Coronavirus en la Argentina: el Gobierno repartirá más alimentos a los sectores vulnerables

En medio de la discusión de los intendentes del conurbano bonaerense por la profundización de la crisis, el Ministerio de Desarrollo Social ya destinó unos 130 mil millones de pesos

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Desde comienzo de julio, se dio inicio al Operativo Invierno que prevé la entrega de camperas, frazadas y estufas provenientes de los decomisos de Aduana y fondos del Ministerio de Desarrollo Social con el objetivo de mitigar y reducir las consecuencias de la época invernal.
Desde comienzo de julio, se dio inicio al Operativo Invierno que prevé la entrega de camperas, frazadas y estufas provenientes de los decomisos de Aduana y fondos del Ministerio de Desarrollo Social con el objetivo de mitigar y reducir las consecuencias de la época invernal.

En medio de la controversia entre intendentes peronistas del conurbano bonaerense por la situación social que traen como consecuencia la pandemia y la cuarentena, y sumado esto el mayor desempleo y pobreza, el ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Daniel Arroyo, decidió cuadruplicar los “fondos rotatorios” para provincias y municipios. De este modo, este mes se vuelven a destinar los 3.000 pesos del “Bono programa Potenciar Trabajo” y entre otros beneficios se incrementó el presupuesto entre el 100% y 150% con respecto a 2019 para la atención a los comedores escolares. En total, desde el comienzo de la crisis por el coronavirus se destinaron a los sectores más desprotegidos unos 130 mil millones de pesos.

En abril pasado, el INDEC difundió los números finales sobre la pobreza en 2019, que revelaron una suba anual de 3,5% y un ascenso a 35,5%. Esto significó casi 1.500.000 pobres más. En medio de la pandemia, y de la crisis social que enfrentará el país después de atravesar la crisis sanitaria actual, esos números se incrementarán.

Lo mismo sucede con el desempleo, que durante el primer cuatrimestre de 2020 aumentó un 10,4%. Antes de la cuarentena ya había más de dos millones de personas sin trabajo. El dato es la peor cifra desde comienzos de 2006 y todo empeora con el parate económico y productivo.

Por esto, desde el Ministerio de Desarrollo Social planean desplegar una mayor cobertura económica y de entrega de alimentos a los sectores más vulnerables del país, con foco en el Conurbano.

El domingo pasado el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, encendió una luz roja en el tablero anti crisis al plantear que en su municipio -uno de los más pobres de la provincia de Buenos Aires- para fines de agosto van a estar como en 2001. “Viví dos saqueos y pienso que la gente va a volver a 2001. A las empresas medianas y a las pymes no les alcanza para nada, por más que las ayuden”, afirmó el jefe comunal.

Dos días después, las respuestas desde el mismo espacio que integra no se hicieron esperar. Juan Zabaleta, el alcalde de Hurlingham, le respondió sin eufemismos: “No coincido con Mario Ishii, con todo el respeto que le tengo. En 2001 el gobierno de la Alianza abandonó a la gente”.

Según las últimas estadísticas elaboradas por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, desde el inicio de la Operación General Belgrano COVID-19, se distribuyeron 5.479.269 raciones de comida caliente y 1.147.676 bolsones de alimentos.
Según las últimas estadísticas elaboradas por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, desde el inicio de la Operación General Belgrano COVID-19, se distribuyeron 5.479.269 raciones de comida caliente y 1.147.676 bolsones de alimentos.

Según los datos a los que accedió Infobae, en abril se transfirieron 500 millones para compras de alimentos y artículos de limpieza. Buena parte de esos productos fueron transformados en comida caliente que aún hoy es distribuida por las Fuerzas Armadas en distintos puntos de la Argentina.

A esto hay que sumarle que desde el inicio de la pandemia se distribuyeron unos 14 millones de kilos de alimentos secos en las localidades de Tafí Viejo, en Tucumán y Villa Martelli, en Buenos Aires. Una parte de esos bolsones fueron destinados a los comedores que las organizaciones sociales tienen desplegados a lo largo y ancho del país y a iglesias, tanto evangélicas como católicas.

Desde comienzo de julio, también se dio inicio al Operativo Invierno que prevé la entrega de camperas, frazadas y estufas provenientes de los decomisos de Aduana. También se otorgarán subsidios económicos para la compra de insumos de calefacción del hogar, la asistencia y acompañamiento para los equipos locales y organizaciones sociales; y una campaña de sensibilización sobre los cuidados necesarios en el invierno según grupos de población, como adultos mayores y primera infancia, entre otros.

La critica situación social por la que atraviesan los barrios más desprotegidos y los sectores sociales más vulnerables no es nueva. Por esa razón, en mayo el Gobierno decidió duplicar ese monto elevando la cifra a 1.000 millones de pesos. Pero tampoco fue suficiente. Por eso, en julio se duplicó la cifra y se pasó a los 2.000 millones de pesos en ayuda.

En todo el país ya se distribuyeron 1.500.000 Tarjetas Alimentar, lo que significan unos 7.600 millones de pesos mensuales para que las familias compren alimentos. Pero como eso tampoco alcanza, en abril se depositó un refuerzo de entre 4 mil o 6 mil pesos. Eso implicó un total de 15.200 millones de pesos más.
En todo el país ya se distribuyeron 1.500.000 Tarjetas Alimentar, lo que significan unos 7.600 millones de pesos mensuales para que las familias compren alimentos. Pero como eso tampoco alcanza, en abril se depositó un refuerzo de entre 4 mil o 6 mil pesos. Eso implicó un total de 15.200 millones de pesos más.

Según las últimas estadísticas elaboradas por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, a cargo del general de Brigada Juan Martín Paleo, desde el inicio de la Operación General Belgrano COVID-19, se distribuyeron 5.479.269 raciones de comida caliente y 1.147.676 bolsones de alimentos, la mayoría de esos alimentos fueron adquiridos con los 3.500 millones de pesos girados por Desarrollo Social a intendentes y gobernadores.

En todo el país ya se distribuyeron 1.500.000 Tarjetas Alimentar, lo que significan unos 7.600 millones de pesos mensuales para que las familias compren alimentos. En abril se depositó un refuerzo de entre 4 mil o 6 mil pesos. Eso implicó un total de 15.200 millones de pesos más.

Si bien durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, los alumnos no van a las escuelas de manera presencial, en los establecimientos se sigue distribuyendo comida, no elaborada sino seca. Un informe del ministerio de Educación de la Nación, a cargo de Nicolas Trotta, alertaba que cada vez más padres se acercaban a las escuelas de sus hijos para retirar los bolsones con alimentos.

Esta fue una de las razones por las que Arroyo firmó un convenio a través del cual ya se transfirieron fondos por 1.770 millones de pesos a comedores escolares y merenderos para la compra descentralizada de alimentos, de ese total, 800 millones se giraron específicamente durante la pandemia. En total, desde principio de año a la actualidad, este presupuesto se incrementó el presupuesto entre el 100 y 150% con respecto a 2019, motivo por lo cual, la cifra en julio trepará a los 2.700 millones.