Alberto Fernández empuja una foto de unidad en la Mesa Nacional y aún negocia las reglas de juego con el kirchnerismo

El Presidente aspira que los socios más importantes del Frente de Todos concurran a su convocatoria, mientras se multiplican los contactos reservados para establecer criterios básicos de convivencia política

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Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner durante un acto oficial en Tecnópolis (Foto: Franco Fafasuli)
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner durante un acto oficial en Tecnópolis (Foto: Franco Fafasuli)

Alberto Fernández apuesta a lograr una Mesa Nacional con los socios más importantes del Frente de Todos, pero aún se suceden las negociaciones reservadas para definir la identidad de los protagonistas y las reglas de juego de un cónclave político que exhibirá la fuertes diferencias entre el presidente y Cristina Fernández de Kirchner.

Sergio Massa, Eduardo “Wado” de Pedro y Juan Manuel Olmos exprimen su capacidad de negociación para lograr que la Mesa Nacional cuente con una representación política que satisfaga a los distintos actores en pugna. Se trata de una tarea compleja que todavía está en ciernes por las diferencias programáticas que tienen Alberto Fernández y Cristina.

El jefe de Estado tiene intenciones de usar la Mesa Nacional para consolidar su proyecto de reelección y colocar detrás de ese objetivo político a todas las fuerzas que concurren en la coalición oficialistas. CFK aborrece esa idea y designó a De Pedro para contener una ofensiva desde Balcarce 50 que ya tiene inercia propia.

Alberto Fernández cena con gobernadores del norte y el litoral, negocia con las distintas facciones del sindicalismo y presta atención a los movimientos sociales afines, mientras aguarda que la Vicepresidenta defina a sus próximos pasos tácticos.

En Gobierno asumen que ella será protagonista de un acto masivo el 24 de marzo en la Plaza de Mayo, y buscan aplacar ese movimiento político con el respaldo implícito de gobernadores, sindicalistas, líderes sociales e intendentes del conurbano que aún no tienen un candidato a presidente.

Estos factores de poder consideran que Alberto Fernández tiene escasas chances de obtener su reelección, pero ya saben qué significa estar a merced de CFK, La Cámpora y el Instituto Patria. Desde esa perspectiva política, casi un estado de necesidad, el jefe de Estado trata de robustecer su sueño personal.

Alberto Fernández durante su visita oficial a Catamarca, adonde reiteró su voluntad política de competir por la reelección
Alberto Fernández durante su visita oficial a Catamarca, adonde reiteró su voluntad política de competir por la reelección

Las diferencias entre la Casa Rosada y el Senado complican hasta la pertenencia y el número de representantes que deberían participar del primer encuentro de la Mesa Nacional. Si el cónclave es chico, ese formato se ajusta a las aspiraciones de CFK. Y si la reunión es amplia, Alberto Fernández podría asegurar que su poder de convocatoria es transversal hacia adentro del Frente de Todos.

El Presidente no tiene inconvenientes que participen todos los socios de la coalición oficialista, mientras que Cristina sostiene que en el primer cónclave sólo deberían estar los representantes del albertismo, el kirchnerismo y el Frente Renovador que conduce Massa.

No se trata de un debate vinculado a la coreografía política. Alberto Fernández pretende estar en el centro de una foto con todos los referentes del Partido Justicialista, y la vicepresidente desea exactamente lo contrario: demostrar que la Mesa Nacional es una ficción política montada para empujar un deseo presidencial que no tiene chances de prosperar.

Daniel Scioli y Sergio Massa durante un encuentro oficial en el Palacio de Hacienda
Daniel Scioli y Sergio Massa durante un encuentro oficial en el Palacio de Hacienda

A la espera de una decantación política, Daniel Scioli aguarda su turno para mover. El actual embajador en Brasil habló con Alberto Fernández para ratificar su propia estrategia electoral. Scioli aseguró al jefe de Estado que solo pondría en marcha su aspiración presidencial, si él finalmente descarta sus intenciones de renovar mandato en Balcarce 50.

Alberto Fernández reiteró que bajaría su nominación si hay un candidato mejor, y no se descarta en Gobierno las posibilidades electorales de Massa. El ministro de Economía lidia con la inflación y recién tomará una decisión política cuando se conozca el índice de abril. Para ese momento, mediados de mayo, el presidente y Cristina ya habrán avanzado en sus propias estrategias electorales.

Massa, De Pedro y Olmos desean establecer la arquitectura política de la Mesa Nacional antes que termine el miércoles. Se trata de una pretensión política de compleja coronación.

En medio está la asunción de Agustín Rossi como jefe de Gabinete, las distintas conversaciones que mantiene Cristina con Máximo Kirchner y su entorno y la propia agenda de los gobernadores, que asumieron su importancia en un movimiento interno que puede marcar la agenda electoral del Frente de Todos.

A este ritmo, el misterio político se prorrogaría más allá de los deseos del Presidente y Cristina, que batallan detrás del cortinado a la espera de un triunfo palaciego que les pertenezca.

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