El Gobierno se prepara para eventuales ciberataques durante la Cumbre del G20

Los ministerios de Seguridad y Defensa están en alerta. La guerra cibernética es global e involucra a Estados, empresas privadas y células terroristas

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Oscar Aguad, ministro de Defensa, y Patricia Bullrich, titular de Seguridad
Oscar Aguad, ministro de Defensa, y Patricia Bullrich, titular de Seguridad

(Desde Tel Aviv) Una guerra silenciosa que estalla en los medios de comunicación cuando afecta servicios básicos o es reconocida por los sistemas políticos, se libra alrededor del mundo cruzando las fronteras a la velocidad del rayo y sin hacer distinciones entre estados, compañías multinacionales, escuadrones terroristas y organizaciones de bien público. Todos los años se gastan trillones de dólares para mejorar los sistemas de ataque y defensa apoyados en la tecnología, pero esta carrera armamentista se multiplica al infinito como sucedió en la era de las armas nucleares. A más modernidad en el siglo XXI, más guerra cibernética alrededor del planeta.

Robert Gates fue secretario de Defensa de Barack Obama y una noche invitó a cenar a un puñado de periodistas extranjeros. A los postres, en la última ronda de preguntas, surgió el mejor dato del cónclave convocado en DC. Gates ya había descripto a Obama como Presidente de los Estados Unidos y contado la crisis geopolítica en Medio Oriente gatillada por Al Qaeda e ISIS y la fractura territorial de Irak y Afganistán.

—¿Cuál fue su peor pesadilla, cuando ocupaba la Secretaría de Defensa?—, preguntó un invitado.
Cyber attack—, contestó Gates, sin pensar un segundo.

Israel es una potencia en el diseño de programas para enfrentar los ataques cibernéticos, y comparte ese rango con Estados Unidos, China, Rusia y Alemania. Se invierte muchísimo dinero en investigación y la tecnología se participa a los aliados geopolíticos. Israel y Estados Unidos trabajan juntos, mientras que Rusia e Irán hacen lo mismo.

El mundo está en riesgo todos los días frente a los avanzados hackers
El mundo está en riesgo todos los días frente a los avanzados hackers

Y los cuatro se espían mutuamente para no perder el paso en una carrera que es vital para la supervivencia de los estados modernos.

A una hora de viaje desde Tel Aviv se levanta un complejo privado llamado CyberGym. Israel está rodeado de enemigos y se esmera en proteger sus creencias y su estilo de vida. En este sentido, la seguridad es clave e integra un concepto de defensa nacional que se ejecuta con aportes públicos y privados. La mayoría de las compañías israelíes dedicadas a la seguridad tienen profundas vinculaciones con el sistema de defensa del estado.

En el campus de CyberGym conviven ex militares, hackers reclutados alrededor del planeta, nerds tecnológicos e inversores que apuestan a un producto de defensa que ya parece un commodity del siglo XXI. Afuera se observan los eucaliptos alineados y se siente el olor al Mediterráneo; adentro expertos anónimos preparan programas exclusivos para evitar que las empresas colapsen y los servicios públicos se paralicen.

Hace unos días, en un café de Puerto Madero, dos miembros del gabinete nacional aseguraron a este periodista que se preparan para eventuales ciberataques durante la Cumbre del G20. Y la prevención no se centra en estados con muchísima capacidad de hacer daño, ya que esos países apoyan la cumbre que será liderada por Mauricio Macri. El recelo de los dos funcionarios cae sobre grupos terroristas, movimientos antiglobalización y células de izquierda que reciben entrenamiento tecnológico.

Mauricio Macri habla en el lanzamiento del G20 que se realizará en Buenos Aires
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Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, y Oscar Aguad, ministro de Defensa, emprenderán juntos un viaje a Estados Unidos para cotejar programas que pueden usarse durante la Cumbre del G20. El viaje es en febrero y tiene a Washington como destino principal. Bullrich ya estuvo en Tel Aviv, y Aguad no descarta viajar a esa ciudad en los próximos meses.

Los ministros de Seguridad y Defensa corren contra reloj. Argentina es débil en prevención tecnológica y aún no hay una precisa coordinación con los programas de la AFI que empuja Gustavo Arribas. El jefe del servicio de inteligencia también viajó por las principales capitales para entender cómo se enfrentan desde un sistema tecnológico a estados hostiles y a grupos terroristas.

Los hackers obligan a gastar millones de dólares para mejorar los sistemas de defensa (iStock)
Los hackers obligan a gastar millones de dólares para mejorar los sistemas de defensa (iStock)

En Israel se observa con atención a Irán, que financia las acciones terroristas de Hezbollah. Irán comparte tecnología con Rusia, que tuvo capacidad para influir en las elecciones de Estados Unidos y la votación del Brexit en Gran Bretaña. Se trata de un mundo secreto, hiperprofesionalizado, donde las municiones se llaman bytes y la muerte puede ser masiva y sin estridencias.

"No pasa como en las películas, adonde un chico con una computadora portátil, desde un café, puede ejecutar un ataque que paraliza una ciudad entera", explica Ofir Hason, CEO de CyberGym.

—¿Y cómo se hace?—, preguntó Infobae.
—Hay una planificación de inteligencia, y un soporte técnico y logístico. Es una operación muy compleja.
—¿Se pueden prevenir los ataques?
—Sobre base 100, solo tienen éxito cerca del 18 por ciento.
—¿Qué grupos terroristas se destacan en la ejecución de ataques cibernéticos?
—Isis y Al Qaeda. Esos son los chicos malos.

En uno de los bunkers que se usa para monitorear la guerra tecnológica está encendido un televisor que muestra cómo enemigos invisibles disparan desde Asia a Estados Unidos. Parece una película de Hollywood, casi un momento de distracción, montado para los nerds y hackers que conviven en una sala refrigerada, a media luz y pintada con grafitis de la Guerra de las Galaxias.

—¿Eso es ficción?—, le pregunté a Hason, que me miraba con una sonrisa estilo Brad Pitt.
—No. Esto pasa todos los días. Los chicos malos no duermen.