USAID se retira del Vraem: 114 mil hectáreas de cultivos en riesgo de volver al narcotráfico

La salida de la agencia estadounidense deja en incertidumbre a comunidades de la Amazonía peruana que sustituyeron la coca ilegal por cultivos sostenibles como el cacao y el café

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El estudio alerta sobre una
El estudio alerta sobre una crisis estructural: líderes asesinados, tierras invadidas y comunidades atrapadas en economías ilegales ante la indiferencia del Estado. (Captura de pantalla el informe titulado Narcotráfico en territorios indígenas de la Amazonía peruana. Rutas, impactos y políticas erradas)

Durante más de una década, la cooperación internacional de Estados Unidos permitió que miles de agricultores en la Amazonía reemplazaran los cultivos de coca por cacao y café de calidad. El esfuerzo transformó más de 114 mil hectáreas y benefició directamente a más de 87 mil familias. Sin embargo, con el retiro de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), decretado por el Gobierno de Donald Trump, el futuro de estas comunidades vuelve a ser incierto.

El portal de investigación Convoca.pe reveló que, entre 2012 y 2024, la cooperación norteamericana canalizó más de 2,962 millones de soles en donaciones, logrando un impacto decisivo en regiones como San Martín, Ucayali, Loreto, Madre de Dios, Amazonas, Pasco y Cusco. Hoy, la ausencia de esos recursos amenaza con abrir espacio nuevamente al narcotráfico, la deforestación y la minería ilegal.

El vacío que deja USAID en la Amazonía

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Ricardo Soberón se pronunció sobre las acciones que el Gobierno viene implementando para erradicar cultivos de hoja de coca en el Vraem. Foto: Andina

El convenio firmado entre ambos países en 2012 tuvo como meta incrementar los cultivos alternativos frente a la coca, mejorar los servicios públicos y asegurar un manejo sostenible de los recursos amazónicos. De acuerdo con la revisión de informes realizada por Convoca.pe, más de 233 millones de dólares se destinaron al primer objetivo: promover alternativas legales para los agricultores.

Uno de los testimonios recogidos es el de Miguel Reátegui, productor de cacao en San Martín, quien destacó que la asistencia técnica le permitió pasar de 500 kilos a más de 3 toneladas por hectárea. Casos como el suyo se multiplicaron en el marco de programas como Alianza Cacao Perú, que mejoraron la productividad y conectaron a los agricultores con mercados internacionales.

Los reportes citados por Convoca señalan que en once años de ejecución se crearon 117 mil empleos a tiempo completo, mientras que las ventas de cacao y café superaron los 692 millones de dólares. Solo en 2022 se alcanzaron 15 mil 900 hectáreas nuevas de cultivos alternativos, generando ingresos por más de 145 millones de dólares.

Para José Yturrios, exdirector de la Alianza Cacao Perú, el momento no podría ser más crítico. “Sin asistencia técnica ni financiamiento, muchos productores corren el riesgo de volver a la coca o ingresar a actividades ilegales como la minería informal”, advirtió en declaraciones recogidas por Convoca.

El café, las mujeres y el riesgo de retroceso

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Imagen de archivo de un trabajador mostrando café tostado en una granja en Maues, a 256 kilómetros al este de Manaos, en la amazonía de Brasil. 30 de noviembre, 2012. REUTERS/Bruno Kelly/Archivo

La investigación también destaca el impacto en las familias caficultoras. Lucy Pulce, agricultora de Lamas, San Martín, contó que gracias al programa Alianza Café, implementado por USAID, pudo capacitarse en el manejo de sus parcelas y aumentar su producción a 700 kilos por hectárea. Además, el proyecto abrió oportunidades de liderazgo para mujeres rurales a través de uniones de ahorro autogestionadas.

El ingeniero Sergio López, director del proyecto Coffee Alliance for Excellence, explicó que el apoyo externo permitió que los ingresos por hectárea pasaran de 3 mil a más de 7 mil dólares anuales, mejorando sustancialmente la economía de miles de hogares. En paralelo, se gestionaron 40 millones de dólares en créditos para modernizar fincas y hacerlas más competitivas en los mercados internacionales.

Sin embargo, con la salida de USAID, ese entramado de apoyo se ha desvanecido. “El Estado tiene recursos, pero es lento y burocrático. Los insumos muchas veces llegan tarde, cuando la cosecha ya pasó”, advirtió López.

La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) aseguró a Convoca que destinará 220 millones de soles en 2025 y 265 millones en 2026 al desarrollo alternativo. No obstante, especialistas señalan que esos fondos son insuficientes frente a la magnitud de la cooperación norteamericana y su capacidad para articular técnicos, bancos y mercados en beneficio de los pequeños agricultores.

En este escenario, los más de 87 mil productores de cacao y café que alguna vez fueron símbolo de éxito del desarrollo alternativo, vuelven a enfrentar un futuro de incertidumbre.