A cinco meses del comienzo de la cuarentena, los cementerios todavía no permiten el ingreso de visitas

La Provincia y la Ciudad mantienen las restricciones iniciales. Sin embargo, un intendente acaba de presentar un protocolo para poder abrir los fines de semana, durante 15 minutos. Las limitaciones para los entierros siguen vigentes

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Imagen de un cementerio privado de la provincia de Buenos Aires. Están cerrados por la cuarentena (foto de archivo)
Imagen de un cementerio privado de la provincia de Buenos Aires. Están cerrados por la cuarentena (foto de archivo)

Visitar la tumba de un familiar es una rutina dolorosa y a la vez necesaria para miles de personas. Dejar una flor, leer una carta, rezar, o simplemente hablar en soledad. La cuarentena interrumpió esos rituales habituales en cualquier cementerio. Pasó el Día del Padre y ahora el Día del Niño. También quedaron en el camino decenas de aniversarios. A casi cinco meses del comienzo de la cuarentena, el ingreso de visitas sigue prohibido en todos los cementerios del AMBA. Aunque se trata de lugares a cielo abierto, con grandes espacios como para respetar la distancia social, los cementerios privados y públicos miran hacia otro lado.

Los especialistas reconocen que la suspensión de las visitas generó un impacto emocional en muchísimas personas. “Con las medidas sanitarias adecuadas, se debería poder visitar a los familiares. Los cementerios deberían organizarlo, con turnos o números”, opinó la psiquiatra Liliana Valenti, en diálogo con Infobae.

Se trata de un ritual sagrado. “Con mis hijos pasábamos mucho tiempo hablándole a Justina, le poníamos música o nos quedábamos en silencio, es un lugar sagrado”, cuenta Paola Stello, la mamá de Justina Lo Cane, la nena que inspiró una revolución en el mundo de la donación de órganos y ahora descansa en un cementerio privado de Pilar. Desde Paraná, donde se mudó hace seis meses, su mamá hace fuerza para que sus hijos puedan volver a visitar a Justina.

El tema no está en la prioridad de los funcionarios, mucho menos en una semana cargada de negociaciones y reuniones por la extensión de la cuarentena. Fuentes oficiales confirmaron que no hubo ninguna mención a esa problemática en la reunión virtual que mantuvo el jueves pasado el gobernador Axel Kicillof con los intendentes del Conurbano.

Sin embargo, la Provincia ya tiene un pedido para comenzar a levantar las restricciones. El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, pidió esta semana que se permita una apertura parcial en el cementerio municipal de Pablo Podestá. La presentación pretende autorizar el ingreso de familiares los sábados y domingos, de 8 a 12 horas, por un plazo de 15 minutos.

El protocolo incluye la obligación de usar barbijo, el control de temperatura en el ingreso, y hasta la desinfección del calzado. “Me lo pedían muchos vecinos en las redes sociales, es una necesidad de la comunidad porque afecta al estado emocional de miles de personas”, explicó Valenzuela a Infobae. El protocolo incluye una restricción por la terminación del DNI y permite sólo el ingreso a pie para poder extremar los controles.

La aprobación del protocolo, como en otros casos, depende de un extenso y tedioso recorrido por oficinas provinciales y del gobierno nacional.

Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero
Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero

¿Qué pasa en otros municipios? “Algunos intendentes tienen temor de pedir aperturas, pasa lo mismo con otros rubros muy solicitados como la construcción”, admite un jefe comunal que no integra la filas del Frente de Todos.

En el caso de los cementerios privados, que siguen cobrando las cuotas sin excepciones, los intendentes dicen que la mayoría no presentó ningún protocolo para permitir visitas. “Están muy cómodos, no hicieron ninguna presentación”, confirmaron en un municipio de la zona norte donde están concentrados buena parte de los cementerios privados.

En la Ciudad, las visitas están prohibidas desde el 12 de marzo por una resolución oficial. Fuentes del Gobierno porteño admitieron que todavía no ingresó en el listado de flexibilizaciones. “Estamos trabajando con mucho menos personal en los cementerios”, fue la explicación oficial, aunque la apertura de las visitas no implicaría un refuerzo de personal.

Otras fuentes de la Ciudad dijeron que “están trabajando en un protocolo” para que vuelvan las visitas a los cementerios públicos. Todavía es una promesa. En cambio, ya existen protocolos para deportes individuales o entrenamientos de fútbol.

