Eial Moldavsky: “La pareja abierta no es la superación de la monogamia”

En el noveno capítulo de Dados Vuelta, el formato de entrevistas de Infobae conducido por Diego Iglesias, el filósofo e influencer reflexiona sobre los vínculos y como se conectó más con las emociones a partir de que le “rompieron el corazón”. Además, cuenta cómo es la relación con su papá, Roberto Moldavsky

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El filósofo e influencer fue entrevistado por Diego Iglesias dentro del ciclo "Dados Vuelta"

—Siempre contás que te gusta decir las cosas complicadas de una manera sencilla. ¿Es por eso que combinaste el mundo de la filosofía con el de las redes en tu exitosa sección Filosofía en un minuto?

—A mí siempre me gustó la gente que hablaba fácil y quizás por eso es que hice el esfuerzo de tratar de combinar los dos mundos.

—¿Filosofía en un minuto es de esas cosas que nacen como una joda y quedó?

—Es de esas cosas que nacen como una joda y quedó, cien por cien. Porque si vos me decís que cuando yo hice el primer video estaba pensando en “voy a ser un creador de contenido, esto es un formato que lo vamos a…”, ni en pedo. No tenía idea. Yo estaba al pedo en casa y lo hice.

—¿Por qué terminaste estudiando Filosofía?

Porque me la llevé en cuarto año. Y dije: “¡Ahora los voy a hacer mierda!” (risas). Y aparte, yo pertenezco al pueblo judío, en donde veo sufrimiento, ¿viste?. Adonde veo que la estoy pasando mal, es ahí para mí. Entonces encontré en la Filosofía el lugar para sentirme como el orto.

—¿Y qué es lo que más te gusta de la Filosofía?

Pensar las cosas al revés. Pensar que el dolor es algo interesante en la vida. Pensar que la felicidad no siempre es un camino a estar mejor. Pensar la parte negativa del amor, la parte positiva de la angustia. Pensar un poquito más el mundo, las experiencias, las emociones, los vínculos con los demás. Un poco más lejos.

Diego Iglesias con Eial Moldavsky, en el noveno capítulo de Dados Vuelta
Diego Iglesias con Eial Moldavsky, en el noveno capítulo de Dados Vuelta

—Hablando de vínculos, ¿tuviste una pareja abierta?

—La practiqué. Pero es muy difícil para mí la pareja abierta. Sobre todo porque uno piensa a la pareja abierta con uno mismo y nunca con el otro. O sea, no piensa en la apertura del otro, que el otro la va a ejercer. La verdad es que es un laburo que hay que hacer. Es un laburo muy difícil. Yo no comparto la idea de la pareja abierta como la superación. ¿Viste que en un momento me parece que se armó un discurso como que la pareja abierta era la superación de la monogamia? Venía a contestar todas las preguntas que la monogamia no había podido contestar, y no me parece eso. Me parece que la pareja abierta es un formato, la monogamia es otro, y que uno lo que tiene que elegir en todo caso es con lo que te sientas más cómodo, lo que te haga más feliz, lo que te sientas más cuidado, más contenido. Si la pareja abierta no te da esa tranquilidad, no es mejor.

—Y cuando la llevaste a la práctica, ¿qué te pasó con eso?

—Y... es un laburo muy grande de conocerse a uno, de entender en dónde están los límites, qué es lo que vos podés saber de la otra persona, qué es lo que no querés saber. Yo no soy un fanático de la verdad, no pienso que uno tiene que saber. Para mí la información es algo que se gestiona y el criterio número uno es el cuidado. A mí no me interesa saber todo; me interesa que me cuiden, me interesa sentirme bien y que elijan en dónde me tienen que contar y en dónde no. Como hacemos en cualquier cosa digamos, ¿no?, como en cualquier vínculo humano.

—Yo creo que el título es: “Es más importante que te cuiden a que te digan la verdad”.

—Totalmente. “La verdad es lo peor que hay”, si querés, también. Podés titularlo, te lo dejo.

