"Me cambió la vida": la increíble historia de Juan y Óreo, la perra que abre puertas, le acerca objetos y lo acompaña a la facultad

El joven tiene 24 años y estudia Psicología en la Universidad de Buenos Aires. Nació con Atrofia Medular Espinal, por lo que se moviliza en silla de ruedas. Desde hace un año y medio comparte sus días con una particular mascota que lo asiste a diario

Compartir
Compartir articulo

¿Amor a primera vista? Cuando a Juan le presentaron a Óreo supo casi de inmediato que tenía que ser ella. La familia del joven, perreros todos, estuvo de acuerdo: era esa labradora negra, de mirada concentrada y simpática para todo el mundo, la que debía convertirse en su asistente y una compañía diaria.

Juan Rago tiene 24 años y nació con Atrofia Medular Espinal (AME), una enfermedad genética por la que debe movilizarse y pasar sus días arriba de una silla de ruedas. Pero desde hace más de un año y medio sus jornadas, que incluyen, entre otras actividades, ir a estudiar a la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, cambiaron de manera rotunda.

Con Óreo como encargada, Juan recibe a Infobae en su casa, ubicada en la localidad de Boulogne. Apenas escucha que hay alguien cerca de la entrada, la perra sabe que tiene que obedecer la orden que le den. En este caso, se dispondrá a abrir una puerta interna y llevarle la llave del portón de rejas a quienes llegan de visita.

"¡Óreo es la mejor compañía posible!", asegura Juan y agrega, sonriente: "Me acompaña prácticamente al lugar que necesite. Vamos a la facultad. Vamos si tengo que ir a comprar ropa al shopping. Me acompaña a la casa de mis amigos también. Ella me ayuda en lo que hace a abrir puertas o a sacarme una prenda de ropa, por ejemplo".

La relación entre Juan y su perra de asistencia comenzó cuando él, de casualidad, se cruzó con un chico que estaba en silla de ruedas como él.

"Fue azar y suerte. Yo fui a comprar una silla. En el momento en que me estaban haciendo una prueba, entra un chico que se llama Nico, un usuario de hace varios años de perro de asistencia", recuerda.

Óreo fue entrenada por la asociación Bocalán, que provee perros de asistencia y forma entrenadores
Óreo fue entrenada por la asociación Bocalán, que provee perros de asistencia y forma entrenadores

"La realidad es que me sorprendió el grado de asistencia que le brindaba su perra y le empecé a preguntar. Me dio el nombre, me dio el dato y llamamos a Bocalán", detalla.

Bocalán es una asociación internacional sin fines de lucro que tiene sede en la Argentina y hace de nexo entre personas con distintas discapacidades y perros que, como Óreo, los asisten en su vida cotidiana.

Por un lado, la entidad forma entrenadores de perros de asistencia y, por el otro, desarrolla programas de integración para aquellos que los necesitan.

Juan estudia Psicología en la Universidad de Buenos Aires. Le quedan dos materias para recibirse
Juan estudia Psicología en la Universidad de Buenos Aires. Le quedan dos materias para recibirse

"Nos contactamos con ellos. Me hicieron una entrevista, empezamos a hablar y terminé quedando elegido como usuario de Óreo", cuenta Juan.

Una de las personas que se dedicó a adiestrar a la labradora es Inés Cachanosky, una joven entrenadora que hizo un curso en Bocalán y, desde entonces, ya lleva adiestrados a varios perros.

"Entreno perros de asistencia para personas con discapacidad física y perros de servicio para chicos con autismo. Empecé a hacer esta tarea porque siempre quise dedicarme a algo social y me gustaban los animales, más que nada los perros. Había investigado un poco y acá en la Argentina todavía no había nada. Entonces hice un curso de equinoterapia, después empecé a estudiar terapia ocupacional. Fue así que me enteré de la existencia de Bocalán y los perros de asistencia", apunta.

Inés Cachanosky es entrenadora de perros de asistencia para personas con discapacidad motriz y para niños con autismo
Inés Cachanosky es entrenadora de perros de asistencia para personas con discapacidad motriz y para niños con autismo

Con varios entrenamientos en su haber, Inés cuenta que el proceso de adiestrar a los perros y luego otorgarlos a los distintos usuarios tiene varias etapas.

"Los perros son de la asociación. Se seleccionan de cachorros, pasan a vivir con una familia de socialización. Esa familia se encarga de exponer al perro a cualquier situación del ámbito de la casa, gente, chicos, personas adultas, ruidos, aspiradoras", explica la entrenadora.

Pasada la primera etapa, los animales pasan luego a un entrenamiento de mayor precisión.

Los perros de asistencia tienen varias habilidades como abrir puertas y cargar objetos
Los perros de asistencia tienen varias habilidades como abrir puertas y cargar objetos

"La segunda etapa es un entrenamiento básico que hacen con los chicos que están haciendo el curso de entrenadores. Luego pasan con los entrenadores que están haciendo la parte avanzada y es ahí donde pulimos un poco más, entrenamos habilidades específicas", afirma Inés.

