Estar cuando más se necesita: la noble tarea de la Red de Abordaje Comunitario que asiste a pacientes con COVID-19

Contienen emocionalmente a personas contagiadas y a sus familias y buscan frenar la cadena de contagios por medio de la prevención. Son unos 1500 voluntarios que comenzaron a actuar en Neuquén, donde nació esta idea que se extendió también por Río Negro y Buenos Aires. Cómo funciona y quiénes pueden ser parte

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Belén Di Paolo brinda capacitaciones virtuales a nuevos voluntarios de la Red de Abordaje Comunitario (RAC). En las ultimas dos semanas se sumaron 60 personas.
Belén Di Paolo brinda capacitaciones virtuales a nuevos voluntarios de la Red de Abordaje Comunitario (RAC). En las ultimas dos semanas se sumaron 60 personas.

“Yo vengo a ofrecer mi corazón”, exclama el músico rosarino Fito Páez en Giros, su segundo álbum profesional grabado en 1985. Esa canción, la quinta del disco, resume la tarea de las 1500 personas que forman parte de la Red de Abordaje Comunitario Covid-19 (RAC), nacida en agosto de 2020, en Neuquén, y de la que forma parte Belén Di Paolo (37) quien en medio del duelo por perder a su padre por el coronavirus quiso sumarse como voluntaria de la red y brindar contención a quienes pasan por la misma incertidumbre que vivieron los miembros de su familia cuando enfermaron.

“En septiembre pasado perdí a mi papá por la COVID-19 y, a raíz de eso, decidí involucrarme un poco más y hacer algo en medio de tanta desesperación. En mi familia, también enfermaron mis hermanos y cuñadas; mi marido y yo no porque no habíamos tenido contacto en ese tiempo. Y medio de tanta angustia apareció el doctor Martín Sapag con el equipo de la RAC que además de contenernos ayudaron con la medicación necesaria”, recuerda la estudiante de abogacía aquel primer contacto con el grupo que hoy integra.

La RAC -nacida en Cutral Co y Plaza Huincul-, se ramificó a 13 localidades neuquinas y parte de la Comarca Andina. Su fundador y coordinador es el médico pediatra e epidemiólogo Martín Sapag. Su búsqueda es frenar la cadena de contagios por medio de la prevención: “Cuando comenzó la pandemia estaba todo muy despersonalizado, por eso nosotros buscamos la manera de estar con las personas y rescatamos la figura del agente sanitario, que es alguien muy comprometido, con un alto grado de empatía, que se capacita para poder aportar a su comunidad desde un trabajo realizado en conjunto con médicos y enfermos a fin de logar una llegada total a cada rincón de la provincia”, sostuvo y dijo que también requirió de la voluntad del equipo que él mismo formó cuando su madre contrajo el virus.

1500 personas integran la RAC; entre profesionales del sistema de salud y voluntarios. La idea surgió en el hospital de Cutral Co, funciona en 13 localidades neuquinas y se extendió a Río Negro.
Martín Sapag es médico pediatra, Magister en epidemiología, gestión y políticas de salud. Además es coordinador de la Red de Leche Humana de la provincia del Neuquén y uno de los fundadores y coordinadores de la RAC.
Martín Sapag es médico pediatra, Magister en epidemiología, gestión y políticas de salud. Además es coordinador de la Red de Leche Humana de la provincia del Neuquén y uno de los fundadores y coordinadores de la RAC.

Ese equipo está constituido con subgrupos de médicos, coordinadores y voluntarios que siguen el noble objetivo de contener a pacientes con COVID-19 y sus familias. Apenas saben que una persona fue contacto estrecho de un caso positivo inician el contacto con ella ya que entonces es cuando, aseguran, muchas veces el temor y la incertidumbre se apodera de las emociones. El vinculo de confianza es telefónico y se ven solo cuando el paciente o sus familias requieren elementos médicos y bien asistencia en la obtención de medicamentos y alimentos.

Al igual que todo el equipo de voluntariado, Belén comenzó con conocidos que estaban transitando la enfermedad y con el tiempo se fue tejiendo la red al punto de que hoy son quienes requieren ayuda los que la llaman y recomiendan. También capacita a nuevos voluntarios. “En las ultimas dos semanas, cuando bajó el número de contagiados en el sector, preparé a 60 nuevas personas”, dice con orgullo al saber que el proyecto crece aunque consternada cuenta que en aquellas localidades vecinas la segunda ola de COVID fue fatal: “En 20 días llegaron a morir 30 personas”.

Una de las pacientes que recibió ayuda de Belén fue Romina Rosa (41) que, asegura, “no imagino cómo hubiera sido el tiempo de aislamiento sin la ayuda y la enorme contención de este maravilloso equipo”. A principios de mayo, fue internada con neumonía bilateral e intubada. Hace un mes fue dada de alta y hoy celebra un renacer porque creyó que no saldría con vida.

“Las personas aisladas tienen necesidades materiales, afectivas y de otra índole que complican la necesidad de aislamiento”, dice Martín Sapag
RAC Villa La Angostura.
RAC Villa La Angostura.

La experiencia de brindar ayuda emocional en pleno duelo

Haber sido una de las primeras en recibir contención en uno de los momentos más duros fue el motivo que llevó a Belén a sumarse, en octubre, al equipo que funcionada desde hacía dos meses. Se capacitó para saber qué preguntar y qué información requerir a los pacientes para también saber si era necesario ahondar en una serie de preguntas puntuales para transmitirles a los médicos. “Lo que más se necesita hoy es contención, en todos los aspectos, pero lo emocional lo pongo número uno en la pirámide”, asegura Belén.