Diego Iglesias e Eial Moldavsky, Dados Vuelta, literalmente. El influencer cuenta que decidió estudiar Filosofía cuando se llevó la materia en cuarto año. Se dijo: “¡Ahora los voy a hacer mierda!”. Empezó a prepararse... y le encantó
Diego Iglesias e Eial Moldavsky, Dados Vuelta, literalmente. El influencer cuenta que decidió estudiar Filosofía cuando se llevó la materia en cuarto año. Se dijo: “¡Ahora los voy a hacer mierda!”. Empezó a prepararse... y le encantó

—Te veo como una persona muy racional.

—Soy.

—¿Algún hecho de tu vida te conectó más con lo emocional?

—Sí. Creo que uno de los eventos que más me puso en contacto fue cuando me rompieron el corazón. Cuando estuve con una chica y no pude estar, en realidad. Una chica que quería estar y no pude estar: ese evento de ruptura amorosa fue muy revelador. Porque además de que me destruyó, cuando te caés a pedazos conocés un montón de facetas tuyas que no conocías, de indignidad. Descubrís que la dignidad era algo que estaba sobrevalorado en el mundo y que por lo tanto vos no la vas a ejercer. Al margen de eso, también te conecta con un montón de historias, de gente, cosas que me decían personas que yo no podía aceptar, no podía entender. “No, porque a mí me pasa esto”, y de pronto toda esa gente que vos rechazás y decís: “Ay, qué boludos que son, no tienen nada para decir”, son los que te van a contener cuando vos seas uno de ellos. Y tenían razón. Y vos vas a decir lo mismo que decían ellos, vas a vivir lo mismo que estaban viviendo ellos. Y bueno, de esa manera, también conectás con un montón de cosas del mundo que existían, que vos pensabas que las habías superado, pero que estaban ahí por algún motivo.

—¿Es cierto eso de: “Lo que no te mata, te fortalece”?

—No sé si es cierto eso porque yo no soy un fanático del dolor, pero sí creo que la experiencia es intransferible. Hay cosas que por más que te las digan, hasta que no las vivís, no podés acceder a esa información. Y que hay caminos emocionales que, lamentablemente, hay que atravesarlos.

—¿Tuviste alguna muerte cercana que te haya tocado?

—Sí, tuve. Tuve familiares: tío, abuelo. Una de las muertes más dolorosas, va a parecer una boludés, pero de verdad, fue la muerte de mi perro. La muerte de mi perro Chicago me hizo mierda. Y yo la subestimaba porque me llegó cuando ya había muerto gente que yo quería mucho en mi vida y con la que tenía mucho vínculo, y dije: “Bueno, un perro es menor”. Y no, me destruyó. Tal vez porque con el perro tenés una cotidianeidad que no te das cuentas que tenés y fue uno de los dolores más grandes que tuve en mi vida fuerte, muy fuerte.

Eial Moldavsky -un devoto de Juan Román Riquelme- le contó a Diego Iglesias que lo que más le gusta de la Filosofía es “pensar las cosas al revés”
Eial Moldavsky -un devoto de Juan Román Riquelme- le contó a Diego Iglesias que lo que más le gusta de la Filosofía es “pensar las cosas al revés”

—¿Tu perro se llamaba Chicago por tu tío que falleció, que era hincha de Chicago?

—Exactamente. Mi tío de Mataderos. Yo tengo un vínculo emocional con Chicago enorme.

—Sos fanático del fútbol e hincha de Boca…

—Sí. Pero sobre todo, soy más hincha de Riquelme que de Boca. Cuando Riquelme no está cerca de Boca, me alejo un poco de Boca.

—¿Por qué sos tan fanático de Riquelme?

—Es un tipo que me hizo muy feliz porque reunía dos cosas que a mí me encantaban. No sólo me encantaba cómo jugaba al fútbol, el estilo, el dar más pases que hacer goles, sino que además tenía como todo este costado fuera de la cancha de cómo hablaba con los periodistas, de todo lo que representaba esa figura, incluso medio polémica que a mí me encantaba. “Seremos menos malos que los demás”, es espectacular.

