Mauricio Macri está dispuesto a resistir. "Con el cuchillo entre los dientes", describió uno de sus colaboradores históricos, tras el almuerzo que el gabinete compartió este mediodía en Olivos. El cónclave político, matizado con milanesas al horno y ensalada mixta, fue convocado por Marcos Peña. Y es una rutina oficial que se repite desde marzo de 2016.
Desde la debacle electoral el domingo, el jefe de Gabinete y Nicolás Dujovne están en el centro de todas las versiones. Desde la noche del miércoles, a ambos se los dio fuera del Gobierno. Incluso circuló con fuerza que Miguel Ángel Pichetto y Rogelio Frigerio ocuparían sus lugares.
Macri no quiere saber nada. "Este fin de semana no va a haber cambios", aseguraron en el entorno presidencial a este medio, ante las especulaciones sobre eventuales anuncios para las próximas horas. Sin embargo, la presión interna es muy potente. Idéntica a la crisis de septiembre del año pasado, cuando Mario Quintana quedó fuera del gabinete y el elenco de funcionarios se recortó a la mitad.
Los principales voceros del Gobierno, y el propio Jefe de Estado, dedicaron su tiempo a desmentir versiones y a explicar las medidas implementadas para aliviar la compleja crisis económica que acecha a Macri desde que perdió frente a Alberto Fernández. Ninguno de esos anuncios, de tinte económico, tuvieron a Dujovne como portavoz, una situación anómala y peculiar.
"Sigue firme", rebatían esta tarde desde su despacho a pocos metros de la Casa Rosada, cuando Infobae volvió a preguntar sobre la salud política del ministro de Hacienda.
El miércoles próximo, Dujovne deberá recibir a la misión del FMI. Será una semana después de las medidas de urgencia ordenadas por Macri, cuyo costo fiscal no estaba en los planes. Sin embargo, y pese al supuesto desvío en las metas prometidas, creen en Gobierno que el FMI finalmente hará un nuevo desembolso por 5.400 millones de dólares.
Frente a ese panorama adverso, el más crudo desde que aterrizó en Casa Rosada, el Presidente se recluyó este viernes en Olivos. Monitoreó los mercados y el precio del dólar. En la agenda oficial solo tuvo una reunión de seguimiento con el ministro de la Producción, Dante Sica, a quien también se lo mencionó como posible reemplazante del ministro de Hacienda.
Sica fue el encargado de explicar ayer, tras el mensaje grabado de Macri de poco más de un minuto, la eliminación del 21% del IVA para los productos de la canasta básica.
"Fue el almuerzo de todos los viernes. Charlamos de cómo fue la semana, de los temas que tenemos que encarar. Se habló de los rumores, pero se explicó que son rumores y nada más", resaltó a este medio un ministro que participó del almuerzo del mediodía.
Allí no estuvo Macri. No suele sentarse a esa mesa, que lidera el jefe de Gabinete. El Presidente estuvo en su oficina. Tironeado por tensiones internas y externas en torno a los pasos a seguir hasta las elecciones de octubre.
A última hora del martes, Macri se fue de Casa Rosada en camioneta. Iba cerca: pasó por la casa familiar de Barrio Parque. Lo esperaba su terapeuta.
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