“Me parece que es fundamental poder involucrarse y profundizar, como investigar un poco la época: qué estaba pasando, cómo era para estos personajes. Por ejemplo, el hecho de investigar un caso en este contexto no sería lo mismo que hacerlo hoy, seguramente. Entonces todo eso sí creo que es importante para adaptarlo y que sea verosímil de esa época”, responde Matías Mayer (Iosi, el espía arrepentido), uno de los protagonistas de Un crimen argentino, ante la consulta de cómo esta nueva generación de actores se involucra en hechos históricos en la época de la dictadura cívico-militar.
Los tres representan a la nueva generación de actores de argentina y Latinoamérica, y conscientes de la historia audiovisual de su país y la región, plasman su visión, se comprometen con sus personajes, pero siempre teniendo en cuenta que no es una historia más. “Contar el riesgo que tenían estos personajes, el riesgo que había de querer hacer las cosas bien en ese contexto. Para mí, eso era lo más importante”, suma Malena Sánchez (Argentina, tierra de amor y venganza) en la jornada de entrevistas semanas antes del estreno del film que ya está disponible en cines.

La película es un policial con elementos de drama judicial y por momentos al revés, un drama judicial con escenas, persecuciones e intrigas dignas de un policial. Para Nicolás Francella (María Marta: El crimen del country), más allá de los elementos de uno y otro género, se destaca el segundo mencionado: “En lo que más te deja pensando es en lo judicial, todo el tiempo, lo judicial y no perder nada. Tener que ser consciente de lo que estás haciendo, consultar. Creo que consultamos muchísimo. Teníamos todo el tiempo las voces del productor, pasando por Lucas (Combina, director de la película), hasta Reynaldo (Sietecase, periodista y escritor del libro) en el momento que vino al rodaje, y fue así constantemente”.
“Primero, justo esto no es un caso de la dictadura directamente, pero hay algo de recordar que sucedió eso todo el tiempo y después de cómo funciona la justicia, que sigue funcionando muy mal y sigue sucediendo en mayor o menor medida las mismas cosas. Entonces me parece que ahí sí hay como una cosa de bueno, sí, seguir contando que esta es nuestra justicia y funciona así”, remarcó Malena Sánchez sobre la vigencia de alguno de los temas del film.

Este es un thriller basado en un hecho que tuvo lugar en 1980, en plena dictadura militar en Argentina. El caso que se relata es la desaparición de un empresario de Rosario, provincia de Santa Fe. El sujeto en cuestión se llamaba Jorge Salomón Sauan, un hombre de negocios que tenía una gran fortuna que deriva en una investigación que es liderada por dos jóvenes secretarios de un juzgado de instrucción, pocas semanas antes de que uno de ellos, Antonio Rivas (Nicolás Francella), emigre a España. En una carrera contra el tiempo, ambos intentarán resolver el caso contra las interferencias de una policía subordinada al poder represor.

Estética y visualmente el film está muy bien logrado. Desde el vestuario hasta el armado de los escenarios tanto naturales como de interiores. Autos, el color de la película, todo en el aspecto visual se destaca en Un crimen argentino y para Mayer, que interpreta a Carlos Torres, es fundamental para componer a su personaje: “Hay algo que es como la puerta de entrada que encuentro para el personaje. Como que me para en otro lado. Ese cambio de look y ese adaptarse a esa época, lo veía a Nico, a Male, y es como que hay algo que ya inmediatamente entras”.
Por su parte, la actriz que interpreta a María y que tiene una relación amorosa con el personaje de Francella, reconoce que puntualmente el inicio de los 80 la transporta a los viejos álbumes familiares: “Son como las fotos que vimos con un poco de vida y de golpe estás: ‘Ay, claro, este mueble mi mamá lo tiene en la foto de cuando era chiquita’”.

La película está basada en la novela homónima del periodista Reynaldo Sietecase publicada en 2002 por Editorial Alfaguara. “No todo se transforma. Hay cosas que desaparecen sin dejar rastros. Cuerpos que se borran para siempre”, así describe su novela el autor que tuvo una gran repercusión. “Este crimen se cometió durante la dictadura sin ninguna connotación política. El disolver un cuerpo en ácido funciona como metáfora de cómo mataba el Estado”, afirmó el escritor durante la presentación de su libro.
Su obra se convirtió en un film que ya está en la cartelera de cine con la dirección de Lucas Combina (La chica que limpia) y producida por Juan Pablo Buscarini. El guion estuvo a cargo de Sebastián Pivotto, Jorge Bechara y Matías Bertilotti con la distribución de Warner Bros. Pictures.
Un crimen argentino ya está disponible en la cartelera cinematográfica.
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