Por Valeria Román
"Nunca te quedes satisfecho. Fijate metas que excedan a tus actuales posibilidades" es uno de los consejos que Gustavo Pierini da a los jóvenes que se acercan a escucharlo. Se crió en el barrio porteño de Belgrano, y estudió en instituciones públicas de la Argentina. Se recibió como ingeniero mecánico, naval y de sistemas en la Universidad de Buenos Aires (UBA), fue pasante en una empresa petrolera, y luego hizo estudios de posgrado en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Desde entonces, amasó una fortuna como consultor de empresas, y ahora dona parte de su dinero para apoyar la educación y la formación de nuevos talentos en la Argentina y Brasil.
Hijo de una ama de casa y un comerciante, Pierini, de 61 años, vive actualmente en Brasil. Desde chico, siempre le gustaron los cálculos y los razonamientos, y eligió cursar las ingenierías, contó al ser entrevistado por Infobae. Mientras estudiaba la carrera de grado, daba clases particulares de física y matemática para ayudar a su familia, y consiguió una beca de viaje de la Fundación Universitaria Río de la Plata para visitar durante unas semanas a los Estados Unidos. Conoció las instalaciones del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). "Quedé encantado con el MIT. Es un lugar para volver siempre y aprender", contó.
Cuando egresó de la UBA, con diploma de honor, decidió seguir estudiando fuera de la Argentina. Aplicó para entrar al MIT, y la beca Fullbright que consiguió sólo le alcanzaba para cubrir un año de estudios. Fue pasante en la empresa petrolera Esso (hoy Axion). Más adelante, las autoridades de la empresa Techint le propusieron una beca complementaria. Pierini les aclaró que quería estudiar allí, pero no quería tener el compromiso de volver a la Argentina porque deseaba tener la experiencia de vivir en otros países. Los de Techint aceptaron darle la beca parcial, y Pierini les devolvió el dinero con el trabajo que consiguió después de completar la maestría en Ciencias de la Administración, en la Escuela de Negocios Sloan del MIT en 1987.
Con el tiempo, se quedó a vivir de manera permanente en Brasil y en 1996 fundó su propia consultora Gradus Management. Desde entonces, sus años de estudio y de trabajo tuvieron buenos resultados económicos. "Decidí en 2012 apoyar a estudiantes como una forma de devolver la educación que recibí", explicó.
En 2012, se creó un fondo patrimonial que lleva el nombre de Pierini en el MIT por el cual se le da prioridad a estudiantes de la Argentina y Brasil para acceder a becas. "Mi intención es que los estudiantes tengan la posibilidad de cursar en una institución de excelencia como la Escuela de Negocios Sloan del MIT y que retornen a la región para que contribuyan al desarrollo económico y social", precisó. También donó salas de estudio a esa misma institución estadounidense y creó premios para que se reconozcan a los mejores alumnos.
Recientemente, Pierini decidió apoyar la creación de otro fondo patrimonial mayor a un millón de dólares en el Instituto de Tecnología de Buenos Aires (ITBA). Para decidir esa cantidad, antes calculó que su propia educación le costó a la Argentina más de 450 mil dólares (en valores de hoy). Si a ese valor se le agrega el costo de capital por los años pasados, el monto supera el millón de dólares.
"La Argentina invirtió en mí hace 40 años, y nunca se benefició de esa inversión", argumentó a Infobae . Entonces, decidió donar dinero al ITBA para que apoye a estudiantes argentinos de bajos recursos que residan en ciudades donde no haya carreras de ingenierías en universidades de élite. Como parte de esa donación, incentivó a otros profesionales a sumarse para ser más solidarios y para que más personas tengan oportunidades para hacer estudios universitarios.
"La honestidad es la principal actitud que valoro de los integrantes de mi equipo", aclaró. De su paso por el MIT, siempre recuerda que esa institución cambió su mentalidad. Le hizo valorar más "el rigor, la perseverancia y la valentía", para llevar a cabo proyectos y concretarlos. Cuando le piden consejos, Pierini responde: "Hoy aliento a trabajar en encontrar soluciones a problemas graves que enfrenta América Latina como la contaminación por arsénico, la crisis energética, y los problemas de salud pública".
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