Secretos y mentiras detrás del crimen nunca resuelto que inspiró “La escalera”

Esta miniserie de HBO Max se titula La escalera porque fue al pie de una, el 8 de diciembre de 2001, donde la policía de Durham, Carolina del Norte, encontró el cadáver magullado y ensangrentado de Kathleen Peterson. Su esposo, el escritor y fracasado político Michael Peterson, había hecho la llamada de emergencia y rogado que los paramédicos se apresurasen, porque la mujer todavía respiraba.

Los policías que llegaron a la casa dudaron: marcas en la cabeza del cadáver indicaban que había sido golpeada antes de llegar al lugar donde presuntamente había caído desde el piso superior, según su esposo, por una desafortunada combinación de alcohol y valium que la autopsia no encontró en el cuerpo. Las copas que Michael mostró como prueba de que habían compartido una botella de vino sólo tenían las huellas dactilares de él.

Colin Firth y Toni Collette interpretan a los Peterson en esta dramatización de un caso real y nunca resuelto, sobre el cual el cineasta francés Jean-Xavier de Lestrade hizo una serie documental —también llamada La escalera— disponible en Netflix. Un caso marcado por secretos y mentiras que le dieron varios giros.

El juicio de 2003 contra Michael, uno de los más largos de la historia judicial del estado sureño, lo envió a la cárcel, pero ocho años más tarde la Oficina Estatal de Investigaciones encontró irregularidades en el proceso y Peterson quedó en libertad. En 2017, a punto de ser sometido a otro juicio, se amparó en un recurso legal por el cual, ante la evidencia dudosa, pero la probabilidad de que el jurado se exprese en su contra, una persona puede declarase culpable de homicidio culposo en lugar de asesinato. El tiempo que había pasado en prisión cubría la pena.

Las autoridades insistían en que él había matado a Kathleen. Él repetía que ella había caído por las escaleras. Sin conclusión sobre el crimen, el caso fue cosa juzgada y Michael volvió a ser un hombre libre.

La serie promete ubicarse entre las favoritas de HBO Max, no sólo por el elenco en el que se destaca Juliette Binoche, sino porque el trabajo de Firth ha sido muy elogiado por la crítica. La familia, los amigos y los abogados de su personaje, que al comienzo le creen, comienzan a cuestionar sus certezas a partir del comportamiento elusivo, inasible de Michael. Firth logra representar esa característica mercurial de un hombre que parecía incapaz de cometer un acto de violencia hasta que la revelación de algunos datos sugieren que acaso lo había hecho.

Parte de lo indescifrable del personaje se debe a que guarda un secreto: es bisexual. En el caso real, la policía encontró pornografía homoerótica en la computadora del escritor y una serie de contactos con un trabajador sexual de 26 años, quien declaró en el juicio.

El creador de la serie, Antonio Campos, juega también con otras ambigüedades, como la relación entre la verdad y la justicia, y el hecho de que Michael sea un escritor, alguien que tiene como profesión inventar historias. “¿Qué es la justicia?”, se pregunta el personaje de Binoche. “Dos partes que compiten por contar la historia mejor”.

El juicio, que tuvo enorme repercusión en los Estados Unidos de comienzos de siglo, reveló que antes de los 14 años de felicidad que había compartido con Kathleen, Michael había vivido en Alemania con su primera esposa, Patricia, quien enseñaba en una base militar estadounidense. Tuvieron dos hijos, Clayton y Todd, que solían jugar con las hijas de Elizabeth Ratliff, viuda de un militar muerto durante una misión.

Ratliff, curiosamente, había muerto de la misma manera que Kathleen: la habían encontrado al pie de una escalera en noviembre de 1985. La noche anterior, la última persona que la vio, mientras la ayudaba a hacer dormir a las niñas, Margaret y Martha, fue Michael.

Los Peterson adoptaron a las niñas y volvieron a los Estados Unidos como una familia de seis, pero pronto Michael y Patricia se separaron. Margaret y Martha iban a la escuela con Caitlin, la hija del primer matrimonio de Kathleen. De tanto verse en las actividades de las chicas, Michael y Kathleen comenzaron su relación.

En 1999 Peterson se postuló como alcalde de Durham, pero su campaña naufragó cuando se supo que había mentido sobre las condecoraciones que había recibido por su servicio en Vietnam. Además, no tenía los impuestos al día, por una razón que se conoció durante el juicio: su situación financiera era mala. Kathleen tenía un seguro de vida de USD 1,8 millones, recordó la fiscalía.

Tanto la serie documental como la ficcionalizada —que incluye a un cineasta llamado Jean-Xavier que trabaja en el caso para contar cómo funciona el sistema judicial de los Estados Unidos, distinto del del Francia—, exploran el género de drama judicial. Pero la de HBO Max va más allá de la lucha entre abogados caros y fiscales ambiciosos: señala que allí se pierde la tragedia de la muerte de una mujer. Campos trabaja sobre las consecuencias de la pérdida de Kathleen, que en un punto quitan protagonismo a la falta de respuestas en su caso.

Si bien los medios estadounidenses han elogiado mucho el estilo de la cámara de Campos, la actuación de Colin Firth parece haberse destacado aun sobre eso. Lo acompañan, además de Collette y Binoche, Michael Stuhlbarg, Dane DeHaan, Olivia DeJonge, Rosemarie DeWitt, Tim Guinee, Patrick Schwarzenegger, Sophie Turner, Vincent Vermignon, Odessa Young y Parker Posey.

Hasta el momento Peterson, quien tiene 78 años y publicó de manera independiente una memoria, Behind the Staircase (Detrás de la escalera), no ha hecho comentarios sobre la miniserie.

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