Entre las grandes novedades que tiene el estreno de Terminator: destino oculto, se encuentran el regreso de James Cameron, creador de la saga, como productor y el de Linda Hamilton, ex pareja del director, en el papel de Sarah Connor, la heroína histórica de la trama.
En esta película también se destaca la actriz canadiense Mackenzie Davies, quien interpreta a una humana mejorada proveniente del futuro para cumplir una peligrosa misión en la Ciudad de México. En una entrevista exclusiva para Teleshow, ambas actrices dieron detalles de esta esperada secuela.
—Linda, ¿cuál fue tu primera reacción cuando James Cameron te llamó para una nueva Terminator, 28 años después de la segunda película?
—De ninguna manera... Estaba un poco sorprendida de que esto hubiera surgido, esta propuesta tardía en mi vida, después de tanto tiempo desde que la interpreté por última vez. Por eso la verdad es que lo tuve que pensar por mucho tiempo, mucho tiempo. ¿Estaba dispuesta a exponer mi vida por otros quince minutos de fama? Por así llamarlos. Y luego una parte de mí se preguntaba si tenía algo nuevo para decir como Sarah Connor, porque no quería volver para hacer lo mismo. Ese fue el motivo por el que rechacé participar en la tercera. Y dije: “No hay manera, yo ya dije lo que tenía que decir”. Y realmente sentí que era muy completo. Entonces qué es lo que suma el interpretarla 27 años después y es el pasaje del tiempo, en qué momento nos encuentra. Y pensé que era un campo rico para trabajar.
—Mackenzie, tu personaje Grace es una humana mejorada, mitad humana mitad cyborg, ¿qué fue lo más difícil de interpretar este papel?
—Por suerte no había ninguna cuestión técnica que comprender porque ella es un humano que tuvo una operación. Así que tiene alma humana, experiencias humanas. Por eso fue construir un personaje humano que es muy fuerte, muy rápida. Y tiene una debilidad que verán en la película. Tiene un límite de hasta dónde puede llevar sus habilidades y creo que decidir sobre ese punto fue lo difícil. Lo decidimos y es lo que se ve.

—Linda, recuerdo que para Terminator 2 hiciste un trabajo de entrenamiento muy intensivo, ¿cómo fue para este filme?
—Igual de intensivo pero diferente, porque me puedo poner a ejercitar y no obtener los mismos resultados. Podés desarrollar músculos sin hormonas. Tomé hormonas, pero me duró un santiamén. Un día en el medio de la noche, le tuve que escribir a mi doctor a las 2 de la madrugada para pedirle ayuda, mi presión se disparó. No era quien querían mostrar en el set, por la testosterona ¿cierto? Era lo que se siente ser un chico, olvídalo. Supe que no iba a poder con las hormonas, eso hubiera sumado un cinco por ciento de masa muscular en mi cuerpo. Así que trabajamos en el movimiento, trabajé con las mancuernas, bandas, cross training, pero trabajamos en el movimiento porque eso es lo que demanda la acción.
—Mackenzie, ¿cómo fue trabajar con una leyenda como Linda?
—Fue un sueño hecho realidad. No porque sea una leyenda que es fascinante, pero la fascinación dura unos diez minutos, y luego ya estás con la persona. Se debe a que es un ser humano tan maravilloso y es tan generosa y tan metódica. Realmente nos educó acerca de este mundo y tuvimos que aprender de ella sobre su extenso conocimiento de este mundo que ocupó y lo que significó para ella y cuánto tiempo pasó pensando acerca de este personaje, de verdad nos puso presión a nosotros de una forma positiva para respetar este legado. Que no es sólo una película, esto ha sido parte de la vida de esta mujer que adoramos por treinta años.
—Sarah Connor de Terminator como Ripley de Alien son personajes icónicos de las películas de ciencia ficción y acción, ¿cuán importante fue para vos en tu vida y en tu carrera Sarah Connor? ¿Fue pesado para vos ser Sarah Connor?
—Fue pesado interpretar a Sarah y de alguna manera llevarla a todos lados. Tengo momentos históricos en mi vida en los que escuchaba decir a la gente, fuera de contexto, cuando estoy en una locación para otra película, así que están tratando de dilucidar si soy yo o no. Alguien susurra: “Esa no puede ser ella, tiene que jugar al pool mucho mejor”. Estaba tirando y no podían creer que fuera yo, como si hiciera todo perfecto. Así que tuve mis momentos divertidos, tratando de llevarlo y hechizando a la gente, prefiero hacer reír a la gente y mostrar humanidad que algo impostado de una imagen que tienen de mí. Por lo que lo primero que hago es descomprimir. Cuando me dicen si soy Sarah Connor les estrecho la mano y les digo: “Sí, ¿y vos?”. Rehúso a ser esa persona que creen que soy.
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