Una vez que de alguna manera el perro está puesto a punto, llega un nuevo período: la reunión del animal con su futuro dueño.

Los perros de asistencia utilizan un chaleco que se convierte en una suerte de “uniforme” de trabajo
Los perros de asistencia utilizan un chaleco que se convierte en una suerte de “uniforme” de trabajo

"Las personas que necesitan un perro de asistencia se acercan a la asociación, mandan un mail y se genera una entrevista con profesionales. Se evalúa si es viable o no que aplique para un perro de asistencia. En el caso de que sea viable, llega el período de acoplamiento donde hacemos la unión de este binomio y después, si todo va bien, ese va a ser el perro del usuario de por vida", afirma Cachanosky.

La tarea de los entrenadores, que pueden hacer sus cursos de formación en esa institución, combina dosis de trabajo duro con emoción.

"Es terrible pero increíble a la vez. Para mí es una mentira eso de que entrenás a un perro de trabajo y ya. Yo me súper encariño, lloro como un marrano. Pero, después, cuando ves el trabajo que está haciendo, lo bien que está trabajando con otra persona decís 'bueno, mi esfuerzo y mi tristeza vale un montón y todo esto lo volvería a hacer", concluye Inés.

Para la especialista, aunque cualquier raza de perro puede servir para ser de asistencia, hay algunas que cuentan con mejores características
Para la especialista, aunque cualquier raza de perro puede servir para ser de asistencia, hay algunas que cuentan con mejores características

LOS ELEGIDOS

Aunque los expertos apuntan que se puede llegar a entrenar a cualquier tipo de perro para asistencia, lo cierto es que por lo general se buscan algunas razas que tienen características especiales para asistir a las personas.

"Cualquier persona que quiere entrenar a su perro lo puede hacer. Para este caso en particular entrenamos con perros labradores y algunos golden. Lo que tienen los labradores son algunas características que facilitan el trabajo. Son animales de cobro, eso quiere decir que traen objetos y una de las habilidades es que traigan objetos todo el tiempo", explica Inés.

Las personas asistidas por estos perros son las únicas que deben alimentarlos
Las personas asistidas por estos perros son las únicas que deben alimentarlos

"Desde que se me caen las llaves o se me cae el teléfono, hasta que le tengo que pagar a alguien en un kiosco y hago que lleve la billetera", agrega.

Juan, desde que está acompañado de Óreo, notó la increíble habilidad de este tipo de perros.

"Yo soy medio obse, no lo voy a negar, y ella realmente me ha enseñado un montón de cosas y le he enseñado muy fácilmente cosas que pensé que me iban a tomar un montón de tiempo", asegura.

"Me ha tomado un puñado de días y de segundos enseñarle que me acomode una mano arriba de un joystick, que me saque una prenda o que haga equis o haga zeta. Es realmente increíble el grado de aprendizaje que tienen", señala.

Abrir puertas, una de las habilidades de Óreo
Abrir puertas, una de las habilidades de Óreo

Para esto, el método que se utiliza es el de asociar una orden a una conducta, algo que los entrenadores llaman "refuerzo positivo".

"La orden está asociada a un movimiento que luego sabe que va a ser reforzado. Entonces de esa manera le doy la orden, ella la ejecuta y esa orden se paga", explica el estudiante.

Una de las claves para que el animal obedezca es que la persona asistida sea la única que alimenta al perro.

"No le tiene que dar comida otra persona porque el alimento tiene que estar asociado a mí y eso hace que se fortalezca el vínculo", detalla.

Juan y Óreo llevan un año y medio juntos
Juan y Óreo llevan un año y medio juntos

Después de un año y medio juntos, las habilidades de Óreo siguen sorprendiendo.

"Ella también me acomoda las manos en caso de que la mano se me salga de lugar, cosa que es clave en los momentos en los que estoy solo y no quiero la asistencia de un tercero que no conozco", afirma Juan, que está terminando su carrera.

Al estudiante le quedan apenas dos materias para recibirse como licenciado en Psicología y luego debe entregar la tesis.

Óreo ayuda a Juan a mover su mano cuando él se lo pide
Óreo ayuda a Juan a mover su mano cuando él se lo pide

Para esa tarea y para sus quehaceres diarios, la ayuda de Óreo resulta vital. Tanto que, asegura, su vida cambió para siempre cuando llegó la perra que hoy lo acompaña día y noche.

"La asistencia constante y genial que generan este tipo de perros, sobre todo en lo que hace a la compañía, es muy importante. Si bien quedo solo un par de horas por día, yo sé que está Óreo, yo sé que tengo ese extra que siempre me va a ayudar y siempre va a estar ahí", concluye.