Fue trapecista en el Circo Rodas, combatió en la Guerra del Golfo y viajó por el mundo con “Figuretti”: las mil vidas de Gurka, el camarógrafo de “ShowMatch”

Gustavo Rodríguez es desde hace casi 30 años un fiel soldado de Marcelo Tinelli, pero antes vivió de cerca el conflicto bélico que estalló en 1990. En una entrevista con Teleshow, repasa las enseñanzas que le dejó y además cuenta anécdotas de sus viajes con Fredy Villarreal

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Gurka es desde hace casi 30 años camarógrafo de Marcelo Tinelli (Foto: Franco Fafasuli)
Gurka es desde hace casi 30 años camarógrafo de Marcelo Tinelli (Foto: Franco Fafasuli)

Gustavo Rodríguez, o Gurka, como lo conoce todo el mundo gracias al apodo que le puso José María Listorti, vivió mil vidas en una sola. Y no es un decir, porque a sus 56 años, el porteño que hace los mejores planos de ShowMatch estuvo combatiendo en la Guerra del Golfo, vivió de cerca los Oscars, cinco mundiales de fútbol y desde hace casi 30 años es un “fiel soldado” de Marcelo Tinelli.

Nació en 1965, pero al año su familia decidió trasladarse a España por el trabajo de su padre, que era ingeniero. Allí vivió hasta los cinco años cuando, por el mismo motivo, se mudaron a Estados Unidos, donde realizó toda la primaria y parte de la secundaria. Justo antes de terminarla, regresó a la Argentina. “Tuve que empezar a aprender de nuevo el español”, recuerda. Entonces, termina el colegio, hace el servicio militar y después ingresa a la universidad para estudiar Biología Marina. Mientras tanto, su mamá, que era productora de televisión y gerente de marketing del Circo Rodas, le ofrece la oportunidad de empezar a trabajar como trapecista. “Era mi lugar para ir a divertirme”, dirá en diálogo con Teleshow. Pero por esas cosas de la vida, decidió regresar a Norteamérica, donde el destino le tendría preparado su desafío más difícil: afrontar una guerra.

Mi tío, veterano de guerra de Vietnam, me dijo ´¿por qué no te metés en el ejército?´ Me lo recomendó porque allá es como un laburo, firmás un contrato por un tiempo, te hacen una evaluación y te dicen para qué tipo de trabajo podés servir. Y yo quería ser paracaidista, ese era mi único objetivo”, rememora. Y continúa: “Yo firmé, pero no sabía qué destino me habían asignado, y al final fue infantería. Hice la instrucción, que fueron seis meses, y después hice la escuela de paracaidismo. Y luego me destinan a mi unidad, la 101, y automáticamente tuve que hacer la escuela de asalto aéreo. Eso para mí era Disney, yo estaba haciendo lo que soñaba de chiquito.”. Su labor principal era hacer mucho entrenamiento físico, muchas veces en otros países. “Siempre sabes que si llega a pasar algo, vos tenés que estar preparado para eso”, señala. Y así pasó.

Gurka se alistó en el ejército de Estados Unidos y su unidad estaba de guardia cuando estalló el conflicto en el Golfo
Gurka se alistó en el ejército de Estados Unidos y su unidad estaba de guardia cuando estalló el conflicto en el Golfo

En agosto de 1990, cuando estalla la Guerra del Golfo, su unidad era la que estaba de guardia. “Cuando nos dicen que hay posibilidades de ir al Golfo, nos avisan con dos horas de anticipación. Yo atiné a llamar a mi viejo y le pedí que no le dijera nada a mamá, que estaba en Argentina y no quería que se hiciera mala sangre”, relata. Pero la vida quiso que su madre se entere por la televisión, en donde vio un informe del ejército, donde su propio hijo apareció en cámara. “En ese momento, ella se fue a Estados Unidos, y ahí se enteraron en Argentina que yo estaba en la guerra. Mi vieja me mandaba por encomienda alfajores, la camiseta de Boca, cigarrillos, comida”, cuenta.

En una charla con este medio, recuerda cómo fue afrontar el conflicto bélico. “El que dice que no tiene miedo es mentira, si no tenés miedo, algo no funciona. El miedo está, y de él se aprende un montón. Ni bien llegamos era un bombardeo, tiros por todos lados. Estuve una semana en la que no pude tener los ojos cerrados más de 10 segundos porque era tal el stress que estaba viviendo que no podía relajar”, comenta. Allí estuvo durante nueves meses, soportando climas extremos que iban del calor más inhumano durante el día a las noches con “heladas tremendas”. Pero cuando todo parecía terminar, un grupo de rebeldes que no estaba enterado del cese al fuego, derriba el helicóptero en el que viajaba. “Estábamos en el medio del desierto en el río Éufrates, volábamos muy bajo por una cuestión estratégica. Y un disparo pegó en el reactor de cola y lo tiró al piso. Caímos, nos quedamos esperando y a los 15 minutos nos vinieron a rescatar”.

