China ya no será el objetivo primordial

Los estrategas del negocio global de alimentos han puesto la lupa en otras áreas del planeta. Prima la idea de que el gigante asiático perderá peso como comprador excluyente de commodities

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China va caminó a un notable retroceso demográfico, que  afectaría su capacidad de demanda ( Revista Chacra)
China va caminó a un notable retroceso demográfico, que afectaría su capacidad de demanda ( Revista Chacra)

Quienes definen cursos de acción en materia empresarial han abrazado esta idea. En no mucho tiempo más, el apetito de China empezará a ceder –no debe descartarse que este proceso ya esté en marcha-, al tiempo que la India impulsará la demanda de alimentos a nivel global. Se prevé que este país representará el 20% del crecimiento del consumo mundial de alimentos durante la próxima década, a medida que evolucionen su economía y su población. Los pronósticos surgen de las expectativas de una fuerte disminución en el número de habitantes en China, así como un estancamiento de los ingresos. Por el contrario, se espera que la población de la India crezca y que mejoren los niveles de vida.

Según entienden la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el futuro traerá además un mayor protagonismo del Sudeste Asiático y el África subsahariana, una transformación del consumo mundial de productos comestibles y la necesidad de abordar el desperdicio de alimentos como una prioridad. Estas tendencias representarán desafíos y oportunidades para las industrias del rubro y la agricultura a nivel mundial.

Hasta acá el gigante asiático es la gran locomotora que impulsa el negocio global de commodities agrícolas. Es el mayor importador de soja, trigo, maíz y un montón de materias primas más. Pero China ya no tiene la solidez económica del pasado, las tasas de crecimiento que la hicieron famosa son sólo un recuerdo. Y, lo más importante, todas las proyecciones esperan un retroceso demográfico significativo e inexorable para este país.

Se considera que la población de China ha alcanzado su punto máximo. Después de un breve repunte, se estima que el número de recién nacidos volverá a su tendencia descendente anterior, debido a una combinación de menos mujeres en edad reproductiva y tasas de fertilidad en caída. El crecimiento económico se desacelerará como resultado de una fuerza laboral más pequeña.

La demanda de soja y sus derivados podría verse afectada en un par de décadas ( Revista Chacra)
La demanda de soja y sus derivados podría verse afectada en un par de décadas ( Revista Chacra)

La política de “un hijo por matrimonio”, implementada entre 1980 y 2016, empieza a generar resultados que muchos consideran virtualmente irreversibles. China ha entrado en un crecimiento poblacional negativo y así seguiría por décadas.

Aunque canceló hace años la política de hijo único, e incluso ha implementado incentivos para que las familias tengan más hijos, su población se está reduciendo de manera constante. El cambio tendrá efectos notables no solo en la economía regional, sino también en el mundo en general.

Las Naciones Unidas han calculado que si la tasa de natalidad de China se mantiene en los niveles actuales y el país no consigue posicionarse como un destino atractivo para los emigrantes, perderá casi la mitad de su población a finales de este siglo, una contracción de unos 700 millones de personas.

Por su parte, The New York Times dice que esta realidad debería provocar una disminución en el gasto global de los consumidores chinos, lo que amenazaría a todas aquellas empresas y países exportadores que dependen de las ventas de productos al gigante asiático.

Hay que agregar que China trabaja activamente por aumentar su suficiencia en trigo, soja y maíz ( Revista Chacra)
Hay que agregar que China trabaja activamente por aumentar su suficiencia en trigo, soja y maíz ( Revista Chacra)

Como resultado de estas proyecciones, y más allá de las disputas del presente, en Estados Unidos piensan que es necesario empezar a alejarse de China y poner la lupa sobre el país que consideran reemplazará al gigante asiático como el gran cliente de la mitad de siglo, la India.

De hecho, el país de las barras y las estrellas viene logrando por vía diplomática la reducción de aranceles sobre muchos productos, por caso almendras, manzanas, nueces pecanas, garbanzos, lentejas y nueces convencionales. El pavo y el pato congelados, así como los arándanos frescos, congelados, secos y procesados esperan su turno para acceder a condiciones más favorables en la India.

Los analistas de la consultora estadounidense DTN puntualizan que la patria de Ghandi prevalecerá en el futuro en términos de las mayores necesidades de importación de alimentos. Un alto directivo de una de las grandes traders granarias recuerda a Malthus y la teoría que no fue: salvo excepciones particulares, al mundo no le ha faltado alimento para una población en crecimiento, más vale todo lo contrario. La tecnología se encargó de ello y obliga a encontrar clientes para una oferta abultada.

Advierte además que la India es ahora la nación más poblada del mundo, y está a las puertas de ser considerada un país de ingresos medios. A medida que se generaliza este cambio, la gente consume menos cereales básicos y pretende más variedad, especialmente carne y productos más elaborados.

En este sentido, la India es un caso atípico, ya que por razones culturales consume muy poca carne. Por eso se cree que en tanto la oferta global de alimentos se vaya centrando en venderle a este país, el crecimiento de demanda de carne será menos importante que la registrada con otros productos en comparación con lo que ha sucedido con China.

Las previsiones de demanda de alimentos básicos también reflejan este cambio. Se espera que China consuma 147 millones de toneladas de trigo en 2033, solo un 2,6% más que el promedio entre 2021 y 2023, mientras que la India crecería un 27,7% a 137 millones de toneladas durante el mismo período, casi alcanzando al gigante asiático. La tendencia es similar para el arroz: se prevé que el consumo chino se mantenga casi estable mientras se dispara la demanda india.

En principio, el comercio de carne vacuna sería el menos favorecido por el crecimiento de la demanda de alimentos en la India ( Revista Chacra)
En principio, el comercio de carne vacuna sería el menos favorecido por el crecimiento de la demanda de alimentos en la India ( Revista Chacra)

Algunos van un paso más allá y advierten que si bien China es hoy un imán para productos como el maíz, el trigo y la soja, en 50 años, cuando su población haya caído a 700 millones de habitantes, este país podría convertirse en un exportador neto de productos agrícolas.

El informe de FAO/OCDE indica que si bien China representó el 28% del aumento de la demanda de alimentos durante los 10 años hasta 2023, se prevé que esa cifra caiga a solo el 11% durante la próxima década. Esto se debe a la estabilización de los patrones nutricionales, un menor avance del poder adquisitivo y una población menguante. En contraste, la India y el Sudeste asiático recogerán el guante y absorberán en conjunto un 31% del aumento de la demanda en el siguiente decenio. Al mismo tiempo, el África subsahariana acaparará el 18% del nuevo consumo por circunstancias demográficas. China seguirá siendo un gran mercado, pero ya no estará tan sola en la cima de la pirámide.

Atento a los cambios en la distribución geográfica de la demanda, ambos organismos han previsto que el crecimiento del consumo mundial de productos destinados a la alimentación, forrajes, biocombustibles y otras materias primas se circunscribirá en los próximos diez años mayormente a los países de renta baja y media. Todos datos para considerar en detalle, nunca conviene quedar fuera de juego en materia de negocios.

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