—¿Sos cabulero?

—Soy muy cabulero con el fútbol.

—¿A qué nivel?

—A todos los niveles. Al nivel de que una vez estábamos viendo un Boca-River en lo de mi abuela y Boca hizo un gol. Mi abuela estaba en la cocina y no la dejamos salir en todo el resto del partido de la cocina. Sí.

—Y en el Mundial, ¿qué cábalas tenías?

—En el Mundial se dio que en fase de grupos, partido contra Arabia, siete de la mañana, hago una convocatoria laxa. Porque digo: “Bueno, primer partido, es fácil”. Yo no voy a ver el partido con gente que me pregunte cómo es el offside, pero hago una invitación extendida. Es Arabia, todo debería salir bien.

—¿Cuánta gente había?

—Había unas diez personas en casa. Perdimos, nos juntamos todos, le comuniqué al plantel que estaban desafectados, que no podían presentarse al próximo partido, que ninguno de los que habían venido hoy tenía ticket para repetir en mi casa. Que se busquen otra sede y que nos hablábamos el próximo Mundial.

—¿Igual intentaron ver otro partido con vos?

—Me escribieron y les dije: “No podés. Buscate otra sede”. Y me traje un refuerzo que era una amiga, que es muy amiga mía, que vive en Alemania y estaba en Argentina. Me la traje para México.

—¿Para el segundo partido?

—Para el segundo partido. Clasificamos con México, le digo a mi amiga: “Vos no podés ir a ver el partido a ningún otro lugar, esto se acaba de determinar, tu vida en el mundial es esta”. Vimos Polonia, vimos Australia. En Australia ella se tenía que volver...

—¡No! (Risas).

—“No te podés volver”. Extendimos el pasaje y pagamos la multa. Vimos Países Bajos y bueno, en semifinales ya se volvió, y le dije: “Si ahora pasa una tragedia, se rompe algo entre nosotros”.

Eial Moldavsky enaltece el vínculo con su papá, el humorista Roberto Moldavsky. "Mi viejo estudió Sociología, tenemos muchas de estas conversaciones filosóficas", dice
Eial Moldavsky enaltece el vínculo con su papá, el humorista Roberto Moldavsky. "Mi viejo estudió Sociología, tenemos muchas de estas conversaciones filosóficas", dice

—¿Cómo es el vínculo con tu papá, Roberto Moldavsky?

—Me llevo muy bien. Es lo más, me enseñó todo del laburo que hacemos juntos. Y además me banca en todo: imagínate que para un tipo que laburaba en Once, que un hijo venga a decirle que estudia Filosofía... Tuvo que ir a un grupo de autoayuda de gente del Once, un grupo para todos los hijos que estudian Letras y Humanidades.

—¿Lo primero que pensó tu viejo es: “No vas a hacer un peso”?

—Lo primero que pensó es: “¿Qué hice mal? ¿En qué me equivoqué?”. Pero me bancó a muerte, la verdad que me banca a pleno.

—Además, tu viejo estudió Sociología…

—Eso es verdad. Porque es como que está el personaje del comerciante y todo, pero la realidad de fondo es que mi viejo estudió Sociología, tenemos muchas de estas conversaciones filosóficas. Es un tipo con el que se puede hablar de todo, que le gustan esas charlas, que le gusta pensar, es un personaje el que armamos para el teatro o el que armó él para el teatro, pero la realidad es que fuera del escenario está todo a la disponibilidad.

—¿Cómo es el vínculo con Galia, tu hermana?

—Galia para mí es una referente en decisiones de mi vida. Digo, en muchas decisiones, muchas cosas que no sé qué pensar, que no sé qué hacer, las consulto con ella. Debería ser al revés porque yo soy el mayor y ella es la menor. Pero es una piba muy inteligente, sensible y es una gran persona para consultar tu vida.

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