“Yo soy María Fernanda Callejón Resiliencia”: la historia de amor y superación de la actriz, en una charla a corazón abierto

La artista hizo una reflexión sobre un episodio que casi fue una tragedia: la intoxicación con monóxido que sufrió con su familia. Además, expresó angustia por la muerte de Diego Maradona. Y se refirió al desarrollo de su nueva faceta como comunicadora en radio y televisión

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En este 2020, María Fernanda debutó como conductora radial, un gran desafío en su carrera
En este 2020, María Fernanda debutó como conductora radial, un gran desafío en su carrera

A los 54 años, María Fernanda Callejón lleva una trayectoria en el espectáculo que supera las tres décadas, como vedette y actriz. Se ganó el título de “la morocha argentina” y fue un ícono sexual de los 90. Este 2020 fue difícil: tuvo una grave intoxicación con monóxido de carbono y debió reinventarse en lo laboral, ya que casi no se realizaron ficciones ni películas por la pandemia. Mujer multifacética, Callejón desarrolló su rol de comunicadora en televisión, con participaciones en el ciclo Polémica en el bar. Y se animó a cumplir con una asignatura pendiente: conducir un programa de radio.

“La radio siempre me atrajo, siempre me gustó. Jugaba de chica cuando tenía la vocación de actuar y con una vecina hacíamos radio”, le dice a Teleshow entre risas, recordando aquella infancia. Lo hace en una charla telefónica desde su casa de Pilar en la que vive con Giovanna, su hija de cinco años, y su esposo, Ricky Diotto. “Mi madre empezó siendo actriz de radioteatro y mi hermana hace radio en Carlos Paz desde hace cinco años. Tuve mi debut en Del Plata, una emisora histórica por la que pasaron (Héctor) Larrea, (Cacho) Fontana, (Juan Alberto) Badía... Estoy muy feliz”.

—¿Cómo te sumaste a la radio?

—Me convoca Alejandro Verzello. Me invitó a su programa, El show del nene consentido, un formato que explota en México y que había comprado. Al otro día me dijo que había hablado con las autoridades de la radio y que les gustaba la dupla. Me invitó a conducir este ciclo que no se centra en la actualidad, es más distendido, porque sale los jueves y viernes desde las 22 y hasta la medianoche. Invitamos a oyentes de todo el país a que se relajen, se desconecten de las noticias, del covid, de la pandemia. También hago entrevistas a amigos de la profesión y a otros que no lo son. Me siento cómoda. Y mientras tanto voy aprendiendo. Es un desafío nuevo en mi carrera y en mi vida.

Callejón conduce "El show del nene consentido" con Alejandro Verzello
Callejón conduce "El show del nene consentido" con Alejandro Verzello

—¿Qué diferencias notás entre la radio y Polémica en el bar?

—Con Polémica ya venía aprendiendo. Estoy muy agradecida a Mariano Iúdica y Gustavo Sofovich. Me convocaron para estar en esta mítica mesa que varió un poco, se aggiornó, incorporando la mesa de mujeres. Le dije a Gustavo que no era panelista y me contestó: “Yo no te quiero como panelista sino como profesional, como mujer con tu experiencia, como ciudadana y mamá. Acá tenés toda la libertad para opinar”. Por la pandemia tantos actores han quedado sin trabajo... y para mí fue próspero porque encaré este desafío. Pero creo que para todo hay que formarse y prepararse.

—¿Cómo te sentís al hablar de política? ¿Te dan miedo las críticas o tratás de ser auténtica?

—Trato de ser honesta conmigo y con mis convicciones, con mi mirada. Soy una mujer transcurrida con mis 54 años, tengo derecho a opinar. Soy hija del Proceso, y también soy de la transición porque la primera vez que me tocó votar fue con la democracia de Alfonsín. En ese sentido tengo una autoridad como ciudadana. Pero no me da ningún miedo opinar. No tengo ningún tinte político, no respondo a ningún partido político, no estoy ni de un lado ni del otro. Hay una grieta muy profunda en nuestro país y falta mucho para que deje de estar.

