Julio Cobos: "Mi mayor preocupación era terminar con el conflicto social"

¿Cuales fueron los momentos más complicados desde que se conoce la resolución del gobierno para elevar las retenciones móviles a la exportación de granos?

– Los momentos podemos dividirlos en tres. La resolución, que es cuando nace el problema. Cuando lo detienen a Alfredo de Angeli, que es allí hablo con la presidente Cristina Fernández dos veces y le digo que es necesario que intervenga el Congreso de la Nación, pero no me da una respuesta definitiva, y posteriormente hago pública ésta propuesta. Al día siguiente lo deriva al parlamento, y ahí comenzó otra etapa, que sirvió para descomprimir, porque era una manera de sacarse el conflicto el Poder Ejecutivo, ¿no?. Y posteriormente comenzó el debate, pero el tema se complicó porque no había posibilidad de cambiar ni un punto y una coma en la resolución. Cité a los gobernadores, todos me dijeron que sí, después no vinieron, porque desde el Ejecutivo los convencieron para que no vinieran. Pero tres si, el actual gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, el actual de gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti y el entonces gobernador de Santa Fe, Hermes Binner. Pero había una postura muy inflexible, era matar o morir, como se dice.

Quién era el inflexible ¿Néstor o Cristina?

— A ver, yo creo que eran los dos, pero si Néstor Kirchner hubiera estado en el poder, él hubiera rebobinado. Porque es distinto cuando no está, cuando va a aconsejar, cuando a lo mejor ves a tu mujer y decís no, yo la tengo que
sostener, la quiero acompañar. Y también está la opinión de ella, obviamente. Pero Néstor Kirchner era más atolondrado en hacer las cosas,
pero te digo, porque en la relación que tuvimos rebobinó en varias cosas. Pienso que si él hubiera estado no se llegaba a ésta situación.

¿Cómo fue el momento previo a la votación?

— No, no, no voy a dar nombres pero una senadora que me dice: "No, no
vayas, te traigo la solución". Me sugerían que no fuera a la sesión, y dije, ¿cómo no voy a ir? "Sí, desempata Pampuro". Hace poco, José Pampuro me contó que él se quería ir de la sesión para que yo no tuviera que desempatar. Perdían, pero bueno, era una manera lógica también de terminar con el conflicto.

¿Quienes lo acompañan ese día?

— Estaba con mis asesores permanentemente y tal es así que me entero, el único que quedaba como orador era el ex senador nacional por Santiago del Estero, Emilio Rached , que a mí me había dicho: "si yo vengo voto a favor, y si no no vengo", a lo que le dije, "te van a ir a buscar". Se quería abstener también, pero el asunto es que apareció y cuando lo vi, por lo que había manifestado,iba va a votar a favor de la 125, pero finalmente no fue así. Después él senador Rached se traslada, mientras yo presido la sesión, veo que se levanta y va a mi oficina a decirles a mis amigos que estaban ahí, que iba a votar en contra. Entonces allí fue cuando me vinieron a avisar "jefe, estamos en el horno, desempatamos".

¿Recibió muchos llamados en ese momento?

— Sí, pero yo no dije "no atiendo". Florencio Randazzo llamó varias
veces, pero lo apague y listo. Les dije: "No me pasen nada".

Con Alberto Fernández habló.

— Con Alberto Fernández sí hablé. Fue la última persona con la que hablé. Pero bueno, no había caso, me dijo "vos nos metiste en esto", porque yo pedí que interviniera el Congreso. Pero justamente pedí la intervención para
solucionar el problema, no para magnificarlo.

¿Era consciente usted en ese momento de la magnitud de su decisión?

— Sí, sabía la gran responsabilidad que tenía asumir. Mi mayor
preocupación era que acá termináramos con el conflicto social. No quería tampoco tener sobre mi espalda algún hecho de gravedad, no personal, sino de la gente, porque los ánimos estaban muy exasperados. Pero bueno, sabía todo a lo que me iba a enfrentar. Obviamente después buscamos recomponer la relación, le pedí una audiencia a la presidente, y me la concedió. Me recibió, estaban presentes en esa reunión Florencio Randazzo y Sergio Massa, pensé que iba a estar solo ella, pero entré con ellos, no tenía ningún problema.

¿Cree que con su voto contribuyó a la paz social?

— Era la decisión de terminar con un conflicto que era grande y ya se había irradiado al sector del campo, era la socieda convengamos, porque estaban los supermercados vacíos. Y la gente se había apoderado de éste conflicto. Y tal es así, que la votación se siguió con suma atención hasta altas horas de la noche.

Con el tiempo, ¿hizo una autocrítica?

– Hice todo el esfuerzo, agoté todas las instancias, convoqué a los gobernadores, le escribí a la presidente, caminos de solución. La verdad no sabía que más hacer. No sé si haría algo más, quizás trataría de convencer a otros senadores influyentes que había en ese momento para que me ayudaran a convencer al Poder Ejecutivo.

¿Que fue lo primero que hizo apenas terminó la sesión?

– Recuerdo que pedí un café, me fui a una oficina y esperé. Luego se acercaron algunos senadores a saludarme. Era tarde, como las 6 o 7 de la mañana. Llego a mi casa, tomé una pastilla para dormir, pero empecé a sentir ruidos y movimientos frente a mi casa. Estaba toda la prensa y la gente que pasaba por el lugar.

¿Cree que con su decisión cooperó a la gobernabilidad?

— Sí, yo creo que sí. Fijate que la propia presidenta Kirchner dijo en un discurso cuando el diputado Lousteau estaba en campaña, criticándolo, que casi tira el gobierno a la banquina.