¿El final del Frente para la Victoria?

¿Es el final de la coalición de estas fuerzas con el peronismo? Probablemente las elecciones de este domingo en Chaco, La Rioja y Corrientes hayan sido un adelanto de lo que ocurrirá a nivel nacional: la total o mayoritaria desaparición del FPV como sigla que incluía al PJ

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El Frente para la Victoria (FPV) a nivel nacional nació en 2003, cuando el entonces presidente Eduardo Duhalde eligió a dedo a Néstor Kirchner para enfrentar al Frente por la Lealtad que encabezaba su archienemigo Carlos Menem.

El nombre surgió del que utilizó Kirchner en Santa Cruz durante las elecciones para la gobernación. Con el tiempo, después de hacerse de la conducción del Partido Justicialista, tras derribarlo a Duhalde, Kirchner instaló el FPV en todo el país de la mano de lo que denominó la "transversalidad", es decir, sumar al peronismo fuerzas de centroizquierda, además de dirigentes disidentes de otros partidos, como la Unión Cívica Radical (UCR).

De esa manera, el kirchnerismo instaló la idea de un gran frente de centroizquierda con núcleo en el Partido Justicialista, pero al que marginó de protagonismo alguno y encolumnó detrás de una conducción personalista y vertical.

Ya fuera del poder, el FPV conserva por estos días a varios partidos que lo integraron durante la "década K", como el Frente Grande de Eduardo Sigal, Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella, el Movimiento Nacional Alfonsinista de Leopoldo Moreau, el Partido Intransigente, Kolina de Alicia Kirchner, Miles de Luis D'Elía, Partido Solidario de Carlos Heller o Partido Comunista de Patricio Echegaray.

¿Es el final de la coalición de estas fuerzas con el peronismo? Probablemente las elecciones de este domingo en Chaco, La Rioja y Corrientes hayan sido un adelanto de lo que ocurrirá a nivel nacional: la total o mayoritaria desaparición del FPV como sigla que incluía al PJ.

En La Rioja, el FPV participó con candidatos propios, fuera del peronismo manejado por el ex gobernador Luis Beder Herrera. Lo mismo ocurrió en Corrientes, donde el Frente para la Victoria quedó desvinculado y, llevando como postulante a la ex diputada comunista Sonia López, de Haciendo Corrientes, la fuerza que encabezó el intendente capitalino Fabián Ríos con base en el peronismo.

En tanto en Chaco, hábil, el intendente de la capital y ex jefe de gabinete de Cristina Kirchner, Jorge Capitanich, integra el Frente Chaco Merece Más, que encabeza el gobernador Domingo Peppo, que utilizó las PASO para revalidar su condición de nuevo líder chaqueño en el peronismo.

Al menos tres ejemplos de la decadencia del FPV como sello y, en gran parte, también del kirchnerismo. La Cámpora, que solía armar las listas en todo el país, relegando al peronismo, ha quedado marginada en varios distritos y la tendencia parece continuar.

De hecho, en territorios claves, el kirchnerismo o el cristinismo están siendo relegados o arman opciones por afuera del PJ, porque el propio peronismo los margina.

En Santa Fe, pese a la voluntad y el esfuerzo de Agustín Rossi, el que maneja los hilos del justicialismo es Omar Perotti, quien pretende competir por la gobernación en el 2019 y tiene mejor sintonía con el macrismo y el massismo que con el ex ministro de Defensa.

En Córdoba, el peronismo, como en los tiempos de los Kirchner, sigue siendo manejado por el tándem Juan Schiaretti, gobernador y Juan Manuel de la Sota. Allí el FPV es una facción marginal, más aún después de la salida del poder central del kirchnerismo.

En Capital Federal, totalmente atomizado, el único destino, más por supervivencia que por convicción, es que todos los actores se junten en una misma lista, que tampoco se denominará FPV y en la que el kirchnerismo tendrá una pequeña porción de participación.

Finalmente, la provincia de Buenos Aires es el único distrito en el cual el kirchnerismo aspira a mantener su liderazgo, pero todas las fichas están puestas en la postulación de Cristina Fernández. Hasta ahora, sus exigencias para ser candidata no se cumplen, ni mucho menos: que haya lista de unidad, pero que la ex Presidente disponga del armado de la lista y que no haya PASO. La ratificación de Florencio Randazzo de competir contra quien sea del kirchnerismo en primarias echa por tierra, en principio, una candidatura de Cristina.

¿Si CFK no es candidata, el kirchnerismo permanecerá dentro de una alianza con el PJ en la provincia de Buenos Aires? Posiblemente no, porque sin Cristina, La Cámpora tendrá acotado el margen de maniobra para alistar sus candidatos y eso obligaría al kirchnerismo —muchos dirigentes prefieren este segundo escenario— a ir por afuera en alianza con otras fuerzas de centroizquierda.

Si ello ocurriera en territorio bonaerense, estaríamos en presencia del ocaso del kirchnerismo y su desaparición como real factor de poder en la Argentina.