¿Puede la reiteración de infecciones provocar un mayor riesgo de COVID prolongado?

A diario, aumenta la cantidad de personas que contraen la infección por SARS-CoV-2 en más de una oportunidad. Qué pasa con la inmunidad y la posibilidad de desarrollar una enfermedad persistente

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"El tener COVID-19 una vez o dos y no desarrollar COVID persistente no impide que en otro contagio posterior se pueda desarrollar", coinciden los expertos (Getty)
"El tener COVID-19 una vez o dos y no desarrollar COVID persistente no impide que en otro contagio posterior se pueda desarrollar", coinciden los expertos (Getty)

Con el transcurrir de la pandemia por COVID-19, el número de personas que volvían a contraer la enfermedad tras recuperarse fue en aumento. Es que a pesar de que desde diciembre de 2020 existen vacunas especialmente diseñadas contra el SARS-CoV-2, las formulaciones previenen las formas graves de la enfermedad y la muerte, y no así el contagio, que puede ocurrir pese a la persona estar inmunizada.

También con el devenir de la crisis sanitaria fueron apareciendo síntomas a largo plazo, luego de superada la infección viral. Es lo que los especialistas dieron en llamar COVID prolongado, long COVID o síndrome post COVID, y se trata ni más ni menos de afectaciones en órganos que van más allá del sistema respiratorio y que son propias del cuadro inflamatorio sistémico que provoca el SARS-CoV-2 en el organismo.

La duda, en este punto, es si a mayor número de reinfecciones, más probabilidades tendrá la persona de desarrollar COVID persistente. En una entrevista con Infosalus, la vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), doctora Pilar Rodríguez Ledo, respondió los principales interrogantes al respecto.

Muchas personas desarrollaron en el primer contagio de COVID-19 un cuadro de COVID persistente, y, al reinfectarse después, su sintomatología empeora (Getty)
Muchas personas desarrollaron en el primer contagio de COVID-19 un cuadro de COVID persistente, y, al reinfectarse después, su sintomatología empeora (Getty)

Al tener una respuesta de inmunidad adquirida frente a la primera infección, una segunda infección adquirida proporciona al organismo más elementos para luchar contra ella, de manera que esta inmunidad que adquirimos, tanto a través de vacunas, como la inmunidad natural, podría darnos reservas para luchar mejor contra los nuevos casos”, explicó la especialista, quien es una de las principales impulsoras del proyecto de COVID persistente de la sociedad científica que, una vez más, reconoció que son muchísimas las incógnitas que ciernen sobre la infección del SARS-CoV-2.

Rodríguez Ledo resaltó, además, que “también existen estudios que indican que incluso si el segundo contagio es reciente la persona podría tener la inmunidad ocupada y perder esta respuesta frente a la nueva infección”.

“Con lo cual, no sabemos nada y lo mejor es seguir protegiéndose bien para no contagiarse en la medida de lo posible. Porque es verdad que se ven casos asintomáticos, pero también de muerte y de COVID persistente. Pasarlo una o dos veces no nos da más libertad para pensar que no nos va a pasar nada. No hay evidencias que nos dejen tranquilos en este sentido. La protección debe ser lo primero”, insistió la especialista.

Existen estudios que indican que incluso si el segundo contagio es reciente la persona podría tener la inmunidad ocupada y perder esta respuesta frente a la nueva infección (Reuters)
Existen estudios que indican que incluso si el segundo contagio es reciente la persona podría tener la inmunidad ocupada y perder esta respuesta frente a la nueva infección (Reuters)

Consultada acerca de si cada nueva infección que una persona pase va a ser distinta, la experta subrayó que “una de las opciones que se están viendo es que la enfermedad sea cada vez más leve que la vez anterior, especialmente cuando son cepas con una parte en común muy importante”.

Ahora, ante la hipotética situación de que se den mutaciones en el SARS-CoV-2 que impidan controlar esto, Rodríguez Ledo sostuvo que “por eso es un riesgo establecer esta otra situación que también está demostrada científicamente, de que en el caso de que la cepa sea diferente a la previa necesita mucha más defensa para hacerle frente, y esta defensa estaba ocupada en dar otra respuesta como la previa”.

Y tras destacar que “sí se está viendo que la mayor parte de los nuevos casos son leves, sobre todo por la inmunidad poblacional adquirida”, la especialista española remarcó que “nada descarta que la siguiente infección sea más grave que las previas”. De hecho, señaló que hay muchas personas que desarrollaron en el primer contagio de COVID-19 un cuadro de COVID persistente, y que, al reinfectarse después, su sintomatología empeora.

Entonces, lo mejor aún es cuidarse para evitar la infección “porque nunca se sabe qué va pasar”, aunque reconoció que lo más frecuente es que los cuadros sean menores conforme más personas se vayan contagiando. “El tener COVID-19 una vez o dos y no desarrollar COVID persistente no impide que en otro contagio posterior se pueda desarrollar -sostuvo la experta-. Esto es como cuando compras la lotería, cuantos más números compras, más probabilidades de que te toque; aunque la probabilidad global sigue siendo baja, el riesgo existe. No nos podemos resguardar detrás de la seguridad de que nunca nos ha pasado, porque esto no es consistente. Sí hay casos que la desarrollan en el segundo o en el tercer contagio”.

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