
En los pasillos de una clínica neurológica o en las salas de urgencias tras un accidente, la pregunta sobre qué se recuerda y qué se ha olvidado no es menor. La amnesia retrógrada, uno de los trastornos más desconcertantes del sistema nervioso, se define por la pérdida de recuerdos anteriores a un evento traumático, una enfermedad o un episodio crítico en la vida de una persona.
A diferencia de la amnesia anterógrada que impide formar nuevos recuerdos, este tipo de afectación borra lo que ya había sido grabado en la memoria.
De acuerdo con estudios citados por Verywell Health, las causas abarcan desde traumatismos craneoencefálicos hasta enfermedades neurodegenerativas, pasando por infecciones, eventos psicológicos extremos o privaciones de oxígeno en el cerebro. Algunos investigadores, como Montag (2021), incluso exploran si hay “niveles alterados de calcio” en las neuronas implicados en la génesis del trastorno.
Las señales de una memoria que se fragmenta

Los síntomas pueden variar desde vacíos breves hasta la desaparición de recuerdos de toda una década. Las personas afectadas pueden conservar habilidades como hablar un idioma o manejar un vehículo sin recordar cómo ni cuándo las aprendieron.
En muchos casos, no logran reconocer a familiares, ni reconstruir episodios clave de su biografía. Según el documento, también pueden presentar inexactitudes o falsos recuerdos que completan de forma errónea los huecos que deja la memoria real.
Entre los tipos de amnesia retrógrada documentados, se encuentran formas muy diversas:
- La amnesia disociativa, producto de traumas emocionales severos, puede llevar al individuo a olvidar su nombre o crear una identidad completamente nueva.
- La amnesia postraumática aparece tras un golpe en la cabeza o un derrame cerebral. El paciente no recuerda el accidente ni los momentos circundantes.
- La amnesia infantil, común en la mayoría de las personas, impide recordar los primeros años de vida y no se considera una patología en sí.
- La amnesia global transitoria es un episodio temporal, que puede durar hasta diez horas, donde la persona sabe quién es, pero no puede registrar ni recuperar eventos recientes.
Cada una de estas variantes puede presentarse con diferentes niveles de intensidad y, en ocasiones, mezclarse con rasgos de amnesia anterógrada.

Traumatismos, infecciones y enfermedades degenerativas
Las causas que detonan este tipo de amnesia son múltiples. Verywell Health señala que las más frecuentes incluyen traumatismos, accidentes cerebrovasculares, encefalitis, epilepsia, enfermedad de Alzheimer, esclerosis múltiple, Parkinson, enfermedad de Huntington y lesiones hipóxicas derivadas de paros cardíacos.
En contextos clínicos, también se registraron casos vinculados con el uso de terapia electroconvulsiva y situaciones de estrés extremo, que pueden llevar al cerebro a desconectarse como mecanismo de defensa.
El proceso diagnóstico se apoya tanto en entrevistas clínicas como en estudios especializados. Se evalúa la memoria del paciente y se contrastan sus recuerdos con los testimonios de personas cercanas. A ello se suman pruebas más complejas, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas para observar posibles daños cerebrales, así como electroencefalogramas y punciones lumbares para descartar infecciones o actividad epiléptica.

También se realizan evaluaciones neuropsicológicas, que permiten medir con precisión la capacidad de recordar y organizar información.
Sin cura, pero con opciones de abordaje
Hoy en día, no existe un tratamiento específico ni medicamentos curativos para la amnesia retrógrada. El abordaje terapéutico depende de la causa subyacente. En los casos traumáticos, puede ser efectiva una combinación de rehabilitación cognitiva y terapia psicológica. Para enfermedades como el Alzheimer, se recurre a fármacos como el donepezilo (Aricept), que ralentizan la progresión, aunque no restauran los recuerdos perdidos.
El apoyo del entorno y la participación en grupos terapéuticos también son factores que pueden contribuir al bienestar emocional del paciente, especialmente ante la frustración de convivir con lagunas persistentes.

Un futuro incierto para la memoria
El pronóstico de la amnesia retrógrada varía ampliamente según la causa. Puede revertirse en cuestión de días o semanas, mantenerse estable durante años o evolucionar hacia una pérdida definitiva, como ocurre en los trastornos neurodegenerativos. Verywell Health afirmó que “con una enfermedad como el Alzheimer, la pérdida de memoria puede incluso empeorar con el tiempo”.
Para quienes conviven con esta condición, el olvido no es solo un síntoma: es una forma de desanclarse del propio pasado, una ruptura con la continuidad de la vida. Comprender sus mecanismos, causas y efectos es clave para intervenir con precisión y humanidad.
Últimas Noticias
Adicciones comportamentales: 6 recomendaciones de la neurociencia para actuar a tiempo
En exclusiva para Infobae, INECO brindó consejos para la detección, prevención y tratamiento oportuno del juego patológico y las tecnoadicciones

Uno de cada dos adolescentes tiene un uso adictivo de pantallas y advierten por los riesgos para la salud mental
Un estudio publicado en JAMA Pediatrics identificó vínculos entre esos hábitos y un mayor riesgo de suicidio, síntomas depresivos y trastornos del comportamiento. Alertan sobre los efectos a edades cada vez más tempranas

Por qué los alimentos de los cumpleaños pueden afectar la salud infantil, según expertos en nutrición
Las fiestas infantiles esconden un problema creciente: el exceso de calorías vacías que comprometen la nutrición adecuada y contribuyen al aumento de obesidad en niños pequeños. Cuáles son las alternativas sabrosas y saludables

Cómo fue la cirugía intrauterina histórica realizada en el Hospital Garrahan
La jefa de Clínica de Neonatología María Soledad Arbio y la médica obstetra, Analizia Astudillo, compartieron en Infobae en Vivo detalles sobre la intervención que se llevó a para tratar la espina bífida de un bebé dentro del útero

El consumo de marihuana aumenta el riesgo de muerte por infarto y ACV
Un metaanálisis coordinado por expertos de Francia asoció el uso de cannabis con una mayor probabilidad de sufrir ataques cardíacos y cerebrovasculares en comparación con personas no consumidoras
