está al mando de alias “Comandante Gringo”. Este frente opera principalmente en Tumaco donde tiene una guerra con otros grupos residuales como los denominados “Contadores”.

Gentil Duarte vs Iván Márquez.

Las citadas declaraciones de John Milicias, comandante del Frente 33, son solo un ejemplo del conflicto latente entre las disidencias de Gentil Duarte y los rearmados de Iván Márquez, los cuales lejos de articularse están librando una guerra en departamentos como Nariño por el control de las rutas del narcotráfico.

En un documento de la Policía Nacional revelado por la prensa colombiana se da cuenta del feroz enfrentamiento que desde finales del año pasado viven los grupos liderados por Duarte y Márquez en Nariño, el cual se habría generado por un supuesto plan fallido con el que el exnegociador de La Habana pretendía asesinar al líder disidente.

Según esta información, Márquez habría invitado a Duarte a hacer parte de la “Segunda Marquetalia” y a discutir los términos de esa alianza en una reunión en Venezuela, pero al comandante del Bloque Oriental le habrían advertido que en esa reunión su vida correría peligro, por lo que no asistió.

Su disputa tuvo como epicentro Tumaco, y en especial los territorios controlados por el mencionado Frente Oliver Sinisterra que cuenta con unos 350 miembros y hoy está dividido entre la lealtad a Duarte y Márquez.

Carlos Arturo Landázuri, alias Comandante Gringo o Fabian, actual jefe del Frente Oliver Sinisterra
Carlos Arturo Landázuri, alias Comandante Gringo o Fabian, actual jefe del Frente Oliver Sinisterra

El segundo de “Comandante Gringo”, alias “Andrés” fue alienado por Gentil Duarte y nombrado jefe del “Bloque Occidental comandante Alfonso Cano” una nueva estructura subordinada al mando de Duarte.

Por su parte, “Comandante Gringo” y el resto del Oliver Sinisterra es leal a Márquez y su “Segunda Marquetalia”.

La disputa es por el control de Tumaco y la región del triángulo de Telembí, una zona que comprende los corregimientos de Barbacoas, Roberto y Magüi Payán y que es de vital importancia estratégica para el control de gran parte del narcotráfico en el Pacífico colombiano.

Esta es una zona de altísimo conflicto, con otros grupos emergentes haciendo presencia, como los ya mencionados “Contadores” o el grupo “Borojó”, autodenominado “Guerrillas Unidas del Pacífico”; así como otros actores armados consolidados como el ELN y el Clan del Golfo o Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

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