
Existe desde hace un tiempo la idea de que los residuos con COVID-19 sean tratados como residuos patógenos. El Gobierno Nacional elaboró dos documentos con pautas para el manejo de residuos durante la pandemia. Uno para la gestión de residuos reciclables y otro para los domicilios en cuarentena.
Este último documento advierte que los residuos con COVID-19 deben recibir el mismo tratamiento que el resto de los residuos patógenos, que son los que poseen microrganismos, que pueden provocar infecciones, como virus o bacterias. Son los que van en las bolsas rojas de los hospitales. Tienen un tratamiento especial, porque antes de su disposición final deben ser inertizados. La ley los considera residuos peligrosos.
Los documentos elaborados establecen qué residuos deben ser inertizados (“pañuelos descartables, pañales, apósitos con fluidos biológicos del paciente, guantes y barbijos, envases y embalajes de alimentos que hayan estado en contacto con el caso, restos de alimentos consumidos y residuos generados en la limpieza de la habitación de aislamiento”). No obstante, en la mayoría de las provincias todos los residuos de los domicilios de personas aisladas han sido tratados como “residuos COVID”.
El segundo documento tiene varias recomendaciones. Aconseja, por ejemplo, que la bolsa no se llene hasta el tope o que se coloque una segunda bolsa con la leyenda “CUIDADO-NO ABRIR” y la fecha de cierre, pues debe ser puesta en cuarentena por 72 horas, que es el tiempo que se calcula necesario para reducir significativamente la permanencia del virus en una superficie. También incluye desde consejos para los consorcios de edificios hasta recomendaciones para limpiar contenedores.
“La bolsa indicando ̈CUIDADO-NO ABRIR ̈ será colocada en un sitio indicado por el consorcio, separada del resto de los residuos, con acceso limitado para vecinos, mascotas y niños. El encargado o persona que retire el residuo de la unidad funcional estará provisto de guantes descartables, así como deberá contar con un kit de limpieza en caso de ruptura de la bolsa. En caso de usar ascensor en el transporte del residuo, el mismo será utilizado sin pasajeros, y se procederá a la limpieza posterior del habitáculo, picaportes y botoneras”, dice uno de los informes.
En cuanto a los establecimientos de salud, se rigen por unas directrices nacionales para la gestión de sus residuos, pero a raíz de la pandemia se modificaron algunos conceptos en el tratamiento de los residuos comunes, que no se pueden segregar para el reciclado.
SANA y los residuos patógenos

La planta de tratamiento de residuos SANA, tiene como misión llevar adelante buenas prácticas medioambientales, implementando procedimientos amigables con el ecosistema local y promoviendo en el capital humano como en la sociedad, un cambio de paradigma cultural sobre el tratamiento de los residuos peligrosos.
Está probado que la correcta recolección de residuos patógenos reduce las enfermedades intrahospitalarias. Por otra parte, la polución que provoca su quema está asociada a la diabetes tipo dos en niños y ancianos, y a enfermedades respiratorias.
En algunas provincias (el caso más conocido es el de Jujuy), los residuos patógenos no se inertizan, y se arrojan directamente en basurales a cielo abierto, lo que genera contaminación en las napas por lixiviación.
Cada provincia, por ley, tiene una sola empresa encargada de recolectar sus residuos patógenos. En el caso de La Rioja está a cargo de SANA, que llegó a trabajar en simultáneo con 1.500 puntos de recolección durante el pico de la primera ola, entre domicilios particulares, centros de aislamiento y hospitales. La empresa tuvo que adaptar su proceso de inertización para que sea completamente efectivo frente al coronavirus, con una ventaja: ya utilizaba hipoclorito de sodio, que es el elemento más recomendado en todo el mundo.
SANA reduce el producto final entre un 30 y un 40 por ciento, a través de un proceso que no genera polución, y luego lo recicla, al convertirlo en losetas y adoquines a través de una cooperativa integrada por los empleados de la empresa. Ese proceso de reciclado fue desarrollado junto a expertos de la sede de La Rioja de la Universidad Tecnológica Nacional. No obstante, ese proceso no se realiza para residuos COVID, puesto que está prohibido el reciclado de los mismos.
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