La boda de Córdoba y Anna (Video: "Argentina, Tierra de Amor y Venganza" – El Trece)
Después de muchas idas y vueltas, llegó el momento de la boda entre Manuel Córdoba (Diego Domínguez) y Anna Moretti (Candela Vetrano) en Argentina, tierra de amor y venganza, por El Trece. Y todos coincidieron en que fue el primer casamiento en el que los novios sentían amor de verdad.
Ella se acercó al altar, montado en medio de la calle, del brazo de su hermano, Aldo Moretti (Gonzalo Heredia). Y, luego de ser recibida por su prometido, le dedicó unas palabras.
“No te elijo por que me cuides o me protejas, ni porque cada día a cada instante elijas lo mejor para mí. Porque eso lo hacés y con creces. Te elijo porque no concibo la vida sin vos, Manuel. Te amo“, le dijo mirándolo a los ojos.
Y él, con lágrimas en los ojos, le respondió: “Anna, yo no te prometo nada porque uno promete lo que le cuesta fuerza hacer. Y a mí, amarte y cuidarte, pues son tareas a las que no me cuesta someterme. Ni que yo elija. Yo nací para ser tu esposo y acompañarte toda mi vida“.
En ese momento, y después de planear las distintas maneras que tendrían para casarse con ella, ya sea enviudando, anulando su matrimonio con Torcuato Ferreyra (Benjamín Vicuña) o contrayendo enlace en el extranjero, Bruno Salvat (Albert Baró) le hizo una reflexión a Lucía Morel (Delfina Chaves).
"La boda de Aldo y Alicia (Mercedes Funes) fue un desastre. La de usted con Ferreyra, una tragedia. La de Francesca (Malena Sánchez) y Toro (Ruggero Pasquarelli), ni hablar de eso… Esta es la primera boda de verdad, la primera boda feliz. Cuando dos personas se aman y luego se casan, uno siente que se hace justicia", dijo Bruno.
Y luego, ante la mirada conmovida de Lucía, agregó: "Le aseguro que usted y yo repararemos la injusticia de su casamiento".
Pero, entonces, Anna vio a Francesca, a quien la noche anterior había escuchado confesando su amor por Bruno, y comentó: "Me siento muy mal por lo que pasó anoche. Ella está muy enamorada de usted. Eso no es algo que vamos a poder esconder debajo de la alfombra".
"No se preocupe, yo ya hablé con ella. Está todo claro", la tranquilizó entonces Bruno. Y ambos sonrieron viendo como los novios intercambiaban sus alianzas, para que luego el sacerdote los declarara: "Marido y mujer".
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