—Esta grieta pudo verse entre los actores durante la pandemia: se notaron las diferencias ideológicas por la Asociación Argentina de Actores, por ejemplo.

—Eso es atrasar: con todo lo que nos ha pasado, hay cosas que no deben politizarse. Como nunca antes estuvo el dilema entre la salud y el trabajo, la salud y la economía. Ponerle un tinte político o seguir peleando por ciertas cosas que de verdad no tienen sentido... Hay intereses detrás de todo esto, en algún sector, sin ninguna duda. Soy socia de la Asociación Argentina de Actores desde hace 38 años, y me duele que haya tanta inequidad. ¿Cuántos actores están sin trabajo, desprotegidos, con una obra social muy vulnerable? Esto no es de ahora, pero la pandemia profundiza y deja al descubierto un montón de falencias y carencias que tenemos como Estado y Gobierno, como país y sociedad. La pandemia nos ha puesto a todos en una situación límite, no solo económicamente. Más allá de eso, siempre voy a opinar desde el lugar más honesto como ciudadana. En realidad todos hacemos política, pero me refiero a los partidos políticos; de hecho, nunca aceptaría tener algún puesto político, ni estar en un partido político, no me interesa. Respeto a quien lo haga. Si bien a la gente no le gusta que los artistas se manifiesten políticamente, a mí no me interesa.

La actriz forma parte de la mesa de mujeres del clásico programa "Polémica en el bar"
La actriz forma parte de la mesa de mujeres del clásico programa "Polémica en el bar"

Una nueva oportunidad

En julio pasado, María Fernanda, su hija y su esposo se intoxicaron con monóxido de carbono por un desperfecto de una estufa de tiro balanceado en su casa. Cuando la pequeña vomitó y sufrió un desmayo, reaccionaron rápido y fueron a la guardia del Sanatorio de la Trinidad. Allí, descubrieron que los tres tenían una intoxicación severa. Se recuperaron, pero todo podría haber terminado en una tragedia.

—¿Qué reflexión hacés después de este grave episodio?

—Yo soy María Fernanda Callejón Resiliencia; me llamó así. Fue trágico lo que vivimos, pero no me quedo con eso: hago otro tipo de lectura. Bendigo tener vida, que mi hija nos haya salvado. Bendigo la cámara hiperbárica, que nos salvó de esta gran intoxicación. Fue todo un combo porque era plena pandemia, todavía no sabíamos cómo se comportaba este virus. Rescato poder decirle a la gente: “Vamos a conseguir la ley”. Porque no puede ser que muchas personas me escribieron para contarme que el final no era el que yo tuve. Necesitamos la ley por el disyuntor diferencial. ¿En qué casa no se manipula gas? Tal vez sea una manera de hacer política, pero política social de los temas que realmente nos importan. En el Conicet hay dos o tres proyectos fundamentales que presentan la ley. Yo no tenía idea de que había un detector de monóxido. Sería bueno que este aparato no solo detecte o anuncie, sino que corte el gas, y que sea obligatorio. Cualquier persona que compre en un negocio un artefacto que manipule gas, o un escape, como pasa con la electricidad, debería poder llevar el aparatito, que sea optativo y barato. Para eso necesitamos una ley. Esto me ha servido para tomar conciencia de que hay muchísimas personas que mueren todos los inviernos, sobre todo en los días más fríos del año.

—Te cambio de tema. Cumpliste con tu sueño de ser mamá y ahora estás probando una nueva faceta como comunicadora, pero ya no estás explotando el lado sexy con el que te conocimos. ¿Cómo te sentís en este momento?

—El lado sexy me acompaña de siempre: soy una mujer básicamente sensual y eso no se va. Pero una cosa no quita la otra. Siempre tengo demostraciones de amor de parte de las mujeres, que somos las más criticonas. Instagram es como un téster: soy muy activa en las redes, muestro todas mis facetas como mujer de 54 años, la profesional, la mamá, la que se cuida, la que es saludable... No quiero ser referente de nada porque soy una mujer común que ama su profesión. Veo del otro lado que las mujeres apoyan esa actitud, que la voy a tener siempre y no me molesta. Yo soy la Callejón, la sensual, la morocha argentina. Pero no soy solo un cuerpo bonito. Tampoco me la creo, y hago lo que puedo. Me gusta cuidarme y verme bien.