Los cementerios mantienen las puertas cerradas (AFP)
Los cementerios mantienen las puertas cerradas (AFP)

Desde el 20 de marzo, miles de argentinos tuvieron que vivir situaciones traumáticas, como la de no poder dar el último adiós a un ser querido. Son historias anónimas, al margen de la atención mediática. Cada tanto se filtran por las redes sociales, una suerte de descarga emocional en tiempos de pandemia.

Teniendo en cuenta los anuncios del viernes en Olivos, en la zona del AMBA también seguirán vigentes las restricciones para los sepelios. “Se debe realizar un entierro por vez, para ello se deben planificar los turnos”, dice el protocolo que elaboró la Provincia. Ese mismo documento también establece un límite de hasta cinco acompañantes.

Cada Municipio, sin embargo, tiene su propia normativa. En San Fernando, por ejemplo, se permiten hasta 4 personas y familiares directos.

La Ciudad puso un límite de hasta 5 integrantes de la familia (al comienzo era solo uno). En la práctica, ese límite no siempre se cumple.

Si se trata de un fallecido con Covid-19, el protocolo es más estricto aun. Tanto la Ciudad como la Provincia tienen reglamentos con todos los recaudos que deben tomarse en cuenta en hospitales, cocherías, salas velatorias, cementerios y crematorios.

En la Ciudad, tanto en Chacarita como en Flores, las autoridades decidieron ubicar a las víctimas del Covid en un sector especial. “Cuando entierran a uno con Covid no viene ningún familiar, los traen directamente en una ambulancia y vienen envueltos como en un celofán. Es muy triste...”, describió un vecino ante Infobae.

Imagen aérea del cementerio de Flores (Lihueel Althabe)
Imagen aérea del cementerio de Flores (Lihueel Althabe)

Otro fenómeno triste de la pandemia es la soledad de los pacientes que mueren por Covid. Con el tiempo, la medicina buscó una solución y le puso palabras a esa angustia: “derecho a decir adiós”. En el país, la iniciativa comenzó en el Sanatorio Mater Dei, donde se adoptó un protocolo especial que habilita el acompañamiento y la despedida.

El legislador porteño Facundo Del Gainzo, un hombre de Elisa Carrió, se hizo eco de esa iniciativa y presentó un proyecto de ley para que se pueda replicar en todos los hospitales públicos de la Ciudad. El protocolo debe establecer las medidas necesarias para garantizar el acompañamiento de los pacientes en situaciones de mal pronóstico inmediato. Evitar la soledad de los pacientes debe ser un objetivo prioritario dentro de las estrategias de humanización de cada centro de atención”, dice la iniciativa.

Entre los fundamentos, Del Gainzo menciona el caso de Ismail Mohamed Abdulwahab, un nene de 13 años que falleció por Covid en Londres y no tuvo la posibilidad de despedirse de sus familiares.

“La muerte es un acto íntimo y los familiares deben poder despedirse con los cuidados necesarios, ahora que sabemos mucho más de la enfermedad. El ritual de despedida es necesario para cerrar un duelo o iniciar otra etapa del duelo”, explica la psiquiatra Liliana Valenti.

En nuestro país, pese a las prohibiciones para realizar velorios y cortejos, durante la cuarentena hubo velorios masivos vinculados a figuras del deporte. Ocurrió en mayo, con con la muerte del ex jugador de Central Córdoba de Rosario, Tomás ‘Trinche’ Carlovich, admirado por Diego Maradona y Marcelo Bielsa: la despedida se hizo en el mismo estadio, a cielo abierto.

Algo similar ocurrió hace un mes en los alrededores de la Bombonera con la muerte de Jorge Bitar, un ex dirigente del club.

Juanita Viale indignada por el entierro del ladrón que mató el jubilado

El caso más polémico se dio en el funeral del ladrón que ingresó a la casa de Jorge Ríos, el jubilado que se defendió con un arma. La barra brava de Quilmes decidió “homenajear” a Franco Martín “Piolo” Moreyra con un largo cortejo fúnebre. “Me dan ganas de putear. Hay tanta gente sin poder despedir a sus familiares y ver eso te da bronca”, se quejó Juanita Viale horas después de la muerte de Marcos Gastaldi.

La angustia se repite, falta una solución.

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