Daniel Menéndez: “Con La Cámpora tenemos otras concepciones en relación a la militancia social”

El dirigente social y subsecretario de Políticas de Formación e Integración elogió la conducción de Máximo Kirchner pero aclaró que su organización -Somos- y la kirchnerista vienen “de una concepción distinta”. Además, criticó a Mauricio Macri y Carolina Stanley y reivindicó el trabajo de Daniel Arroyo: “Aspiramos a que se convierta en el mejor ministro de Desarrollo Social de la democracia”

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Daniel Menéndez
Daniel Menéndez

Le dicen “El Chuki”, pero no le gusta. Dice que es un apodo que le viene de chiquito, porque parece que era muy travieso. Aunque no recuerda ni quién se lo puso, es el nombre con el que lo distinguen entre los movimientos sociales. Desde muy joven, mientras cursaba Sociología en la UBA, empezó a recorrer barrios del gran Buenos Aires y de la Ciudad buscando aportar desde la alfabetización, donde se vinculó con las organizaciones de izquierda. Ni él ni su familia registran ningún contacto con el peronismo. En el 2018 fracturó Barrios de Pie y junto a Victoria Donda fundaron “Somos”, el partido que en el 2019 se incorporó al Frente de Todos. A los 41 años, tiene su primera experiencia de gestión como subsecretario de Políticas de Formación e Integración del Ministerio de Desarrollo Social. Dice que la política social de Mauricio Macri era “de contención, para garantizar gobernabilidad” y que la deuda principal de los movimientos sociales con el resto de la población es “no construir antagonismos”. Y asegura estar convencido de que “el sistema político argentino requiere mayor presencia y protagonismo de los movimientos populares”. Aquí, el diálogo con Infobae.

- Usted viene de los movimientos sociales no peronistas, pero decidió incorporarse al Frente de Todos como funcionario. ¿Comprende los códigos de un gobierno peronista? ¿Se siente parte?

- Bueno, el protagonismo de los movimientos sociales es lo que nos lleva a ser parte del Frente de Todos con una agenda, claridad y necesidad de dar vuelta la página al macrismo. Estamos orgullosos de ser parte de este espacio. Claro que la gestión nos pone otros desafíos, relacionados con construir un cambio en las políticas sociales, siendo artífices, dejando una huella que plantee una transformación estructural en la Argentina. Los movimientos populares fueron una instancia de resistencia desde los primeros meses de 2016, una vez instalado el gobierno de Mauricio Macri. La experiencia del Frente de Todos fue absolutamente necesaria para el conjunto de la sociedad y así cerrar una etapa del neoliberalismo en la Argentina. Hubo cuatro años durante el macrismo que, en términos sociales, fueron muy costosos, por la destrucción del empleo, el crecimiento de la pobreza y la instalación del hambre como realidad novedosa. Hacía mucho tiempo que no sucedía en nuestro país que el hambre se instalara como problema. Desde la crisis del 2001, que los movimientos sociales no teníamos que lidiar con la multiplicación de comedores y espacios comunitarios.

Alberto Fernández y Daniel Menéndez
Alberto Fernández y Daniel Menéndez

- ¿Es su primera experiencia en la gestión, no?

- Sí, es mi primera experiencia. Los movimientos populares venimos con una agenda relacionada con techo, tierra y trabajo pero, sobre todo, con protagonizar un cambio estructural en las políticas sociales de la Argentina, relacionado con la visión que tenemos del fracaso de los planes sociales. En los 90, la respuesta de la política ante la desocupación fue otorgar un plan social para que la gente pueda subsistir y no se muera de hambre. Después de veinte años, la transitoriedad de los planes sociales ha fracasado. La idea de que a la pobreza hay que subsidiarla hasta que el ciclo económico vuelva a ser de crecimiento, porque él mismo va a generar más empleo para absorber a aquellos que quedaron bajo la línea de la pobreza, no se corroboró. En este sentido, los movimientos populares venimos a cambiar esa tesis y modificar las políticas sociales, desarrollar la economía popular.

- ¿Eso quiere decir que van a terminar los planes sociales?

