
Una amiga está en peligro. Una amiga es maltratada. Una amiga es menospreciada. Una amiga es estafada. Una amiga es secuestrada. Una amiga es alejada. Una amiga es controlada. ¿Qué hacer? ¿Cuándo hacerlo? ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo se ayuda a salir de la violencia?
El caso de Lourdes Fernández, de Bandana, abrió una multiplicidad de frases que tienen como centro el rol fundamental de la amistad femenina: “No te salva la Justicia, te salvan las amigas” o “El nuevo príncipe azul son las amigas”.
La reacción social es un síntoma positivo. La sociedad del “no te metas” quedó atrás y la comunidad del “sí te metas” no mira para otro lado cuando una mujer no puede correrse sola y está dispuesta a ayudarla a salir de situaciones de riesgo.
Ella se nombra como Lowrdes y escribió en Instagram: “La suma de muchos sucesos dolorosos me llevan a tomar decisiones drásticas. Nadie nos enseña a amar”. Su expareja, Leandro Gómez, fue detenida después de la intervención de su mamá, sus compañeras de grupo y sus amigas. Sin embargo, hay algunos datos claves sobre cómo ayudar a una víctima de violencia de género: respetar, acompañar, no juzgar y estar disponible.
“Cuando una mujer está en un vínculo de violencia el acompañamiento de las amigas es fundamental en la red de protección”, acentúa Ada Rico, Presidenta de La Casa del Encuentro, organización feminista que lucha contra toda forma de violencia hacia las mujeres, niñas, niños y adolescentes. “El aislamiento de la familia, las amistades y el entorno social es el elemento principal del agresor para lograr dominación, miedo, vergüenza y la culpa del silencio que lo protege”, explica.
“Las amigas que escuchan sin juzgar y que priorizan la vida ante cualquier posible enojo hacen que ella pueda salir del ciclo de la violencia que la atrapa. Las víctimas hacen lo que pueden, cuando pueden y, a veces, no pueden. Hay que saber respetar esos tiempos y actuar ante el peligro, es lo que hace de la amistad el amoroso espacio que posibilita desnaturalizar la violencia”, detalla Ada Rico.
“El grado de vulnerabilidad impide que pueda identificar lo que está viviendo. Por eso, la paciencia y el abrazo son fundamentales en el proceso. Con las amigas se puede hablar sin sentirse direccionada y pueden allanar el camino para salir de un vinculo de violencia”, subraya Rico.
Ella da algunas claves: escuchar, sin juzgar; abrazar, sin obligar; actuar, sin esperar; respetar, sin presionar; estar, sin condicionar. “Así son las verdaderas amigas”, destaca.
“Vos podés hacer algo. La primera escucha es fundamental para acompañar a quien vive violencia de género”, dice una campaña de la ex Fundación Avon (ahora Fundación Instituto Natura) que fue pionera en generar un manual para las amigas.
“¿Qué es hacer la primera escucha? Es la escucha activa, con empatía sobre la situación que está viviendo y sin juzgarla. Tu escucha es importante y también puede ser virtual”. Llamar, ir a ver, escuchar, mandar un mensaje son señales de acompañamiento y disponibilidad para que una amiga, prima, compañera de trabajo sepa que cuenta con nosotras.

Hay diferentes niveles de violencia y de riesgo. Hay momentos en que se necesita una acción drástica porque corre peligro la vida o la integridad de la persona. Pero, en muchas situaciones, no todo es actuar e intervenir. Hay veces que hay que escuchar, tener paciencia, esperar a las decisiones de la víctima y, especialmente, no juzgar o hacer sentir culpable a quien padece maltrato.
“Cuando una mujer nos cuenta que vive violencia, tenemos que estar atentas a algo: la revictimización. ¿Qué es eso? Contar lo que vivimos, equivale a volver a vivirlo. Nosotras no necesitamos saber en detalle qué pasó para ayudarla”, explica el manual de la Fundación Instituto Natura. ¿Qué hacer si una amiga vive violencia?: "Hacele saber que estás, aunque sea con un ‘buen día’, incluso si hay días que parece no querer hablar. Escuchala y creele. Otros podrán juzgarla de exagerada o minimizar lo que le pasa. Pero vos, acompañala y respetá la confidencialidad que ella te pida".
Otros consejos son: “Respetá sus tiempos y decisiones. Preguntale si podés ayudarla con algo o qué necesita. Respetá su autonomía. No preguntes ¿qué pasó? o ¿qué hiciste? No te ofrezcas a arreglar las cosas por ella. No le digas qué hacer ni tomes decisiones por ella. No emitas juicios de valor”.

“¿Qué hacer cuando una amiga quiere denunciar? Acompañala. Es clave que no vaya sola. ¿Por qué? En ese momento ella puede sentirse abrumada y sobrepasada por la situación. Además la puede atender alguien que intente disuadirla. Escuchá junto a ella lo que le digan. Son momentos en que el aturdimiento es grande. Alguien que escuche y pueda ayudarla a recapitular después es clave”.
¿Cómo hago para iniciar una conversación con alguien que vive violencia? “La mayoría de las veces no sabemos, nos cuesta sin enojarnos y sin juzgarla porque no se da cuenta”, detalla la campaña del Instituto Natura.
Hay un semáforo (que se puede encontrar detallado en un video con la voz de la actriz Maite Lanata) en donde se diferencian las situaciones en tres colores. “El color rojo es cuando no te lo cuenta, pero vos detectás indicios. Es clave no mirar para otro lado”, destacan.

“Lo recomendable es estar cerca y devolverle comentarios como ‘No te habló bien’. Es importante saber cómo está ella. Si insistimos nos va a dejar de contar. Pero es fundamental ser paciente. Ella va a pedir ayuda a quien la acompaña sin juzgarla. Es importante acompañar y no tomar decisiones por ella”, se explícita en la campaña.
El color que suele usarse para indicar el cambio entre frenar y avanzar también tiene un significado en el vínculo de una mujer con una amiga que es víctima de violencia de género. “El amarillo es cuando cuenta algunas situaciones que vive, pero al pasar. Siempre es importante preguntar cómo se siente ella. Es importante escucharla y no decirle lo que tiene que hacer. Hay que preguntar: ¿Cómo te puedo ayudar?”.
El color más esperado, en este caso, simboliza cuando la persona sabe que está padeciendo y quiere dejar de padecer: separarse, irse de la casa, lograr que se vaya el violento, terminar la relación y denunciar ante la Justicia.
“El verde es cuando cuenta que vivió violencia y pide ayuda. En estos casos es importante que reciba asesoramiento. Siempre podemos hacer visible la violencia de manera respetuosa”, recomiendan las expertas.

En otro video, con la locución de Diana Zurco, se aconseja: “Meternos nos da miedo pero cada vez que no lo hacemos naturalizamos lo que sucedió. Si viste algo que te hizo ruido mandale un mensaje o un llamado: ¿Estás bien? Tal vez ella diga que no es nada. Intentá hacerlo de una manera amorosa, con una charla empática".
“Es importante que escuches lo que te está contando sin abrumarla. Es importante respetar sus tiempos y su autonomía —remarcan—. No le preguntes qué hizo. Podemos ser un punto de apoyo clave para salir de la violencia”.
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