Extorsión en San Borja: delincuentes suben armados a colectivos para pedir cupos

Los hechos recientes ocurren en uno de los puntos más transitados de la capital, donde la estación La Cultura funciona no solo como un importante eje de transporte, sino también como escenario para delitos

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El transporte informal en Lima Metropolitana suma un nuevo capítulo de violencia. Colectivos que operan en la concurrida avenida Aviación, a la altura de la estación La Cultura en el distrito de San Borja, están siendo objeto de extorsiones a mano armada. Delincuentes que fingen ser pasajeros suben a los vehículos y, con amenazas directas, exigen el pago de cupos bajo la amenaza de muerte.

La modalidad de la extorsión

Los hechos recientes ocurren en uno de los puntos más transitados de la capital, donde la estación La Cultura funciona no solo como un importante eje de transporte, sino también como escenario para delitos que afectan tanto a usuarios como a quienes laboran de manera informal en el transporte colectivo. Los extorsionadores, identificados como miembros de una banda que se hace llamar “El Joker”, abordan los colectivos haciéndose pasar por pasajeros. Una vez dentro del vehículo, generalmente en el asiento del copiloto, proceden a intimidar a los conductores grabando videos que posteriormente difunden en redes sociales y grupos de WhatsApp.

La secuencia de amenaza suele incluir la entrega de un papel con un número telefónico. Los choferes deben comunicarse a ese número para negociar el pago del cupo exigido, que puede realizarse a través de transferencias mediante billeteras digitales, un mecanismo que ha sido aprovechado para dificultar el rastreo de los responsables.

Extorsión en San Borja delincuentes
Extorsión en San Borja delincuentes suben armados a colectivos en la avenida para pedir cupos

Amenazas directas y violencia explícita

En los videos difundidos por la propia banda, el sujeto conocido con el alias “El Joker” aparece mostrando municiones —a las que llama “frejoles”— y armas de fuego. Durante la extorsión dentro del colectivo, advierte al conductor sobre las posibles represalias si no cumple con el pago, preguntando incluso por la familia y los hijos de la víctima. El mensaje es claro: si el chofer no se pone en contacto o intenta denunciar, sufriría atentados contra su vida.

La amenaza suele quedar registrada en video y compartida con otros conductores como advertencia. De esta manera, la banda crea un clima de temor generalizado entre quienes operan en la zona, reforzando la idea de control territorial.

Impacto en una economía vulnerable

El servicio informal de colectivos, si bien no cuenta con autorización oficial, cubre una demanda significativa de transporte en Lima. La situación de vulnerabilidad de estas personas se agrava con la presencia delictiva y las constantes amenazas. Los colectiveros afectados reflejan el impacto de la criminalidad en la economía informal, donde el acceso a la protección policial y a mecanismos formales de denuncia resulta limitado o ineficaz.

El vehículo de placa BVL-310
El vehículo de placa BVL-310 escapó a toda velocidad por calles de San Borja tras evadir un operativo de fiscalización de la ATU y la Policía. Foto: Composición Infobae Perú / ATU

En el mismo sector donde ahora se registra esta ola de extorsiones, el año pasado un colectivero perdió la vida en circunstancias similares. Los ataques a conductores subrayan un problema estructural y una falta de control en espacios donde la formalidad y la informalidad conviven de manera tensa.

La difusión de los videos de amenazas por aplicaciones de mensajería y redes sociales forma parte de la estrategia de intimidación. Los delincuentes graban y distribuyen las amenazas para ampliar su impacto, logrando que el miedo trascienda a quienes han sido víctimas directas y alcance a todo el gremio de colectiveros.

Además de la violencia física, la amenaza se refuerza con la exhibición de armas y municiones para demostrar poder y capacidad de represalia. La utilización de billeteras digitales para recibir pagnta que dificulta la trazabilidad, facilitando la operación deestas organizaciones criminales. El panorama para los colectiveros en San Borja se complica ante la expansión de estas prácticas extorsivas.