
Brasil registró 1.185 muertes por coronavirus en el último día, con lo que el balance total de fallecidos ascendió hasta los 53.830, mientras que el número de casos confirmados aumentó en 42.725, de acuerdo a lo informado este miércoles por el Gobierno.
El Ministerio de Salud reportó en su boletín diario que los casos confirmados de COVID-19 se sitúan ahora en los 1.188.631 millones en Brasil, el segundo país más castigado por la pandemia apenas por detrás de Estados Unidos. El número de pacientes recuperados, en tanto, subió hasta los 649.908, lo que supone el 54,7% del total.
No obstante, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Brasil, que tiene 210 millones de habitantes, es actualmente el país con mayor número de contagios (cerca de 220.000) y decesos (7.312), si se contabilizan únicamente los últimos siete días.
Desde que se reportó el primer caso, el pasado 26 de febrero, el patógeno se ha extendido por todo el territorio nacional y afecta ya al 88% de los 5.570 municipios brasileños, de acuerdo con datos de las Secretarías regionales de Salud.
Algunos de los estados del centro-oeste y sur del país, que hasta la fecha habían sido los menos afectados, han visto un repentino incremento de la curva epidemiológica que ha obligado a las autoridades locales a frenar sus planes de reapertura económica.

En números absolutos, San Pablo sigue siendo el estado brasileño más afectado por la crisis del coronavirus con 13.352 muertos y 238.822 infectados.
Desde el 1 de junio, la región paulista, la más populosa del país con 46 millones de habitantes, está inmersa en una arriesgada desescalada pese a que el número de casos y muertes ha alcanzado máximos diarios en los últimos días.
De hecho, el gobernador Joao Doria anunció este miércoles la vuelta de las clases presenciales a partir del próximo 8 de septiembre, aunque precisó que el regreso será gradual y bajo un sistema de rotación entre el alumnado.
Por detrás se sitúan los estados de Río de Janeiro (9.295 muertes y 103.493 contagios), Ceará (5.815 y 99.578) y Pará (4.726 y 91.708).
La crisis del coronavirus ha estado marcada en Brasil por la ausencia de una respuesta coordinada debido a las profundas divergencias entre el presidente Jair Bolsonaro, que censura el confinamiento de la población, y los gobernadores y alcaldes, que optaron por las medidas de distanciamiento social.

En este contexto, el Tribunal de Cuentas de Brasil alertó este miércoles al Ejecutivo en relación a la falta de directrices estratégicas para combatir la pandemia.
Asimismo, señaló una ausencia de políticas de gestión de riesgo y falta de profesionales sanitarios actuando para detener la expansión de la enfermedad.
Bolsonaro, uno de los pocos líderes mundiales negacionistas en torno al peligro de la COVID-19, se ha escudado en que la adopción de medidas sanitarias le corresponde a los estados y municipios, aunque la Corte Suprema le recordó que ello no exime al Gobierno central de actuar contra la pandemia.
Con información de EFE
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