- En principio, lo que quiere decir es que quedó en evidencia que hay, en paralelo a la economía formal con trabajos en niveles de convenio, una economía popular de subsistencia, donde la única respuesta de la política fue subsidiar a quienes perdieron su lugar en una fábrica y se pusieron un kiosco o se compraron un remis. Hay una consolidación de un sector de la sociedad que está por fuera del mercado formal de trabajo y que se creó un trabajo informal. En nuestro criterio, las políticas sociales tienen que concebir la garantía de un ingreso que, a nuestro criterio, tiene que ser la mitad del salario mínimo y coloque al Estado como último empleador, garantizando herramientas y condiciones de producción.

- ¿Quién tiene más deudas con los sectores más desprotegidos de la sociedad? ¿El macrismo, que gobernó cuatro años, o el peronismo, que gobernó casi todos los otros años?

- Englobar al peronismo como una sola categoría es equivocado. Sin dudas, el menemismo tiene la misma responsabilidad que el macrismo, porque en definitiva benefició a los mismos actores. Los intentos de construir una Argentina independiente y, como decía Néstor Kirchner, de construir un país en serio del 2003 al 2007, fueron muy nítidos y tuvieron enormes resultados en términos de empleo y dinamización del mercado interno a través de la producción. Hubo un esquema macroeconómico que posibilitó un desarrollo sustentable. Sentó las bases de un desarrollo distinto al neoliberalismo, junto a lo que incorporó Cristina en los años subsiguientes en relación con la ampliación de derechos como la AUH. Fueron modelos antagónicos a pesar que se puedan caratular todos como peronistas.

- ¿Está conforme con la política que desarrolló el Ministerio de Desarrollo Social?

- Me parece que fue un desafío enorme la situación de pandemia. Este virus dejó al mundo patas para arriba. Es un tremendo trabajo para los gobiernos tener que sostener a toda una sociedad con un impasse de la actividad productiva por las recomendaciones sanitarias. La Argentina tiene una gran pobreza, que además fue impactada de lleno durante la pandemia. Teníamos que realizar el aislamiento en los barrios populares en los que la gente no puede aislarse porque pierde su sustento. Esto dejó al descubierto la necesidad de urbanizar los barrios populares. Me parece que quedó claro el enorme valor ético y moral del esfuerzo que se hizo.

Daniel Menéndez es subsecretario de Políticas de Formación e Integración del Ministerio de Desarrollo Social
Daniel Menéndez es subsecretario de Políticas de Formación e Integración del Ministerio de Desarrollo Social

- ¿Qué deuda tienen los movimientos sociales con el resto de la sociedad?

- La deuda principal es no construir antagonismos. Es construir una idea de país donde la pobreza sea una inmoralidad. El problema de la pobreza no tiene que ver con las organizaciones sociales, sino que es un problema del conjunto de la sociedad. Entendemos que hay que construir ese mensaje, porque efectivamente los niveles de exclusión, de pobreza que afecta a los sectores más humildes, van a desarrollar una sociedad en la que será muy difícil vivir. No solo por la situación de dificultades materiales que van a tener millones de argentinos, sino porque se va a transformar una sociedad desintegrada y partida. El desafío de los movimientos sociales es el de tender esos puentes, de construir esos mensajes, construyendo estrategias de inclusión y que puedan hacerle comprender a la clase política y al conjunto de la sociedad que es inadmisible. También por eso se hizo el impuesto a las grandes fortunas, porque para discutir la pobreza en la Argentina hay que discutir también la enorme cantidad de recursos que están concentrados en pocas manos, y la necesidad de que haya un Estado que pueda generar políticas que redistribuyan la riqueza.

- ¿Por qué no caracteriza los últimos ministros de desarrollo social? Parecidos y diferencias entre Alicia Kichner, Carolina Stanley y Daniel Arroyo.

