El papa León XIV firmó un curioso objeto que despertó sonrisas en la audiencia general del Vaticano y recordó sus raíces más personales

Robert Prevost sorprendió a los fieles con un gesto tan espontáneo como revelador. En medio de oraciones y saludos, accedió con naturalidad a una solicitud singular que, sin decir una palabra, habló de su historia, su identidad y su forma de estar en el mundo

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Fuente: EWTN

Una mañana templada recibió a más de 35 mil personas en la plaza de San Pedro. Entre banderas, oraciones y cánticos, todos aguardaban el paso del papamóvil, que avanzaba despacio entre los fieles. Al centro del vehículo, el papa León XIV saludaba con una sonrisa contenida, deteniéndose de vez en cuando para bendecir a un niño, estrechar una mano o, en un gesto inesperado, estampar su firma sobre una pelota de béisbol. El objeto, inesperado en este escenario, fue alzado por un asistente y pasó de mano en mano hasta llegar al pontífice, quien, sin dudar, tomó un bolígrafo y la firmó.

Este breve episodio sorprendió a los presentes, pero también ofreció un guiño a los orígenes del nuevo líder de la Iglesia Católica con corazón peruano. León XIV, nacido en Chicago como Robert Francis Prevost, tiene un vínculo antiguo con el béisbol y, en particular, con los White Sox. Aunque se crió en un hogar que seguía a los Cubs y a los Cardinals, según su hermano John Prevost, “él nunca fue fanático de los Cubs, no sé de dónde salió eso”, aseguró a EFE. La rectificación no tardó en volverse viral.

El equipo de béisbol de los White Sox no dejó pasar la oportunidad. “Hey Chicago, él es hincha del Sox”, se leía en la pantalla del Guaranteed Rate Field poco después de su elección como pontífice. “La familia siempre sabe más”, escribieron en un comunicado en el que también informaban que una camiseta a rayas con su nombre y una gorra estaban siendo enviadas al Vaticano. “El pontífice siempre es bienvenido en nuestro estadio”.

Después del saludo inicial en el papamóvil, el papa León XIV inició su catequesis con una reflexión centrada en la parábola de los obreros de la viña. En ella, invitó a mirar el trabajo no como obligación, sino como respuesta a un llamado espiritual. “Quisiera decir, especialmente a los jóvenes, que no esperen, sino que respondan con entusiasmo al Señor que nos llama a trabajar en su viña. ¡No lo postergues, arremángate, porque el Señor es generoso y no te decepcionará! Trabajando en su viña, encontrarás una respuesta a esa pregunta profunda que llevas dentro: ¿qué sentido tiene mi vida?”.

El mensaje se alinea con el ciclo de catequesis iniciado por su antecesor, el papa Francisco, sobre Jesucristo como esperanza. León XIV continuó con esta línea, centrando su intervención en la relevancia de las parábolas y su aplicación a la vida contemporánea. Hizo énfasis en la metáfora del mercado, a la que describió como un espacio donde “lamentablemente, también se compran y se venden el afecto y la dignidad, tratando de ganar algo”.

Un peruano en el Vaticano

León XIV firmó una pelota
León XIV firmó una pelota de béisbol en plena plaza de San Pedro, sorprendiendo a miles de fieles. (News Vaticano)

Aunque nacido en Estados Unidos, León XIV también tiene la nacionalidad peruana. Su vínculo con el país andino se consolidó después de varias décadas de trabajo pastoral y académico en distintas regiones del Perú. Obtuvo la nacionalidad en 2015 y, desde entonces, mantuvo una relación estrecha con la comunidad católica peruana. Su elección como pontífice lo convirtió en el primer papa de origen estadounidense y nacionalizado peruano en la historia de la Iglesia.

En su discurso, sin embargo, no hubo referencias políticas ni menciones a conflictos internacionales como los de Ucrania o Gaza. El tono general se mantuvo en una línea pastoral, centrado en el valor del trabajo, la dignidad humana y la esperanza. La ceremonia concluyó con la oración del Padre Nuestro en latín, seguida de una bendición a los presentes.

Béisbol, Chicago y la fe

Jun 3, 2025; Chicago, Illinois,
Jun 3, 2025; Chicago, Illinois, USA; Chicago White Sox center fielder Michael A. Taylor (21) celebrates with teammates a win against the Detroit Tigers in a baseball game at Rate Field. Mandatory Credit: Kamil Krzaczynski-Imagn Images

El momento en que firmó la pelota de béisbol no pasó desapercibido. Representó, para muchos, una señal del estilo cercano y espontáneo que empieza a caracterizar a León XIV. Si bien la pelota fue un símbolo del deporte nacional estadounidense, también sirvió como puente entre dos identidades: la del papa de Chicago y la del pastor que vivió y trabajó por años en Perú.

La pelota firmada ya forma parte de una curiosa anécdota del pontificado naciente. Como lo expresó el equipo de los White Sox: “Hay cosas más importantes que el béisbol y en este caso nos alegra tener un aficionado de los White Sox representado en el Vaticano”. Aunque simbólica, la escena refleja cómo el nuevo papa parece dispuesto a tejer vínculos entre fe, cultura y gestos cotidianos.

El béisbol no suele cruzarse con la liturgia, pero en esta ocasión lo hizo. Y lo hizo con tinta, en la palma de un pontífice que sonríe mientras sostiene una pelota blanca con costuras rojas, en medio de una plaza abarrotada.