Machu Picchu es más antiguo de lo que se creía, según revela un nuevo estudio científico

Un grupo liderado por un arqueólogo de Yale analizó los restos de 26 individuos enterrados en la citadela y determinó que el complejo es al menos veinte años más antiguo de lo que establecen los registros históricos

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Machu Picchu estuvo ocupado desde el año 1420 hasta 1532 d.C., con actividad que habría comenzado dos décadas antes de lo sugerido, según revela un nuevo estudio EFE/Paco Chuquiure/Archivo
Machu Picchu estuvo ocupado desde el año 1420 hasta 1532 d.C., con actividad que habría comenzado dos décadas antes de lo sugerido, según revela un nuevo estudio EFE/Paco Chuquiure/Archivo

Machu Picchu, en Cusco, Perú, es uno de los sitios arqueológicos más famosos de América del Sur y del mundo. Sin embargo, la datación precisa del complejo monumental se basa en gran medida en fuentes documentales. Pero ahora, un grupo de científicos, armados con un “acelerador de espectrometría de masas” (AMS), logró determinar que la ciudadela inca es más antigua de lo que se creía hasta ahora.

“Las muestras de huesos y dientes de individuos enterrados en cuevas en cuatro cementerios alrededor de Machu Picchu forman la base para un nuevo programa de datación por radiocarbono AMS”, revelan los investigadores en un trabajo publicado por la Cambridge University Press en la revista Antiquity.

Durante más de 75 años, historiadores y científicos de diferentes nacionalidades han trabajado con la suposición de que el famoso sitio había sido construido después de 1438 d.C.

Sin embargo, los nuevos resultados muestran que el sitio estuvo ocupado desde el año 1420 hasta 1532 d.C., con actividad que habría comenzado dos décadas antes de lo sugerido por las fuentes textuales que asocian el sitio con el ascenso al poder del emperador Pachacuti en 1438 d.C. “Las nuevas fechas AMS, el primer gran conjunto publicado para Machu Picchu, por lo tanto, tienen implicaciones para la comprensión más amplia de la cronología Inca”, escribe el grupo de investigación, liderado por el arqueólogo y antropólogo de la Universidad de Yale Richard Burger.

El AMS es una de las tecnologías más avanzadas utilizadas en la actualidad para la datación mediante el “radiocarbono”, ha explicado la Universidad de Yale tras la publicación de los resultados de esta investigación.

Mapa que muestra las locaciones de las cuevas, resaltando los lugares donde se encontraban los restos humanos analizados en el estudio
Mapa que muestra las locaciones de las cuevas, resaltando los lugares donde se encontraban los restos humanos analizados en el estudio

Esas dataciones revelan que el sitio es al menos 20 años más antiguo de lo que sugieren los registros históricos, según los científicos. Algunas fuentes históricas señalaban que el gobernante del estado inca Pachacútec tomó el poder en el año 1438 y que posteriormente conquistó el valle donde se encuentra Machu Picchu.

A partir de esos registros se había estimado que la ciudadela fue construida después del año 1440 y quizás hasta el 1450, dependiendo del tiempo que le llevó al nuevo gobernante conquistar y someter esa región y construir el complejo. El hallazgo de los arqueólogos sugiere que Pachacútec, cuyo reinado puso a los incas en el camino para convertirse en el imperio más grande y poderoso de la América precolombina, ganó poder y comenzó sus conquistas décadas antes de lo que indican las fuentes textuales.

“Hasta ahora, las estimaciones de la antigüedad de Machu Picchu y la duración de su ocupación se basaban en relatos históricos contradictorios escritos por españoles en el período posterior a la conquista española”, advirtió Burger. “Este es el primer estudio basado en evidencia científica que proporciona una estimación de la fundación de Machu Picchu y la duración de su ocupación, lo que nos da una imagen más clara de los orígenes y la historia del sitio”.

“Los resultados sugieren que la discusión sobre el desarrollo del imperio inca basado principalmente en registros coloniales necesita revisión”, afirmó en un comunicado. “Los métodos modernos de radiocarbono proporcionan una mejor base que los registros históricos para comprender la cronología Inca”.

Las técnicas de AMS pueden, según el grupo investigador, datar huesos y dientes que contienen incluso pequeñas cantidades de material orgánico, ampliando así el conjunto de restos adecuados para el análisis científico.

Los métodos modernos de radiocarbono proporcionan una mejor base que los registros históricos para comprender la cronología Inca (Photo by ERNESTO BENAVIDES / AFP)
Los métodos modernos de radiocarbono proporcionan una mejor base que los registros históricos para comprender la cronología Inca (Photo by ERNESTO BENAVIDES / AFP)

En este estudio, los investigadores utilizaron esta técnica para analizar muestras humanas de 26 individuos que fueron recuperados de cuatro cementerios en Machu Picchu en 1912 durante las excavaciones dirigidas por el profesor de Yale Hiram Bingham III, quien había “redescubierto” el sitio el año anterior.

Los huesos y dientes probablemente a criados o asistentes que fueron asignados a los gobernantes, según los arqueólogos, que han comprobado que los restos muestran poca evidencia de participación en trabajos físicos pesados, como la construcción, por lo que seguramente pertenecían al período en el que el sitio se usó como un palacio de campo, no cuando se estaba construyendo.

Según informa Europa Press, el 30 de noviembre de 2010, la Universidad de Yale y el gobierno peruano llegaron a un acuerdo para la devolución al Perú de los materiales arqueológicos que Bingham excavó en Machu Picchu. El 11 de febrero de 2011, Yale firmó un convenio con la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco estableciendo el Centro Internacional para el Estudio de Machu Picchu y la Cultura Inca, que se dedica a la exhibición, conservación y estudio de las colecciones arqueológicas de las excavaciones de Bingham de 1912. Todos los restos humanos y otros materiales arqueológicos de Machu Picchu han sido posteriormente devueltos a Cusco, la antigua capital del Imperio Inca, donde se conservan en el Museo Machu Picchu.

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