Rosario narco: balearon un depósito de garrafas en el lugar donde mataron a Máximo Jerez

Ocurrió un día después de que llegara la Gendarmería al barrio. El dueño del comercio dijo que el ataque fue para sembrar terror y que teme por su familia: “Esto es tierra de nadie”

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El ataque ocurrió a 24 horas de la llegada de Gendarmería al barrio
El ataque ocurrió a 24 horas de la llegada de Gendarmería al barrio

Sicaron atacaron a tiros este jueves por la tarde un depósito de garrafas ubicado a pocos metros del operativo de saturación que realizaba Gendarmería Nacional en el barrio “Los Pumitas” de Empalme Graneros, en Rosario, y a dos cuadras del lugar en el que fue asesinado el domingo pasado Máximo Jerez, el nene de 12 años que quedó en medio de una balacera contra un kiosco de drogas.

El responsable del comercio relató que un sicario abrió fuego desde una moto blanca y uno de los proyectiles pasó “cerca del pecho” de uno de sus empleados. Además, aseguró que “quiere irse” del barrio por la escalada de violencia.

La nueva balacera tuvo lugar en Atalco al 6.000, a dos cuadras de Cabal al 1.300 bis, lugar que el lunes pasado fue noticia nacional por una pueblada contra las bandas narco que venden droga en el asentamiento “Los Pumitas”, en la zona Noroeste de Rosario.

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En diálogo con los medios que estaban presentes al momento del hecho, Sandro, el dueño del depósito de garrafas, declaró: “Se equivocaron. Nunca recibí una amenaza, no me meto con nadie. No pude ver nada porque estaba durmiendo con mi señora y mi criatura. Un empleado entró y me dijo ‘Revolearon tiros para todos lados y casi me dan en el pecho’”.

Según estimó Sandro, en el lugar había “entre 60 y 70 garrafas” y algunos de los disparos traspasaron la chapa de la fachada e ingresaron al interior del negocio. “Acá está Gendarmería, pero el problema viene de más arriba. Esto es tierra de nadie”, afirmó.

“Acá está Gendarmería, pero el problema viene de más arriba. Esto es tierra de nadie”, afirmó el dueño del negocio de garrafas baleado
“Acá está Gendarmería, pero el problema viene de más arriba. Esto es tierra de nadie”, afirmó el dueño del negocio de garrafas baleado

“Acá vivo yo, mi mujer y mis hijos. No sé qué buscan, pero acá vive mi familia. Si me quieren encontrar estoy todo el día en la calle hasta las diez de la noche. Es más, me pueden citar para que entregue una garrafa y matarme”, agregó.

El comerciante enfatizó que tiene su depósito hace ocho años en Empalme Graneros y vive “con el portón abierto”. “A lo mejor esto fue para sembrar terror. A mi señora y a mis hijos los voy a sacar del barrio. Ya lo veníamos hablando antes de esto. Nos queremos ir hace rato”, concluyó.

Consultado sobre si pidió custodia especial tras el ataque, sostuvo: “A mí no me tienen que dar custodia, se la tienen que dar al barrio. No es la primera vez que pasan y tiran rafagazos (sic). A mí no me interesa si me dan un cuetazo (sic), pero están mis hijos”.

Las balaceras en Rosario se volvieron una noticia repetida durante este año. La unidad fiscal encargada de investigar denuncias por ataques a tiros registró un promedio de nueve hechos este año, y en lo que va de marzo, 16 por día.

Fuentes oficiales indicaron a Infobae que en enero hubo 142 ingresos de legajos, en febrero 175 y, en lo que va de marzo, 65. En estos tres primeros meses del año, van 382 balaceras. En agosto, septiembre y octubre del año pasado, se habían contado 257.

Las fuentes consultadas por este medio indicaron que el equipo de fiscales que dirige Valeria Haurigot no da abasto: son solo cuatro funcionarios que investigan, detienen y llevan adelante las audiencias imputativas de cada hecho que son, en su gran mayoría, ordenados desde las cárceles.

Completan la unidad especial -creada en 2020- los fiscales Pablo Socca, Franco Carbone y Federico Rébola, quien está a cargo de la causa que investiga la balacera contra el supermercado Único de la familia de Antonela Roccuzzo.

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