María Fernanda con su hija, Giovanna
María Fernanda con su hija, Giovanna

—¿Te gustaría que Giovanna fuera actriz?

—A mí me gustaría que ella fuera lo que quiera. Mi hija es una artista autodidacta: ama cantar, bailar, toma clases de tela, a los cinco años ella me pide entrenar. Nació con una personalidad súper marcada: su papá es músico y yo soy actriz. Aparte, hay cosas que llevás en los genes...

—Cuando publicaste unas fotos de tu hija en malla, recuerdo que recibiste algunas críticas.

—A mi hija nunca la obligo a posar en las redes, ni para comercializarla, ni para sexualizarla. Muchos me dicen que la sexualizo, pero no: la sexualización parte de la mirada de la gente. Ella es una niña que está mostrando un escote de una malla. Yo le dije: “Date vuelta que quiero ver ese escote hermoso”. Se dio vuelta y puso la cara que puso. Jamás se me hubiese ocurrido sexualizar a mi hija, no existe en mi cabeza. Entiendo y sé dónde estoy parada, no soy tonta, soy una mujer de este tiempo y conozco a los medios mejor que nadie. Pero a mí no me van a enseñar cómo dejo o expongo a mi hija. Aparte que no la expongo, soy una mamá más que muestra a su hija, pero como nosotros tenemos ese plus de que tenemos una cuenta abierta, la gente puede opinar. Y con la que opine distinto, está todo bien también. A veces elimino comentarios porque no me gusta que tiren ideas ni que eduquen por red. Cada uno sabe lo que hace con su hijo y es responsable de eso.

La foto que Callejón le tomó a Giovanna y generó polémica. "Jamás se me hubiese ocurrido sexualizar a mi hija, no existe en mi cabeza", advierte la actriz
La foto que Callejón le tomó a Giovanna y generó polémica. "Jamás se me hubiese ocurrido sexualizar a mi hija, no existe en mi cabeza", advierte la actriz

—¿Te molestan las críticas?

—Que opinen de mí a esta altura de mi vida me importa muy poco. La red es mía, mi imagen es mía, yo elimino el comentario que quiero, borro, subo y bajo lo que me parece. Conmigo pueden decir lo que quieran. Ahora... no me toques a mi hija. Una foto no define una persona, no define un estado. Instagram es una red blanca… Yo no tengo tantos haters, tengo un millón de seguidores muy amorosos. Pero sí les contesto con todo respeto a señoras profesionales, abuelas, mamás con hijos, porque a veces hay que ubicarlas... También tengo un público masculino que no me abandona jamás, y tienen respeto. Los hombres han desandado y desaprendido un montón.

—¿Qué sentiste cuando te enteraste de la muerte de Diego Maradona?

—Lloré mucho con Diego... Lloré mucho, no lo podía creer. De hecho, todavía no caigo que se fue. Después de estar 10 años al lado de Guillermo Coppola, que fue su mánager y fue mi pareja... Diego es familia. Y hasta he convivido. Tengo una fuerte y estrecha amistad, y mucho aprecio, por Claudia y sus hijas.

—¿Esta temporada de verano vas a hacer teatro?

—No estoy dispuesta este año a subirme a un escenario, estoy evaluando otras propuestas. Me encanta que se me empiece a mover la maquinaria, pero hay que tener mucho cuidado con los lugares turísticos y las aperturas. No todo el mundo tiene acceso a los protocolos, que son muy caros. Por el momento, sigo en la radio durante el verano. Hay que tratar de navegar en este nuevo mundo, reinventándonos como todos. Vamos a volver a ver la luz, hay que tener mucha fe. Este año fue revelador en todo sentido. La vida pasa rápido y uno tiene que disfrutarla con los seres queridos.

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