“Considero que si bien hay cosas que pasan mucho por sentido común, también es por la empatía y ponerse en el lugar de quien atraviesa tantas emociones, o por saberse contacto estrecho, atravesar solo la internación en un hospital o perder a un ser querido”, dice y agrega que “hoy recibo llamados de personas que quieren recibir el acompañamiento y agradezco esta posibilidad porque es una recompensa para el corazón ante la pérdida tan triste que tuvimos como familia porque fue de golpe e inesperada; entonces ser parte de esto es una manera de sanar y aprender muchas cosas”.

Es justamente por la tarea que tienen, tanto equipo médico como el voluntariado, que ellos también muchas veces necesitan contención. “En mi caso me contienen mis hijos, mi marido, mi mamá que también referente de la RAC. Tenemos apoyo virtual con psicólogos porque muchas veces las emociones se mezclan y el dolor de una personas nos lleva al dolor propio entonces es ahí cuando la contención profesional llega”, cuenta.

Una de las tareas de Belén es cargar toda la información de cada persona que acompaña al sistema de la RAC.
Una de las tareas de Belén es cargar toda la información de cada persona que acompaña al sistema de la RAC.

La tarea que realizan, además de escuchar a la persona afecta, también implica brindar asistencia en los trámites de los remedios que luego, siguiendo los protocolos, les acercan; también les llevan viandas o compran comida e instrumentos médicos como termómetros, saturómetros o tubos de oxígeno en los casos de los dados de alta y deben seguir con tratamiento ambulatorio.

“Hay quienes no tienen para comer porque se debieron aislar y trabaja el día a día. Y ahí también estamos. Se les prepara viandas con la ayuda de nutricionistas que sugieren el tipo de alimentación a darles”, detalla emocionada.

“Es un orgullo formar parte de esta red que sigue creciendo porque estar cuando la personas siente miedo y está sola es importante. Lo seguiremos haciendo”, finaliza.

Foto después del reconocimiento por parte del Consejo Deliberante de Plaza Huincul por la labor realizada junto al médico Martin Sapag.
Foto después del reconocimiento por parte del Consejo Deliberante de Plaza Huincul por la labor realizada junto al médico Martin Sapag.

La importancia de recibir acompañamiento en medio de la internación solitaria

Si bien no puede asegurar cuándo se contagió, Romina Rosas recuerda que estaba yendo al gimnasio y que no había observado si allí cumplían con los protocolos sanitarios cuando contrajo COVID-19. “Desde que todo inició le tuve mucho miedo y respeto al coronavirus, estuve un año y medio cuidándome y un día empecé con los síntomas de una supuesta gripe, mi mamá también y no nos habíamos visto por mucho tiempo; como mi hermano iba al mismo gimnasio que yo sacamos la conclusión de que fue allí el lugar de contagio. Él era asintomático pero contagió a mis padres”, recuerda el inicio de lo que se convirtió en su peor pesadilla.

El 3 de mayo, Romina supo que efectivamente había contraído la enfermedad. “Automáticamente, desde ese día mi salud se fue en picada. Comencé a sentir mucho miedo a tener neumonía porque sentía que no la pasaba y una amiga me contó sobre el trabajo de la RAC y me pasó el contacto de Belén, que se comunica enseguida conmigo. Desde ese día no me soltó la mano”, recuerda aquello que vivió hace apenas poco más de un mes, pero que parece tan lejano.

El 17 de mayo, Romina cumplió 41 años internada. "Desde la RAC me llamaban y mensajeaban todos los días para saber cómo seguía", cuenta.
El 17 de mayo, Romina cumplió 41 años internada. "Desde la RAC me llamaban y mensajeaban todos los días para saber cómo seguía", cuenta.

Cada día se establecía el contacto entre la paciente y la voluntaria. “Me preguntaba cómo estaba, me recordaba que debía ver cómo saturaba (oxígeno), todo. El 6 de mayo me llevaron al hospital porque no me sentía bien mientras, Belén preparaba para llevar a mi casa un concentrador del oxigeno porque sabía que yo estaba mal. A los días deciden dejarme internada porque estaba con un cuadro de neumonía bilateral”, recuerda sobre el momento en que su peor temor se hizo realidad.

Durante la internación, la tarea de la voluntaria siguió y no solo con Romina. “Mi marido quedó aislado en la casa y Belén llamaba cada día e incluso hacía las compras para que tenga alimentos y les alcanzaban los medicamentos. Hasta que no se vive el COVID desde adentro no se entiende la importancia de todo este trabajo voluntario y amoroso porque es muy necesaria la contención psicológica. La familia se cansa de que se les pida todo, pero ellos sabe lo que hacen”.

Estuvo 11 días internada y 9 dependiendo del oxigeno con una mascara con reservorio. “Estuve en el limite de pasar a una cánula con oxigeno. Llegué a pensar de verdad que me moría y en ese momento poder contar con ese llamado es muy bueno. Es un trabajo muy importante el que realiza la RAC, la internación se vive con miedo porque se pasa por todos los estados anímicos. Por ahí un día podés hablar con el de la cama de al lado y al otro día te enterás que empeoró y al siguiente que murió”, lamenta entre sollozos por el recuerdo y valora el trabajo del equipo medico en cada hospital.

Romina Rosa junto a su familia a poco de tener el alta médica.
Romina Rosa junto a su familia a poco de tener el alta médica.

La soledad al no poder a la familia es dura. En su caso, porque pese a haber estado mal no fue muy grave, puedo mantener contacto telefónico.

“Es importante estar positivo. Yo recibí mucho cariño a través de mensajes porque podía manejar mi celular y ese apoyo fue muy necesario y positivo”. Su cumpleaños 41 lo pasó internada y este 19 de junio celebra su primer mes de nueva vida mientras sigue recuperado su salud.

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