Fue apropiada cuando era bebé y su búsqueda para conocer su verdadera identidad inspiró una ley en Misiones

Más de 30 años después de que su madre biológica la entregara a la mujer que la crió, el enorme deseo de Mariela Irala por conocer su identidad fue el disparador para que la provincia de Misiones aprobara la ley de Identidad Biológica o de Origen, que obliga al Estado a asistir en las búsquedas de quienes necesitan recuperar su historia

Compartir
Compartir articulo
Mariela Irala tiene 35 y su búsqueda de su verdadera identidad inspiró la Ley de Identidad Biológica y de Origen en Misiones - Foto gentileza Carlos Cabrera
Mariela Irala tiene 35 y su búsqueda de su verdadera identidad inspiró la Ley de Identidad Biológica y de Origen en Misiones - Foto gentileza Carlos Cabrera

“Si no encuentro a mi madre por lo menos hago algo productivo por los que han vivido en una mentira y buscan su identidad”. Hace rato ya que Mariela Irala se sabe parte de un colectivo. Cardumen moviéndose en el océano con un objetivo claro, aún en el más absoluto desorden: conocer su identidad biológica o de origen. Lograr reconocerse en otros o en otras, y poder ir hacia atrás para saber por ejemplo de qué barco bajaron los bisabuelos o si siempre estuvieron aquí.

“Desde que tengo uso de razón que sé que soy adoptada. Mi mamá de crianza me dijo que me adoptó de meses, que no llegaba al año. Ella era una mujer soltera, de 40 años, sin pareja, que trabajaba en una casa de familia y deseaba ser madre, pero sabía que no cumplía con las condiciones para poder adoptar. Me contó que conoció a otra mujer que trabajaba en la misma casa de familia, parece que empatizaron y esta señora le dijo ‘tengo un chico para darte’. Cuando mi mamá se acercó a su casa en vez de un varoncito me entregaron a mí. Supuestamente era una mujer de pocos recursos, con muchos hijos y sola. Así habría sido el intercambio. Mi supuesta madre biológica me entregó y después se fue, desapareció”.

Mariela Irala cuando era niña. Si gran pregunta es qué sucedió antes de esas fotos
Mariela Irala cuando era niña. Si gran pregunta es qué sucedió antes de esas fotos

La falta de certezas sobre el origen de Mariela fue el disparador que le dio forma a la Ley de Identidad Biológica o de Origen que la Cámara de Representantes de la provincia de Misiones aprobó en estos días, y que apunta a que el Estado garantice asistencia en la búsqueda e investigación a toda persona que presuma que su identidad ha sido adulterada o suprimida, independientemente de su fecha de nacimiento cierta o presunta.

“Mi búsqueda comenzó en 2018. Primero me metí en las redes sociales y descubrí que esta realidad era mucho más grande de lo que imaginaba. Porque en general las apropiaciones se relacionan con la dictadura, pero lo cierto es que estamos los otros hijos. Nosotros somos los apropiados en democracia, y las características y el nivel de complejidad de estos procesos son diferentes. Por eso acerqué una propuesta de ley para Misiones, basándome en un proyecto nacional y en leyes ya vigentes en algunas provincias. No sé si con la ley voy a encontrar a mi familia biológica, pero seguro ayuda a mucha gente”.

Mariela y sus primeros pasos. Cuando preguntó sobre su origen, la familia que la crió hizo silencio
Mariela y sus primeros pasos. Cuando preguntó sobre su origen, la familia que la crió hizo silencio

Aguja en el pajar

Entre los fundamentos de la ley se menciona que en nuestro país existen alrededor de tres millones de personas que buscan su identidad. También que, según el Observatorio de Derechos Humanos del Senado de la Nación, son cada vez más quienes desconocen sus orígenes.

En diálogo con Infobae lo explica la diputada Rita Núñez, responsable del proyecto de ley: “A partir de conocer a Mariela Irala, nos pareció importante brindar una herramienta legislativa a tantas y tantos que necesitan acompañamiento del Estado para colaborar en sus búsquedas. La puesta en práctica del derecho es potestad del Poder Ejecutivo. La ley establece la creación de un Área de Fomento y Promoción del Derecho a la Identidad de Origen para implementar la norma. Y se detallan determinados principios rectores: transparencia, informalismo, accesibilidad, no discriminación, celeridad, gratuidad, confidencialidad y buena fe. Por otro lado, será fundamental el involucramiento de las organizaciones no gubernamentales, especialmente en la promoción de las herramientas cuando se encuentren en funcionamiento”.

Las imágenes que la acompañaron toda su vida. Hoy quiere saber quién fue su madre biológica, su verdadero origen
Las imágenes que la acompañaron toda su vida. Hoy quiere saber quién fue su madre biológica, su verdadero origen

Una de las responsabilidades del Área de Fomento y Promoción será arbitrar los mecanismos necesarios para que se realicen exámenes gratuitos de compatibilidad de ADN.

Para Mariela ese era el quid de la cuestión: “Poder hacernos un estudio de ADN sin una orden judicial es el punto que efectivamente creo que facilitará las cosas. Porque claro que hay que armar un registro y anotar a los que buscan y demás; pero te vas al hospital y, como me pasó a mí, encontrás actas de nacimiento con hojas arrancadas, o nombres cambiados. Realmente está muy adulterada la información. Se agrega que las familias de crianza no suelen colaborar o si te compraron quizás no saben quién parió. Es decir, en la búsqueda llegas a un límite pronto. La ley viene a querer facilitar ese proceso, y es también una manera de que el Estado asuma que algunos de sus mecanismos han facilitado estas entregas”.

