Es sábado y cae la tarde. La tenue luz del sol que se filtra entre algunas nubes se pierde detrás de las paredes de la sede de la comparsa Ará Yeví, apostada frente al Corsódromo de Gualeguaychú, a la que los integrantes fueron llegando varias horas antes de salir a la pista. Como cualquier día de carnaval la jornada aquí comienza bien temprano. Bailarines, músicos, peluqueras, maquilladores, operarios encargados del ensamblaje de las carrozas y demás se reúnen con al menos siete horas de antelación para ajustar los preparativos y ultimar detalles.
La rutina se desarrolla en medio de un clima festivo y familiar. En el ambiente se palpita una mezcla de relajación, vivacidad y ansiedad por poner el cuerpo en movimiento. "Cuando estás en la previa te empieza a salir esa adrenalina de pisar la pasarela", describe el momento Irineo López, docente de danzas folklóricas de 44 años que está en la comparsa hace una década y desde hace tres temporadas es parte del elenco principal.
Oriundo de la ciudad litoraleña, Irineo se define como un "carnavalero" que cada año espera con ansias esta época al igual que su familia, compuesta por su esposa Susana, también bailarina, y sus hijos Diego y Jacinto, de 8 y 3 años.
‘Cuando estás en la previa te empieza a salir esa adrenalina de pisar la pasarela’, describe el momento Irineo López, docente de danzas folklóricas de 44 años que está en la comparsa hace una década y desde hace tres temporadas es parte del elenco principal
En esta edición, el que también representa a los López en el circuito es el mayor de los hermanos, conocido por todos como Toto, quien hace énfasis de que es su quinto año participando en el carnaval.
"Mi primera vez salí en la panza de mi mamá y después salí en la carroza con mi papá", dice el pequeño que, esbozando una sonrisa pícara y mirándolo de reojo, asegura además que su padre baila mejor que su madre.
La oportunidad de compartir la afinidad del baile con sus hijos sobre el cemento de la pasarela es una situación que también disfruta Claudia Cáceres, empleada administrativa de una escuela de 51 años que tiene experiencias en las cinco comparsas y sale acompañada de su hija Paula Otero, de 21.
Aunque en su caso, a Claudia se le plantea una disyuntiva que prefiere eludir: su otra hija, Sabrina, también es bailarina pero integra las filas de la comparsa Kamarr. El dilema surge porque tanto Paula como Sabrina son portabanderas y compiten entre sí en uno de los seis rubros que definen el espectáculo ganador (los otros son "comparsa", "música", "batucada", "pasista" y "traje fantasía"). "En casa ni se habla del tema", suelta entre risas Paula, que es profesora de danzas y desde los 9 años participa en el festival.
Precisamente el título es el objetivo detrás de todo el color y la alegría general. "Uno va disfrutando pero nunca va perdiendo de vista que no deja de ser una competencia y tiene que ser lo más profesional posible. Y nosotros además competimos no solo por la comparsa sino también por ser la mejor orquesta", sostiene María Belén Greco, cantante y compositora junto a su esposo Gustavo Titi Pauletti, también director musical.
Belén es psicóloga y tiene 36 años. Comenzó su recorrido en el carnaval a los 16 años y en 2004 fue elegida reina. En la previa a la actuación se la ve concentrada, atenta a los detalles: "Son muchas cuestiones técnicas y de ejecución. Somos casi 40 músicos arriba de la carroza, que es un escenario móvil, donde se transmite la señal al Corsódromo y coordinar todo eso más imprevistos que pueden surgir con la gente del grupo, genera un poco de ansiedad", expresa.
Mientras los protagonistas hablan los demás van desfilando hacia el primer piso del establecimiento del club Tiro Federal, donde maquilladores y peluqueras hacen su trabajo. Cada integrante tiene asignado un traje y un estilo de maquillaje, según su escuadra.
Belén es psicóloga y tiene 36 años. Comenzó su recorrido en el carnaval a los 16 años y en 2004 fue elegida reina. En la previa a la actuación se la ve concentrada, atenta a los detalles: “Son muchas cuestiones técnicas y de ejecución. Somos casi 40 músicos arriba de la carroza, que es un escenario móvil, donde se transmite la señal al Corsódromo y coordinar todo eso más imprevistos que pueden surgir con la gente del grupo, genera un poco de ansiedad”, expresa
A su vez, en el galpón de la parte trasera se dan los retoques finales a las carrozas (son cuatro por comparsa), esas esculturas gigantes e imponentes que miden en promedio 15 metros de largo por 6 de ancho y otros 7 de alto, antes de que inicien su recorrido hacia la pista.
El despliegue artístico de una comparsa demanda mucho esfuerzo y, sobre todo, tiempo. El producto final, el que se ve desde las tribunas del Corsódromo o por televisión, es el resultado de un arduo trabajo que inicia aproximadamente en abril, comenta Leo Rosviar, director de Ará Yeví.
El primer paso es diseñar la historia a contar. Este año, el tema de Ará Yeví se llama "Bestias" y relata una cronología de la evolución y transformación del hombre.
"Contamos que existía un hombre que vivía en paz y empieza a ser contaminado por estas bestias que le enseñan a luchar, le inculcan la guerra y lo dominan hasta tal punto de llegar a lo que nosotros estamos haciendo hoy, que es destruir el mundo", explica Rosviar.
En los meses siguientes herreros, empapeladores, pintores, modistas trabajan en distintas etapas en la confección del vestuario, carrozas, espaldares y tocados. También se lleva a cabo el proceso de selección de los cerca de 300 integrantes. Los ensayos comienzan -con suerte- dos meses antes.
Ya sobre la hora, a punto de abrir la octava jornada, el mensaje que baja de Celso Bereciartu, presidente de Tiro Federal, al elenco se asemeja a una arenga de un equipo de fútbol antes de salir al campo de juego y apunta a brindar lo máximo en el cierre de temporada.
Ayer sábado fue la primera de las tres noches que definirán al ganador del 2019 en el espectáculo a cielo abierto más grande del país. Ará Yeví, que va por un tricampeonato histórico, busca revalidar la corona contra Kamarr y Marí Marí.
Fotos y video: Lihue Althabe
SEGUÍ LEYENDO