- Stanley y Alicia Kirchner representan políticas sociales en modelos económicos distintos. Alicia desarrollaba políticas ampliando ciudadanía y derechos en un proyecto político social que planteaba la inclusión, la generación de empleo y avanzar en respuestas de construcción de ciudadanía. Carolina Stanley ha protagonizado una política social en un gobierno que generaba exclusión y, por lo tanto, no había más que tapar agujeros para que la sociedad no implosione en la destrucción de empleo, por el incremento de la pobreza. Son dos modelos de políticas distintas. Una que promueve la ampliación de derechos y otra que tapó agujeros para garantizar la gobernabilidad. Una que promueve la participación popular y otra que contiene. Aspiramos a que Daniel Arroyo se convierta en el mejor ministro de Desarrollo Social de la democracia, que transforme radicalmente las políticas sociales asentándose en el trabajo y en el desarrollo de la Economía Popular y que resuelva definitivamente el problema de los planes sociales en la Argentina, promoviendo el desarrollo productivo y la integración desde el trabajo. Además, que se avance en la urbanización de los barrios y poder dar una respuesta sobre todo lo que la pandemia evidenció. El desarrollo de la economía popular debe servir como herramienta para que desde el trabajo se pueda integrar socialmente a quienes quedan al margen del mercado formal. Por supuesto que estamos pensando esas políticas sociales en el marco de un proyecto de desarrollo que tenga que ver con la producción y generación de trabajo asentada en el mercado interno. Nos parece que, sin dudas, va a marcar un hito en las políticas sociales y en la transformación de la estructura social argentina.

- ¿Con quién se llevan mejor las organizaciones sociales? ¿Con Alberto o con Cristina?

- Desde los movimientos sociales creemos profundamente en el Frente de Todos como instancia de fundación de un nuevo proyecto de país que pueda mejorar las condiciones materiales de vida de nuestra sociedad que pueda ponerla en una senda de crecimiento. Ese proyecto de país es en unidad con Alberto y con Cristina. Y el rol de los movimientos sociales tiene que ver con poder articular la organización popular. Por otro lado, creemos que avanzar en la distribución del ingreso es condición necesaria para poder mejorar la situación social de la Argentina. En ese sentido, estamos convencidos que hay que fortalecer esos preceptos de unidad y por lo tanto nos identificamos en lo que expresan Alberto y Cristina como condición necesaria para dar vuelta la página del neoliberalismo en la Argentina y para construir un país independiente y con justicia social, que combata la inmoralidad que significa tener a millones de argentinos y argentinas que están debajo de la línea de pobreza e indigencia.

El dirigente social con el Ministro de Desarrollo, Daniel Arroyo.
El dirigente social con el Ministro de Desarrollo, Daniel Arroyo.

- Y con La Cámpora, ¿qué tal es el vínculo?

- Con La Cámpora nos unen muchas coincidencias en lo que tiene que ver con la profundización de los debates con los sectores concentrados. Nos sentimos identificados con los planteos realizados por Máximo Kirchner con el aporte de las grandes fortunas y la ley del fuego. Creemos en los debates que instala en relación con las corporaciones y con la necesidad de incorporarlos a la política, pero sin dudas los movimientos sociales tenemos otra matriz, otro origen, otras concepciones en relación a la militancia social. Concebimos como un valor la organización popular y fortalecerla para dar los debates que necesita nuestra Patria. Hay una militancia social que compone los movimientos populares y estamos convencidos en la articulación con otra militancia que viene de un carácter distinto a las concepciones que nosotros sostenemos a diario. Estos diálogos y puentes son necesarios para fortalecer las instancias de unidad que a corto y mediano pazo van a transformar la Argentina.

- ¿Es verdad que los movimientos sociales quieren tener mayor representación parlamentaria en las listas del 2021?

- Nosotros estamos convencidos de que el sistema político argentino requiere mayor presencia y protagonismo de los movimientos populares. Somos un actor que le ha dado voz y ha consolidado una referencia dentro de la Argentina de los últimos años a los sectores más humildes. Creemos que desde esa representación social tenemos el desafío de transformar las políticas de Estado para avanzar en la resolución de problemas vinculados al acceso a la vivienda, a la tierra y con los problemas vinculados a la generación de empleo y la urbanización de los barrios populares. Venimos a la gestión para dar respuestas más certeras a los problemas que existen en el 40% de la población. Creemos que el desafío de los movimientos populares es construir un espacio político que de respuestas a la representación que hoy está, a nuestro entender, por debajo de la potencialidad que tienen estos sectores sociales para generar mayor dinamismo en el proceso de transformación que requiere nuestra Patria.

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