Derecho a defender un derecho

Mariela sonríe en las fotos. Desde chica se la ve mostrando los dientes. Una sonrisa dulce que le adorna la cara. Con la señorita del colegio, en los juegos de la plaza, en un jardín repleto de flores en Posadas. De todavía más chiquita aparece andando en patas, con sus bracitos regordetes braceando en vestidos con puntillas. Una vida reflejada en imágenes.

Pero, ¿qué pasó antes de esas primeras fotos?

Mariela a los 12 años en Posadas, Misiones
Mariela a los 12 años en Posadas, Misiones

“Conocer nuestro origen es una duda existencial. Queremos saber a quién nos parecemos, cuál es nuestra fecha real de nacimiento, nuestra edad, queremos conocer parte de nuestra historia y no importan las condiciones. Lo noté mucho en los casos que conocí a través de las redes: generalmente, no hay un juzgamiento de parte de los que buscamos nuestro origen. Entendemos que muchas de estas mujeres fueron obligadas a desprenderse de sus hijos, las engañaron, o quizás sí los entregaron pero han sido mujeres vulnerables, presionadas social o económicamente. La necesidad de conocer de dónde venimos es tan fuerte que tenemos otro nivel de consciencia respecto a las condiciones en que fuimos entregados. Y cuanto más grande sos, más grandes los deseos de saber”.

- ¿Cómo ha reaccionado tu mamá y tu familia de crianza frente a tus preguntas, a los deseos de saber?

- Siempre me dijeron lo mismo: “¿Para qué querés saber? Si tu mamá es la que te crió y la que realmente te quiere”. Respuestas que generan mucha culpa. Tengo el recuerdo de ser niñita y preguntarle a mi mamá sobre mis orígenes y que me contara que conoció a una mujer en su trabajo. Pero si seguía preguntando aparecía el discurso de que “no importa porque tu mamá es la que te cría”. Se genera un fantasma al cuete y muchos conflictos. Igual, aunque insistas, llega un momento en que no hay más.

De izquierda a derecha. Amelia Báez, referente de DDHH en Misiones, Mariela Irala y la diputada Rita Núñez cuando se aprobó la Ley de Identidad biológica o de origen
De izquierda a derecha. Amelia Báez, referente de DDHH en Misiones, Mariela Irala y la diputada Rita Núñez cuando se aprobó la Ley de Identidad biológica o de origen

- Con más de 30 años comenzaste una búsqueda activa de tus orígenes. ¿Por qué?

- En 2018 una crisis personal me distanció de mi madre de crianza. Además de problemas como tiene cualquier familia, aparecían estas preguntas que yo le hacía más insistentes, más puntuales. Por ejemplo, le preguntaba cómo se llamaba mi madre biológica y decía que no se acordaba. Todo eso empezó a sumar en el quiebre de la relación madre-hija. Encima estaba sin trabajo, venía de un duelo amoroso. Fue un conjunto de situaciones, no aguanté más y por primera vez me animé a buscar. Me animé a ver qué herramientas tenía yo para buscar mi verdad, reconocer a quién me parezco, poder preguntar por qué pasó lo que pasó.

- ¿Qué es lo que molesta?

- La mentira es lo que molesta, lo que duele, lo que cansa. Es mejor saber la realidad, por más cruda que sea. Prefiero que me digan que mi mamá me vendió por dos pesos o que fui hija producto de una violación a preguntar y que te digan una cosa y después otra. En nuestra generación no hay tanto juzgamiento ni por quienes te adoptaron, ni por quienes te dieron. En cambio, hay un concepto del derecho que queremos defender y la mentira es un escollo que afecta tu identidad.

Iniciativas legislativas sobre identidad de origen en las distintas provincias
Iniciativas legislativas sobre identidad de origen en las distintas provincias

- ¿Pudiste reencauzar la relación con tu mamá de crianza?

- Sí. En 2018 estaba muy enojada pero después ya no. Hice terapia y en pandemia me acerqué de vuelta a mi madre. No tengo enojo con ella, ni ningún tipo de resentimiento. Pero no hablamos de la adopción. Es una mujer de más de 70 años. Decidí ya no preguntarle nada. Mientras que no hablo del tema, está todo bien. También me di cuenta de que no me puedo hacer cargo si a mi mamá le molesta o le duele la exposición de mi historia. Yo no la juzgo, pero si se siente mal o se enoja por mi búsqueda es la consecuencia de un acto que no puedo asumir.

- Sos mamá de un varón de 14 años. ¿Cómo impactó la maternidad en tu historia?

- Cuando fui madre a los 21 años pude entender a mi madre biológica. Fui madre porque quise, deseaba tener un hijo, deseaba la propia familia. Pero a la vez me atravesaron tantas emociones encontradas. Supe que mi vida había cambiado, que mis decisiones iban a afectar a un tercero hasta el día que me muera. Me vi en la compleja cuestión que implica ser madre, con lo bueno y con lo malo. Porque existe una romantización de la maternidad, te pintan que todo es maravilloso, sin conflictos internos, ni con la pareja. A mí, en cambio, me pareció un sentimiento súper súper complejo el de ser madre, el de entablar un vínculo con un otro que es tu hijo. Así comprendí que hay gente que hace lo que puede. Independientemente de las circunstancias que mi madre biológica haya atravesado, hacerse cargo de una vida con la enorme carga simbólica que hay sobre las mujeres… entendí que la superó. Y la verdad es que me entregó a una mujer que deseaba tener un hijo. Yo hoy hablo como hablo gracias a la crianza que tuve. Entonces, lo que hizo mi madre biológica, por plata o no, fue en definitiva un acto de amor porque dijo “yo no puedo asumir esto”. Me dio a una mujer que me deseaba, que trabajaba. Entiendo los contextos y las circunstancias, solamente quiero la verdad. Pero no es fácil llegar.

SEGUIR LEYENDO: