"Como soy yo y como estoy, preferiría no tener pareja. Pero sí, es necesario buscar variaciones. Cambian los tiempos, cambian las personas y pueden cambiar las relaciones. No lo veo mal, no lo veo raro. No necesariamente hay que verlo desde el lado de la promiscuidad. Sí, se podría" dice el actor sobre la posibilidad de tener una pareja abierta en una extensa entrevista con Infobae.
—¿A qué todavía no te animás pero creés que un día sí?
—Cantar y esas cosas, estoy trabajándolo muy lentamente porque soy un cagón. Pero sí, eso puede llegar a ser. Es tal vez una cuenta pendiente. Soy cagón en cómo se lo puede mirar: "¿A ver? Mmm, esperaba más de este pibe". Prefiero guardarlo y realmente mostrarlo cuando esté seguro y cuando quiera compartirlo.
—Si hablamos en un año y salió todo genial, ¿cómo te voy a encontrar?
—Platinado, obvio. Y con tetas (risas).
—Si en una noche apasionada tu compañera te pide: "vestite de mujer", ¿te aparecés vestido de mujer?
—No sé si tan frío como que me lo diga, quizás me lo tenga que hacer saber. Todo se puede. En una relación, si es con consentimiento de ambas partes, se puede todo.
—¿Cuál es el límite de Nazareno?
—No me gusta que me lastimen, que me deje sangrando, una cicatriz en el hombro. Es difícil coincidir que dos personas que se gustan químicamente puedan irse al carajo en la relación, como que encuentren ese súper clímax. Pero se puede, creo que no hay que tener muchos tapujos. Y volviendo a lo que me preguntabas, si hablamos en un año y me salió todo bien, me vas a encontrar más tranquilo. Cada vez estás menos enloquecido, cuando estás menos en la búsqueda, ya estás más encontrando y sabés para dónde, ahí bajás un poco la locura. Cuando uno más perdido está, más loco se encuentra, y eso es bastante natural.