Atravesar una guerra no es fácil para nadie, pero Gurka asegura que su personalidad lo hizo salir adelante. “Me dejo enseñanzas porque hoy en día sé hasta dónde puedo soportar una situación físicamente y psicológicamente. Sé cómo reacciono, empezás a conocerte a vos mismo profundamente, sabés tus verdaderos límites, hasta dónde tolerás la presión”, explica.

Para ese entonces, en el país ya se hablaba del “Rambo argentino”, y una imagen suya en plena guerra luciendo la camiseta del xeneize que le había enviado su madre, se había hecho pública. “Me acuerdo en la cancha de Boca, la hinchada cantando “ya lo veo, ya lo veo, en el Golfo aguantan los bosteros”, relata emocionado.

La icónica foto con la camiseta de Boca en plena Guerra del Golfo
La icónica foto con la camiseta de Boca en plena Guerra del Golfo

Al regresar definitivamente a la Argentina, es su madre quien le propone trabajar en la televisión. “Me manda a una productora, dije que era sonidista, pero en mi vida había agarrado una cámara, nada. El primer día me mandan a hacer una nota a un diputado, el asistente se dio cuenta que no sabía nada y me explicó”, recuerda sobre sus primeros pasos en el medio. Y continúa: “A los dos meses, el pibe me dice ´hay un programa que se llama VideoMatch y quiero que lo haga usted´. Empecé a laburar ahí como cámara en el 93 y me quedé”. Allí, vinieron los viajes por el mundo con los sketches protagonizados por Fredy Villarreal y Diego Korol.

Al regresar al país, fue recibido por Mirtha Legrand y el entonces presidente Carlos Menem
Al regresar al país, fue recibido por Mirtha Legrand y el entonces presidente Carlos Menem

En ese momento, la rivalidad entre CQC y VideoMatch ya era vox populi y fue el propio Gurka el que evitó que se fuera a las manos. “En esa época, CQC estaba con Andy, que era un señor notero que hacía humor político, pero Fredy era más simple, se ponía al costado en la foto y de a poquito fue tomando protagonismo. Figuretti empezaba a meter bocadillos y le arruinaba la nota a Andy, que se sacaba, y era entendible”, recuerda. Y detalla: “En un momento, estábamos en el Rosedal grabando, yo estaba escuchando con el auricular y empiezo a escuchar insultos. Cuando los voy a ver, se estaban medio empujando y entonces salgo corriendo con la cámara para separarlos. Ahí se calmó todo. Andy siempre dice: “Nos estábamos por cag... a trompadas, llegó el Gurka que venía de la guerra y tuvimos que cortar todo”.

Con los sketches de VideoMatch se dio el gusto de conocer a las personalidades más importantes
Con los sketches de VideoMatch se dio el gusto de conocer a las personalidades más importantes

En esa época, Gustavo se dio el gusto de conocer a las personalidades más influyentes del mundo y presenciar los eventos más importantes. “A Figuretti lo amaban todos, Menem, Schumacher, los Rolling Stones...esa época fue hermosa”. Y relata una increíble anécdota con la banda liderada por Mick Jagger: “Cuando vienen a la Argentina, durante una semana estuvimos con Figuretti persiguiendo a Ron Wood. Yo no dormía. Al tiempo, sacan un disco en el puente de Brooklyn en Nueva York y vamos a cubrir la nota, pero no podíamos acercarnos porque nos paró la policía. Cuando termina el evento, nos vamos caminando y de repente nos tocan una bocina, eran Ron Wood y Charlie Watt que se iban en un auto, frenan y nos gritan “¡Figuretti!”. Fredy venía con la peluca en la mano, se la pone, sacamos la cámara y nos pusimos a grabar”.

Gurka se considera un "fiel soldado" de Marcelo Tinelli (Foto: Franco Fafasuli)
Gurka se considera un "fiel soldado" de Marcelo Tinelli (Foto: Franco Fafasuli)

Después, vendría el Bailando, y tiempo más tarde, descubriría su verdadera pasión: el steady, esa técnica que consiste en llevar la cámara atada al cuerpo del operador mediante un arnés. “No lo largué más porque para mí es mi vida. Me fascina, es algo que me causa mucho placer porque sos como un bailarín más de la coreo”. Este arte lo llevó a tener una fan inesperada: Carolina Pampita Ardohain, con quien armó la espectacular apertura de este año en la que la modelo se lució bailando tango embarazada. “Ella ama y es partidaria del steady, yo la considero mi fan”.

Su verdadera pasión, el steady (Foto: Franco Fafasuli)
Su verdadera pasión, el steady (Foto: Franco Fafasuli)

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